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Miedo a la Bolsa

Enagás fue la última compañía en saltar al parqué. De eso hace ya un año. El mercado primario seguirá seco a medio plazo, según los expertos. Incrementar la presencia de la empresa familiar es una de las asignaturas pendientes

Yell, editora de las páginas amarillas británicas, y Bank Austria, filial del Hypovereinsbank, han desempolvado esta semana el olvidado apartado de salidas a Bolsa en Europa. Sin embargo, en España no hay caras nuevas en el mercado desde el estreno de Natraceutical en diciembre pasado, aunque hay que remontarse hasta el 26 de junio de 2002 para encontrar una oferta pública de venta (OPV), ya que el debut de la biotecnológica no fue una colocación en sentido estricto, sino que los títulos empezaron a cotizar mediante admisión directa o listing (se toma como precio de salida el valor nominal de las acciones).

A pesar de esta prolongada sequía las previsiones no son nada halagüeñas. La única salida a Bolsa en el horizonte es la de Antena 3. Los demás proyectos están parados, según los expertos. 'En todos los mercados del mundo, no sólo en el español, atravesamos un largo periodo de contracción en los precios y de pérdida de confianza. Normalmente, las empresas salen a Bolsa o por lo menos pretenden hacerlo cuando en el mercado se ha consolidado una tendencia alcista, y eso significa varios trimestres seguidos de subida', explica Jesús González Nieto, director de promoción de mercado de la Bolsa de Madrid. 'El inversor institucional tiene una capacidad mucho más rápida de respuesta que el minorista. æpermil;ste, hasta que no se consolida un periodo alcista, no se plantea entrar en Bolsa. Aún está por ver si la subida acumulada es sostenible. Todo el entramado de demanda potencial está congelado a la espera de un cambio confirmado de tendencia. Sólo en ese momento volveremos a ver operaciones. Entre tanto, habrá cosas puntuales, aisladas', añade González Nieto.

El número de OPV es directamente proporcional a la situación que atraviese el mercado en cada momento. Entre 1996 y 2000, el periodo de mayor subida en la historia reciente de la Bolsa española, el número de empresas que dieron el salto al parqué fue de 37, a lo que habría que añadir las privatizaciones de las empresas públicas. En los últimos tres ejercicios, es decir desde que estalló la burbuja tecnológica, tan sólo seis empresas se han estrenado en el mercado.

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La Bolsa de Madrid inició hace siete años el Proyecto Empresa con el objetivo de contactar de un modo u otro con 300 sociedades para explicarles las ventajas de cotizar en Bolsa y tratar de vencer los recelos y desconfianzas. Hoy el número de potenciales compañías preparadas para salir a Bolsa 'está muy por encima de las 300 empresas iniciales debido al crecimiento de la economía española en este periodo', según González Nieto. El proyecto, sin embargo, se encuentra en una fase de cierto estancamiento a la espera de que el mercado repunte. Muchos de los contactos son ahora de cortesía una vez explicados los pros y los contras de cotizar.

En términos absolutos, la economía española se encuentra bien representada en Bolsa, ya que la ratio de capitalización del mercado sobre el PIB es de un 80%. Sin embargo, el 43% del valor de la Bolsa lo aportan tan sólo cinco compañías (Telefónica, Repsol, BBVA, SCH y Endesa). Además, en términos sectoriales siguen sin cubrirse ciertas lagunas, la más llamativa de todas la del sector turístico, el principal motor económico del país, que sólo está representado a través de NH Hoteles y Sol Meliá.

La vida empresarial más allá del mercado

El nombre de El Corte Inglés aparece en boca de todos cuando se hace la lista de los grandes ausentes del mercado. No obstante, en el caso de la empresa de Isidoro Álvarez confluyen varios factores que hacen hasta cierto punto lógico su rechazo al mercado: tiene el problema de la sucesión resuelto a través de la fundación, la búsqueda de prestigio o notoriedad es menos urgente que en otras empresas, ya que es una de las marcas más reconocidas del país. Además no tiene problemas de financiación gracias a su gran capacidad para generar caja. Los expertos van más allá de los grandes nombres y creen que uno de los puntos débiles del mercado español es la escasa representación de la empresas familiares, cuyo número estimado supera el millón y medio, suponen cerca del 65% del PIB, emplean a más de ocho millones de personas y realizan el 60% de las exportaciones.

