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Legislación europea

La directiva de servicios financieros se estanca en el Parlamento Europeo

El Parlamento Europeo sigue buscando el equilibrio entre la protección del inversor y la agilidad que necesita el mercado. La votación prevista para hoy sobre la nueva directiva de servicios de inversión se ha aplazado hasta el próximo mes de septiembre para intentar acercar las diferentes posiciones. Dos meses más de retraso en la que algunos definen como 'la parte más importante del plan de servicios financieros de la UE'.

La principal controversia atañe a las normas sobre transparencia en el tratamiento de las órdenes de compra y venta de acciones, auténtico campo de batalla entre las Bolsas tradicionales y los nuevos canales de negociación (desde inversores privados que se gestionan su propia cartera hasta los bancos que combinan internamente las órdenes recibidas de sus clientes).

El líder bursátil europeo, Euronext (mercado que ha integrado las Bolsas de París, Amsterdam, Bruselas y Lisboa), no ha dudado en presionar a la Comisión Europea para que el proyecto de ley exija la difusión de las órdenes recibidas por los operadores que actúan al margen de las Bolsas. Las razones esgrimidas apelan a la necesidad de trasparencia en el mercado y al riesgo de que, de no ser así, la cotización oficial de los valores deje de reflejar su situación real en el mercado.

En el bando contrario, que agrupa a bancos y firmas de inversión que de modo creciente combinan operaciones de compra y venta entre sus propios clientes, se acusa a las Bolsas de intentar simplemente acaparar un negocio que ya no pueden dominar como antaño.

'Las dos partes presentan argumentos muy válidos', afirma Mattias Levin, del Centro para Estudios Políticos Europeos, un instituto independiente con sede en Bruselas. Levin es autor de un informe de más de 100 páginas sobre el proyecto de ley y se inclina por considerar 'prematura' la decisión de obligar a los bancos y firmas de inversión a publicar todas sus órdenes internas.

'No estoy en contra de la transparencia per se, pero tiene un coste que, en estos momentos, supera a los beneficios que se podrían obtener', concluye Levin. 'Quizá dentro de 10 años sea necesario exigir la difusión si el volumen de órdenes internas amenaza con fragmentar el mercado'.

Pero el proyecto de directiva ya se hace eco de las inquietudes de las Bolsas. El artículo 20 dispone que cuando los banco y firmas de inversión reciban instrucciones de un cliente para comprar o vender un título a partir de una determinada cotización, deberán comunicarlo al resto de operadores si ellos mismos no pueden o no desean ejecutar la orden.

Bruselas considera estas normas sobre transparencia imprescindibles para garantizar otro principio que instaura la directiva: la obligación de proporcionar al cliente la mejor cotización disponible en el mercado.

Tres años ajustando la letra pequeña

La Comisión anunció hace tres años su intención de revisar la directiva vigente sobre servicios de inversión. Poco después, las consultas previas a la publicación del proyecto de ley revelaron las dificultades de pactar un marco armonizado para un sector que ha diversificado sus productos, su comercio e instrumentos de inversión.La nueva ley forma parte del plan de servicios financieros, 48 piezas legislativas que aspiran a integrar los mercados europeos antes de 2005. Pero el texto está lejos aún de su versión final porque el tratamiento de analistas y corredores, de grandes y pequeños inversores y de las plataformas de negociación alternativas a las Bolsas tradicionales, sobre todo, sigue dividiendo a los legisladores. La ponente parlamentaria, la británica del Grupo Popular Theresa Villiers, ha intentado eliminar la amenaza de un exceso de control burocrático sobre los pequeños operadores y corredores. Su informe, sin embargo, aún no ha logrado el consenso necesario, que buscará de nuevo en una sesión extraordinaria el 2 de septiembre.

La sutil diferencia entre analistas y vendedores

La revisión sobre la directiva de servicios de inversión en la Unión Europea ha coincidido con una cascada de escándalos bursátiles (Enron, Worldcom, Ahold) que han puesto en entredicho a todo el sector.La nueva directiva, que se tramita en estos momentos en el Parlamento Europeo, dedica por ello una especial atención a servicios que ahora escapan al control de la legislación comunitaria, como el de 'asesor' bursátil. La ley someterá a autorización previa la labor de las entidades o particulares que asesoran al inversor, exigiéndoles al menos la subscripción de una póliza de seguro profesional.Bruselas justifica las nuevas obligaciones en 'el crecimiento exponencial de un tipo de servicios que también supone un riesgo para el inversor'.Las normas serán especialmente exigentes en cuanto a la delimitación de posibles conflictos de interés cuando el asesoramiento lo realizan firmas que al mismo tiempo comercializan productos de inversión. Las autoridades bursátiles de EE UU han denunciado precisamente esta colusión de intereses como una de las causas de la burbuja tecnológica y su posterior estallido. La nueva ley europea sólo excluye de su ámbito de aplicación a los analistas especializados desvinculados de cualquier actividad inversora. El resto, incluidos los que trabajan para los bancos de inversión, serán objeto de especial vigilancia para determinar si la recomendación o denuesto de ciertos valores responde a criterios objetivos y no a un interés comercial de la entidad.

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