El consumo y la inversión sostienen el crecimiento de la economía en el 2,1%
La economía española ha iniciado el año 2003 con la misma velocidad de crucero con la que finalizó el ejercicio anterior. El Banco de España ya adelantó la tendencia hace un mes cuando estimó que el producto interior bruto (PIB) habría crecido un 2% en el primer trimestre sobre el mismo periodo de año anterior. Ayer, el Instituto Nacional de Estadística (INE) hizo públicos los datos oficiales de contabilidad nacional, muy parecidos a las estimaciones iniciales de la autoridad monetaria.
Según la contabilidad nacional, la economía creció hasta marzo a una tasa interanual del 2,1%, a igual ritmo que en el cuatro trimestre de 2002, pero por debajo de la previsión oficial del Gobierno (3% de media para todo el año).
De esta forma, se enlazan cuatro trimestres con un crecimiento del entorno del 2% (2% en el segundo trimestre de 2002; 1,8% en el tercero y 2,1% en los dos últimos), lo que parece ser el ritmo del PIB, después de la desaceleración registrada desde mediados del año 2000.
Eso sí, la composición del crecimiento ha variado. Gana peso la demanda interna y lo pierde el sector exterior. La demanda interna se ha acelerado del 2,8% del cuarto trimestre al 3% del primero de 2003, con lo que mejora 0,2 puntos su aportación al PIB. Ello se explica por el buen comportamiento del gasto en consumo (su aumento pasa del 2,5% al 2,6%) y, sobre todo, de la formación bruta de capital fijo, que gana medio punto (hasta el 2,9%).
Dentro de la formación bruta de capital es especialmente destacable la inversión en bienes de equipo, que retorna a tasas positivas (0,9%) después de dos años de caídas consecutivas. La recuperación de la inversión venía siendo esperada por el Gobierno y los propios empresarios desde hace varios meses. Ahora falta que se consolide en trimestres posteriores. La mejora hasta marzo era de esperar, dado que se partía de niveles mínimos. La inversión en construcción se mantiene fuerte, apoyada por la obra civil.
El lado más débil de la demanda lo representa el sector exterior. Su aportación negativa al PIB se eleva de 0,7 a 0,9 puntos, en un trimestre francamente difícil, plagado de incertidumbres (guerra con Irak y contracción en economías centrales como la alemana). El crecimiento de las exportaciones se frenó hasta el 5,5% mientras que las importaciones mantuvieron un buen tono. Todo ello ha provocado un deterioro de la demanda externa, sólo compensado por el tirón del consumo interno.
La construcción se frena
Desde el punto de vista de la oferta, destaca la recuperación de las ramas industriales (un crecimiento del 2%), afectadas en trimestres anteriores por la debilidad de la inversión. La construcción sigue siendo el motor de la economía española, aunque pierde fuelle (su crecimiento se frena del 4,9% al 4%), afectada por el menor número de viviendas iniciadas.
Los promotores y constructores prevén que continúe esta evolución bajista en los próximos meses, aunque a ritmos acompasados (este año se superará de nuevo las 300.000 viviendas iniciadas).
Por su parte, los servicios mantienen un ritmo en torno al 2,2% y la agricultura y la pesca rebajan su crecimiento negativo.
El PIB alcanzó en el primer trimestre del año los 146.000 millones de euros, a precios constantes (descontada la inflación).