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Fondos

Los gestores de fondos vuelven a fijarse en el factor país y España es uno de sus preferidos

Spain is different'. Con esta expresión, Javier de Mazarredo, director del departamento de renta variable de SCH Gestión de Activos, intentaba la semana pasada convencer a un grupo de inversores profesionales y periodistas de que España es uno de los mercados europeos con mayores atractivos.

La línea argumental de Mazarredo y la de otros expertos que participaron en unas jornadas organizadas por Bolsas y Mercados Españoles (BME) fue muy parecida: las diferencias entre zonas geográficas no han desaparecido y el riesgo-país es una realidad.

El Ibex ha subido en lo que va de año un 12,65%, lo que hace del índice español el de mejor comportamiento en Europa. Y la mejor evolución de la plaza española frente a otras Bolsas tiene, para los expertos, una explicación evidente: España crece más que el resto de economías europeas y su evolución está muy ligada a la marcha de las potencias latinoamericanas, que han experimentado una leve mejoría. Además, la composición del Ibex, hasta ahora su representación del vapuleado sector asegurador, también ha beneficiado al índice.

Tras la entrada en la UE, la mayoría de gestores de carteras y de firmas de inversión dejaron a un lado la inversión por zona geográfica para pasarse a la estrategia sectorial. El mercado único puso a disposición de los inversores una sola moneda y una política monetaria común que erradicó los diferenciales de tipos de interés entre países. Muchos inversores profesionales proclamaron entonces el fin del riesgo-país, sobre todo en Europa.

Por otro lado, la mayor cultura financiera de los ahorradores y el esfuerzo comercial de las gestoras por promocionar carteras equilibradas de acuerdo con índices globales provocó que muchos inversores españoles aquirieran activos extranjeros.

¿Fue una decisión equivocada? Ni mucho menos. El propio Javier de Mazarredo reconoció que en algunos momentos del ciclo económico la renta variable española pagó los platos rotos de Latinoamérica y la diversificación en valores europeos y de EE UU amortiguó los golpes. Sin embargo, los expertos subrayan que en los últimos meses el factor país importa y juega a favor de España.

'El riesgo país es una realidad constatable', añadió Antonio García Rebollar, Presidente de Renta 4 Gestión. Rebollar, que participó también en las jornadas organizadas por BME, destacó que el acceso a la información y los costes de transacción son dos factores donde siempre han existido las diferencias. 'No cuesta lo mismo invertir en Bolsas internacionales que en la Española', subrayó este gestor.

Además de que la operativa es sensiblemente más barata en España que en el resto del Viejo Continente o en EE UU, invertir en valores europeos fuera del mercado doméstico resulta hasta un 27% más caro que hacerlo desde el país origen, según ilustró Jorge Yzaguirre, coordinador de la Comisión de Contratación de la Sociedad de Bolsas.

Pero el precio no es la única motivación. Según Eugenio Yurrita, consejero delegado de Barclays Fondos, el mercado español tiene una serie de atractivos que no pasan inadvertidos entre los gestores. Entre ellos, una mayor transparencia contable, una distribución sectorial y una relación con Latinoamérica que en estos momentos le favorece y unas compañías que suelen equivocarse muy poco en sus estimaciones de beneficios, con lo que el riesgo de sorpresas en los resultados es bajo.

Yurrita añadió que España, a través de las empresas del Ibex, cotiza con un importante descuento. El crecimiento de ganancias para 2003 es muy superior al resto de la media europea (907,2% frente al 42,8% de la UE), mientras que su valoración medida por el PER es de las más bajas (14,3 veces PER estimado 2003, frente a las 15,9 veces de la UE).

A los inversores les cuesta despegarse de sus raíces

Los inversores y los gestores no se olvidan de sus raíces a la hora de apostar por un mercado. Lo reconocen ellos mismos: 'Aquellos que recomiendan una cartera global luego no la respetan. Por mucho que promocionemos productos, lo gestores y los ahorradores tienden a invertir en el país de origen', apuntó este gestor de Renta 4.Eugenio Yurrita, de Barclay's, subrayó que en el Viejo Continente las compañías siguen teniendo un alto componente local. 'Casi el 50% de las ventas de las compañías cotizadas se realizan en el país de origen, los inversores en estas empresas son en su mayor parte locales y menos del 5% de los préstamos bancarios se realizan a empresas o particulares de fuera del mercado doméstico', precisó.Rebollar, por su parte, añadió que en la cartera modelo de su firma el 40% está destinado a activos españoles, cuando a nivel global el peso específico de España no supera nunca el 2%. 'Aunque el 40% parezca mucho, el cliente nos suele llevar hasta el 70%, 90% y, a veces, el 100%'.Las preferencias que Rebollar describe sobre sus clientes españoles chocan, no obstante, con la realidad a nivel agregado. Así, un estudio realizado por la Bolsa de Madrid muestra cómo los españoles que invierten en fondos de Bolsa destinan algo menos del 20% de la cartera al mercado local, frente a casi el 60% de los franceses o el 70% de los británicos. Sólo suizos, holandeses e italianos invierten fuera más que los españoles.Rebollar también señaló que en EE UU sólo el 10% se invierte fuera de su país, a pesar de que el peso de este mercado en los índices MSCI supera el 50%. Gustavo Trillo, director de inversiones de JP Morgan Fleming, sostiene que la posición de los ahorradores estadounidenses es comprensible, ya que el mercado es mucho más grande y se puede diversificar una cartera de forma que casi todos los sectores estén representados, algo que no ocurre en España.

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