'Históricamente la empresa familiar nunca ha mostrado mucha predisposición hacia la Bolsa', apunta Fernando Casado, director general del Instituto de Empresa Familiar (IEF). 'Las que hayan barajado la posibilidad de estrenarse en Bolsa han dejado en suspenso la idea, ya que la situación del mercado no es la mejor y la evolución de las últimas OPV no es muy alentadora. A estos motivos habría que añadir la mentalidad conservadora de los empresarios, muy apegados a la gestión directa de la compañía. Consideran que si sacan parte de las acciones a Bolsa podrían perder el control de la empresa, mientras que las otras vías de financiación están funcionando muy bien', agrega Fernando Casado.

El hecho de que las empresas familiares no se decidan a dar el salto al mercado no significa, en su opinión, que no estén preparadas por capitalización y estructura para salir a Bolsa. De las 105 empresas que componen actualmente el IEF, 'el 40% tienen el tamaño y la organización suficientes para cotizar', matiza Casado.

Para la empresa familiar hay vida más allá de la Bolsa. La autofinanciación se erige como la mayor fuente de financiación de este tipo de compañías, a bastante distancia del resto de alternativas como el crédito bancario, el crédito comercial, las aportaciones de los accionista o las ayudas públicas. En un intento de acercar la cultura del mercado de capitales a las pequeñas empresas se han introducido en los últimos años determinados instrumentos como la titulización de créditos para pymes, el capital riesgo o las acciones sin derecho de voto para las sociedades limitadas, posibilidad esta última introducida este año a través de la Ley de Nueva Empresa.

Analistas Financieros Internacionales (AFI) realizó en el año 2000 (antes del pinchazo de la burbuja) un estudio sobre la relación entre la empresa familiar y la Bolsa. El principal argumento en contra de la salida al mercado de las compañías era entonces la entrada de accionistas no deseados, algo que se pretende paliar ahora con las acciones sin derecho a voto. Entre los demás motivos estaban la excesiva disciplina en el pago de dividendos, la obsesión por el beneficio a corto plazo, la volatilidad de la Bolsa, las exigencias de transparencia y la posibilidad de que el mercado no valore suficientemente las acciones. Jesús González Nieto cree que es este ultimo argumento y no el de la pérdida de control el que está detrás de la sequía de OPV actual: 'Las acciones sin derecho a voto son un instrumento más pero hay muchos ejemplos de empresas familiares que cotizan y que no han perdido el control. El tema hay que enfocarlo en que el mercado no paga lo que el empresario cree que vale su compañía. Es cierto que hemos sufrido una fase bajista y que el mercado tira a la baja en las valoraciones, pero los empresarios deben olvidar los multiplicadores que se pagaban en la burbuja'.

Unos requisitos bastante asequibles

La Bolsa de Madrid exige a las compañías el cumplimiento de unos requisitos mínimos para acceder al mercado. En primer lugar, la empresa deberá tener un capital mínimo de 1,2 millones de euros. A efectos de la determinación de este mínimo, no se tendrá en cuenta la parte de capital correspondiente a accionistas cada uno de los cuales posea, directa o indirectamente, una participación mínima en el mismo igual o superior al 25%.Otros de los requisitos es la obtención de beneficios en los dos últimos ejercicios o, en tres no consecutivos en un periodo de cinco, suficientes para poder repartir dividendo de al menos el 6% del capital desembolsado, una vez hecha la previsión para el impuesto de sociedades y dotadas las reservas legales u obligatorias correspondientes.De acuerdo con la Orden Ministerial de 19 de junio de 1997, la CNMV podrá exceptuar la exigencia de la obtención de beneficios en determinadas circunstancias (fusiones, adquisiciones o desarrollar la actividad principal en un determinado sector) si se presenta un proyecto atractivo.El tercer requisito que exige la Bolsa es que deben existir, al final de la colocación, al menos 100 accionistas cuya participación individual sea inferior al 25%. La razón de esta condición es que el valor pueda tener una liquidez mínima.

