Impartir formación especializada
El factor humano tiene un peso fundamental en el contact center. En Catsa saben que la plantilla debe tener la capacidad de asumir las nuevas tecnologías para poner en práctica las actuales fórmulas de relación con el cliente. Por eso la preparación de los trabajadores, así como la formación básica y específica que reciben cobra cada vez más importancia.
El conocimiento, incluido el tecnológico, que vaya adquiriendo el empleado se convierte en el gran valor y principal activo de la empresa. A su vez, los costes que derivan de la formación del profesional son tales que en muchos casos el empleado no es rentable hasta pasado bastante tiempo desde su contrato. La época en que los teleoperadores que trabajaban en call centers eran principalmente estudiantes -es decir, personal no profesional- va quedando atrás. Hoy, aunque las empresas siguen decantándose por la mano de obra joven, los requisitos incluyen buenos estudios académicos, idiomas, informática y dotes de comunicación oral y escrita.
Buena parte de la satisfacción del cliente dependerá de la atención directa que reciba, y así lo reconocen en Catsa. De ahí, que un objetivo prioritario de la firma sea fidelizar a sus empleados.
Promoción y carrera empresarial
Esta fidelización de la plantilla depende en buena parte de las expectativas promocionales que brinde la empresa. Catsa permite a su equipo desarrollar un plan de carrera y aplica sistemas de remuneración por objetivos.
El capital humano de Catsa se compone de 133 empleados de estructura y más de 2000 de operaciones -como media-, en el primer caso el 50% son titulados universitarios, más del 60% con antigüedad superior a tres años y 90% con contrato indefinido, en el segundo, el 40% ha estudiado una carrera, cerca del 13% supera los tres años y más del 25% cuenta con contrato ya fijo.