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Expertos

Los analistas se inclinan por Menem en medio del continuismo político argentino

Gane quien gane las elecciones presidenciales, Argentina tendrá más de lo mismo. Esta es la sensación que se desprendía de las opiniones de los analistas y de la respuesta del mercado. La Bolsa argentina bajaba más de un 7% a media sesión, un día después de conocerse que el candidato preferido por el mercado, el liberal económico Ricardo López Murphy, se quedaba fuera de la carrera electoral.

Para la mayor parte de los expertos, tanto Menem como Kirchner representan el más puro continuismo político. Y aunque les cuesta decantarse por uno de los dos, el talante decidido de Menem para implementar políticas de corte liberal y su apuesta por recuperar la confianza de los inversores internacionales genera simpatías entre los analistas. No obstante, todas las opiniones están cargadas de matizaciones.

'El problema que tiene Menem es la mala imagen que pesa sobre él tras haber sido salpicado por diversos escándalos de corrupción; sin embargo, es el que está más dispuesto a arriesgar con sus políticas', señala Arlo Carrió, analista de Sabadell Banca Privada.

Precisamente lo que más gusta de Menem es su determinación para alcanzar un acuerdo con los acreedores de Argentina y con el FMI. Este candidato se ha mostrado abierto negociar tipos de interés más bajos y vencimientos más largos con el fin de que cerca de 700.000 inversores internacionales puedan recuperar parte del dinero que se esfumó cuando Argentina declaró una moratoria que afectó a 95.000 millones de dólares en títulos de deuda pública.

Por su parte, Kirchner ha manifestado que sólo se ocupará de reparar el daño causado a los bonistas si el pago de la deuda exterior no va en contra del bienestar de los ciudadanos argentinos. Asimismo ha mantenido en algunos momentos de su campaña un duro discurso contra el FMI, organismo al que Argentina debe cerca de 14.000 millones de dólares. 'Menem conseguirá un acuerdo con el FMI y los bonistas mucho más rápido que Kirchner', señalaba ayer a Bloomberg José Barrionuevo, jefe de análisis de Latinoamérica de Barclays.

No obstante, los expertos prefieren no tomarse a pies juntillas las declaraciones efectuadas por ambos candidatos en la campaña electoral. 'Aunque a primera vista parece que la apuesta de Kirchner es de corte populista, no se sabe si esto ha sido una estrategia electoral. Lo que está claro es que el mercado no ha repudiado, ni mucho menos, a Kirchner', señala Lucas Vigier, de Analistas Financieros Internacionales.

El factor Lavagna

Vigier añade que una de las principales bazas que tiene Kirchner es el apoyo del actual ministro de Economía argentino, Roberto Lavagna. 'La política que ha llevado Lavagna ha recibido un aprobado por parte del mercado, lo que fortalece de rebote a Kirchner', añade Vigier. No obstante, este analista reconoce que para las empresas que mantienen inversiones extranjeras en Argentina, como las españolas, el candidato más idóneo ahora es Carlos Menem, ya que 'es el que más ha recalcado la necesidad de mantener buenas relaciones con los inversores externos'.

Sobre el impacto que puedan tener la políticas a aplicar por Menem o Kirchner para las empresas españolas, Arlo Carrió opina que todavía es demasiado pronto para aventurar alguna dirección. 'Gane quien gane, yo aconsejaría esperar un año para ver qué es lo que ocurre en Argentina', concluye este experto.

El tono prudente es una característica compartida por todos los analistas, aunque no la ligera preferencia por Menem. Estefanía Ponte, de Beta Capital, se apoyaba en las buenas maneras del ministro de economía Lavagna y la decisión de Kirchner en mantenerlo en su puesto para apostar por este último candidato. 'Lavagna ha sido el artífice del último acuerdo con el FMI para aplazar los pagos con este organismo y de la liberalización del corralito', subraya Ponte.

Por su parte, José Luis Martínez, economista de Citigroup, recalcó que el mayor problema al que se enfrenta Argentina son las dudas que se plantean sobre la gobernabilidad del país. 'Lo importante una vez accedan a la presidencia va a ser el respaldo político que tienen para gobernar y alcanzar un acuerdo con el FMI', señaló Martínez, que recuerda la profunda división social que ha causado en Argentina la última crisis, así como las dos facciones enfrentadas del peronismo que representan Kirchner y Menem.

Murphy, el deseado por los mercados, se queda fuera

De los cinco candidatos que se habían presentado a la primera vuelta de las elecciones argentinas, sólo Ricardo López Murphy había recibido un amplio catálogo de halagos por parte de las firmas de inversión.En un informe publicado el pasado viernes, los analistas de Credit Suisse First Boston apuntaban que las medidas de López Murphy, un hombre educado en la escuela económica de Chicago, eran las únicas con 'un claro atractivo para el sector empresarial'. A los expertos de este banco de inversión les agradaban especialmente las intenciones de Murphy de aplicar un fuerte control fiscal y su apuesta para recuperar la confianza de los inversores internacionales a través de acuerdos con el FMI y con los bonistas.No obstante, lo que más gustaba a los expertos de López Murphy era su papel de hombre nuevo en la carcomida clase política argentina. 'Murphy representaba una imagen de limpieza que los demás candidatos no tienen', señala Estefanía Ponte, economista de Beta Capital.Arlo Carrió, de Sabadell Banca Privada, añade que sin López Murphy Argentina ha perdido una buena oportunidad para renovar su clase política'. Los observadores políticos explicaban ayer que la candidatura de López Murphy no ha triunfado por la tardanza de éste en presentarse a las elecciones presidenciales y porque la maquinaria política de los candidatos peronistas ha logrado movilizar a los votantes, mientras que los insatisfechos se encontraban divididos entre Murphy y Elisa Carrió.

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