Jesús S. Quiñones: 'Sin estabilidad en el mercado no nos planteamos la idea de salir a cotizar'

Las empresas se agolpaban a principios de 2000 a las puertas de la Bolsa para empezar a cotizar. El pinchazo de la burbuja tecnológica y los tres ejercicios seguidos de pérdidas en los mercados frustraron el proyecto de muchas compañías como Lanetro, Meta 4, Ono o Renta 4. Jesús Sánchez Quiñones, director general de esta última, explica que hasta que no se estabilice la situación económica la idea de salir a Bolsa queda aparcada.Pregunta. ¿En qué momento se encuentra el proyecto de Renta 4 de cotizar?Respuesta. Mientras los mercados no entren de nuevo en un periodo de estabilidad no se volverá a plantear la salida a Bolsa de la compañía. Una empresa sólo sale una vez en la vida a Bolsa, por lo que se ha de buscar el momento más adecuado. Una mala elección del momento de introducción en el mercado bursátil puede marcar irreversiblemente la evolución futura de la compañía.P. Tras anunciar su debut en el mercado para 2001, ¿por qué dieron marcha atrás?R. La situación de estabilidad de las Bolsas, con caídas muy pronunciadas, provocaron un freno total en las operaciones de salida al mercado, tanto a nivel nacional como internacional. La prudencia aconsejaba esperar a una situación de normalización en los mercados, que todavía no se ha producido.P. ¿Qué busca Renta 4 con su salida a Bolsa? ¿Qué porcentaje sacarían? ¿En cuánto estaría bien valorada la compañía?R. Los motivos para empezar a cotizar son diversos: se consigue un reconocimiento de marca por parte de los inversores y del público en general; permite atraer y mantener el capital humano de la compañía a través de incentivos ligados a la evolución a largo plazo del valor de las acciones; facilita la captación de recursos financieros así como los acuerdos con otras entidades.La operación diseñada en 2001 consistía en la introducción en el mercado a través de una ampliación de capital. La valoración de la compañía depende de numerosos factores, entre otros de la valoración de la Bolsa en cada momento. Es ingenuo pensar que cuando las empresas cotizadas reducen su valor, las que no cotizan siguen manteniéndolo. Por tanto, cualquier valoración de la compañía a priori podría verse modificada en el momento de la salida a Bolsa.P. ¿Cuáles son las principales ventajas e inconvenientes de cotizar?R. Las ventajas son múltiples: reconocimiento de marca, mayor conocimiento del público, dota a la compañía de mayor transparencia, etcétera. En cuanto a los inconvenientes, residen en las obligaciones formales de información y transparencia a que está sometida toda sociedad cotizada. En el caso de Renta 4, supervisada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores y por el Banco de España (como entidad gestora de deuda pública), gran parte de las obligaciones de información y transparencia son atendidas actualmente, por lo que el esfuerzo adicional en este sentido no es significativo.P. En su opinión, ¿por qué hay una sequía absoluta de salidas a Bolsa en España? ¿Cree que esta tendencia cambiará a corto plazo?R. La sequía de salidas a Bolsa no es una circunstancia singular de España, sino que es generalizada en los principales mercados occidentales. A la caída de los mercados desde marzo de 2000 hay que añadir la desconfianza sobre las compañías y sobre el mercado en general motivada por los escándalos contables en Estados Unidos.Sin duda, esta tendencia cambiará, las Bolsas se estabilizarán y se producirán nuevas incorporaciones. En cualquier caso, este proceso de cambio de tendencia lleva tiempo y todavía puede durar bastantes meses. Dependerá en gran medida de la evolución de la economía.P. ¿Por qué existe tan poca cultura entre la clase empresarial española de recurrir al mercado de capitales?R. La popularización de la Bolsa entre los españoles, incluidos los empresarios, es relativamente reciente. Es cierto que hay sectores muy importantes en la economía nacional escasamente representados en la Bolsa. Su incorporación es cuestión de tiempo y de conocimiento de las ventajas que la cotización aporta.

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