Sobre los datos de paro registrado
El paro registrado en las oficinas públicas de empleo a finales de junio (1.621.500) ha disminuido respecto al mes precedente 7.590 personas. Este dato es el menos positivo de todos los meses de junio de los 20 últimos años, con la salvedad de 1993. Si se exceptúa ese año, el descenso mensual medio desde 1984 del paro registrado en junio es de 32.800 personas, que supera en más de 25.000 personas al de este año.
Con respecto a un año antes, el paro registrado ha aumentado 33.300 personas, a pesar de las reducciones mensuales que se vienen produciendo desde febrero, ascendiendo la tasa de variación interanual al 2,1%, nueve décimas más que en mayo. Por tanto, el paro sigue aumentando en tasas anuales, a diferencia de lo que ocurrió desde septiembre de 1994 a octubre de 2001, periodo en que descendió continuamente.
Este empeoramiento se confirma con la cifra desestacionalizada, que muestra un aumento intermensual de 20.900 personas, a añadir al crecimiento que con el dato desestacionalizado también se había producido en mayo (7.400 personas). La tasa de variación mensual anualizada con datos desestacionalizados supone un aumento muy elevado en junio, el 16,5%.
El paro sigue aumentando en tasas anuales, a diferencia de lo que ocurrió desde septiembre de 1994 a octubre de 2001
Hay que señalar que, aunque su evolución es de gran utilidad para el análisis de la coyuntura del mercado de trabajo, sobre todo desde la supresión del dato mensual de la encuesta de población activa (EPA) en octubre de 1998, su valor para la medición del paro real es muy limitado si se compara con el paro estimado por la citada encuesta por varias razones.
La primera, que el paro de la EPA sigue estrictamente los criterios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para su medición: personas en edad de trabajar desocupadas, que buscan activamente empleo y están disponibles para trabajar.
La segunda, que no todas las personas que buscan empleo lo hacen a través de las oficinas públicas de empleo, sino a través de otros procedimientos igualmente válidos a efectos de los criterios de la OIT, como contactos directos con las empresas, relaciones personales o familiares, anuncios de prensa, etc. Según la propia EPA, en el primer trimestre del año no estaban inscritas en las oficinas públicas de empleo el 18,2% de las personas estimadas como desempleadas por la encuesta, casi 400.000.
La tercera, que no todas las personas desocupadas inscritas en las oficinas públicas de empleo son consideradas como paradas registradas por el Inem, pues una parte, más de 500.000 según los últimos datos disponibles, son excluidas de la cifra del paro registrado y consideradas como demandantes pendientes de empleo no parados en virtud de una Orden Ministerial de 1985, aunque cumplan los requisitos de la OIT y pueden ser computados como parados por la EPA.
Los demandantes excluidos por el Inem del paro registrado, además de los ocupados que buscan otro empleo para compatibilizarlo con el actual o cambiar de empleo, son, entre otros, los siguientes:
Los que solicitan exclusivamente un empleo específico: por un periodo inferior a tres meses, con una jornada menor a las 20 horas semanales o exclusivamente para trabajar en el extranjero.
Los que consideran que su disponibilidad para el trabajo no es inmediata o que se encuentran en situación incompatible con el trabajo: pensionistas de jubilación o de invalidez, mayores de 65 años o estudiantes menores de 25 años o que, superando dicha edad, sean demandantes de primer empleo.
Los beneficiarios del subsidio por desempleo agrario de carácter eventual de Andalucía y Extremadura.
Como consecuencia de las razones señaladas el paro registrado es sistemáticamente inferior al paro de la EPA. Con cifras del primer trimestre, último para el que se dispone de datos de la EPA, el paro registrado es inferior al paro de la EPA 450.700 personas, y ello a pesar del cambio metodológico de la encuesta en el primer trimestre de 2002 que supuso un descenso de más de 300.000 parados.
Por otra parte, el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, cuando publica mensualmente el paro registrado, calcula una llamada tasa de paro registrado, cálculo que es inconsistente e incoherente, ya que es el porcentaje del paro registrado en relación con la población activa, que es la suma del empleo y el paro estimados por la EPA, es decir, en el numerador figura el paro registrado, que no cumple los requisitos de la OIT, y en el denominador, el paro de la EPA, magnitudes no homogéneas y que se diferencian actualmente en casi medio millón de personas.
Por lo tanto, la forma de calcular la tasa de paro es a partir de la EPA, que es la única estadística que cuantifica simultáneamente todas las variables relacionadas con la situación de las personas en edad de trabajar en el mercado de trabajo. Según la EPA, la tasa de paro era en el primer trimestre el 11,7% y en mayo, según las estimaciones de Eurostat, siguiendo los criterios de la OIT, el 11,3%, la más alta de la UE y 3,2 puntos superior al promedio de dicha área, cuando, según la llamada tasa de paro calculada por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, en junio el valor de dicha tasa sería sólo el 8,6%.
Por último, conviene señalar que la difusión del paro registrado debe condicionarse a un calendario previamente señalado como ocurre en el caso de las estadísticas elaboradas por el INE, y en concreto, con la EPA, y que no dependa el día de su publicación de distintas circunstancias ajenas a la naturaleza de la estadística.
El dato de junio se adelantó el 1 de julio, el siguiente del cierre de la estadística, coincidiendo con el final del debate del estado de la nación, y se publicó oficialmente el día 3 de dicho mes.