Más que monetarios
Los fondos monetarios dinámicos utilizan técnicas de gestión alternativa que permiten conquistar algo más de rentabilidad que los Fiamm tradicionales. Las ganancias de estos últimos rara vez superan el 3% debido a las bajas tasas de interés oficiales
La evolución a la baja de los tipos de interés a corto plazo en la zona euro ha traído consigo una disminución de las rentabilidades esperadas en los productos ligados a esta clase de activos para los próximos meses. Esta tendencia es muy importante, ya que nos encontramos ante el tipo de inversión más conservadora dentro del abanico de activos financieros. Aquella en la que casi todo inversor debería tener una parte de sus ahorros, ya sea por razón de liquidez o de diversificación, porque así lo requiere el perfil de rentabilidad-riesgo buscado para alcanzar sus objetivos.
El tipo de interés oficial del Banco Central Europeo se encuentra en la actualidad fijado en el 2,5% y las perspectivas para los próximos meses es que pueda recortarse en otro 0,25%-0,50%, dadas las expectativas de debilidad económica en Europa. Como puede apreciarse en el gráfico de esta página, esta evolución bajista (en este caso del euribor a 12 meses) ha sido prácticamente una constante desde mediados del año 2000.
Si nos centramos en los productos de renta fija a más corto plazo, tanto las cuentas corrientes, remuneradas o no, como los depósitos e imposiciones a plazo fijo, o los fondos Fiamm, han sido testigos durante los últimos meses de una merma en las rentabilidades ofrecidas.
¿Qué podemos esperar para los próximos 12 meses si no queremos exponernos al riesgo en nuestras inversiones? Una rentabilidad que en la mayoría de los casos, asumiendo un escenario de una reducción por parte del BCE del 0,25%, no va a superar en mucho el 2% o el 2,5%.
Si nos centramos en los fondos de inversión, probablemente el mejor producto en términos financiero-fiscales para la generalidad de inversores, habrá que tener muy en cuenta las comisiones que incorporan. Una comisión de gestión anual del 1%, como tiene un gran número de fondos Fiamm, podría no llegar a compensar la mejor fiscalidad del producto y llevar al partícipe a una rentabilidad en el entorno del 1% o el 1,5% para los próximos 12 meses. Si nos fijamos en la rentabilidad que están ofreciendo estos fondos de dinero en lo que llevamos de año, hasta el 8 de abril, encontramos que el más rentable ha dado un 0,84%, el menos rentable, un 0,39% y la media ponderada de todos los Fiamm un 0,54%. Si extrapolamos estos resultados para todo el año 2003, llegamos a unas cifras del 3,16%, el 1,46% y el 2,03%, respectivamente. Y esto sin contar con que difícilmente se mantendrán las rentabilidades actuales si, como se espera, se produce una rebaja de tipos en el segundo trimestre del año.
Por tanto, la diferencia entre poder obtener en los próximos 12 meses un 1% o un 2,5% en un fondo Fiamm, va a estar muy influenciada por los gastos que tenga el producto, pero también vendrá explicada por la gestión que se haga con esos activos de renta fija a corto plazo.
Y aquí, en lo relativo a la gestión, entramos en el tema central del artículo. A grandes rasgos podríamos contemplar tres tipos de fondos de dinero. En primer lugar, nos encontraríamos ante los Fiamm sin riesgo, es decir, aquellos que invierten sus carteras en activos de gobierno de alta calidad de crédito: letras del Tesoro y repos, fundamentalmente. Estos productos tienen mucho sentido para las partes más conservadoras de las carteras y cumplen con la idea que tiene la mayoría de los inversores de los Fiamm como activos sin riesgo.
Por otro lado, tenemos los fondos de dinero que invierten tanto en renta fija de gobiernos como en renta fija de empresas, siempre con la limitación -para todos los Fiamm- de que esos títulos no presenten un vencimiento superior a 18 meses. Una buena gestión de estos bonos de empresas puede incrementar en algunos puntos básicos la rentabilidad de los activos de gobierno, aunque incorpora ciertos riesgos de rentabilidades negativas y una mayor volatilidad de los rendimientos. Es importante conocer, a la hora de invertir en un fondo de esta categoría, los riesgos -y concentraciones o limitaciones a los mismos- que se están asumiendo en este tipo de gestión.
Por último, nos encontramos un nuevo tipo de producto que gestiona la tesorería de forma diferente: los monetarios dinámicos. Partiendo de la base de que gran parte de su cartera se gestiona de forma muy parecida a la de los productos que acabamos de comentar -activos de renta fija de gobierno y de empresas a muy corto plazo-, destinan un porcentaje reducido de sus inversiones a utilizar estrategias de gestión alternativa para intentar mejorar la rentabilidad. Lógicamente, el riesgo, que no es elevado, también es mayor que el asumido en los Fiamm sin riesgo.
Tal y como comentábamos hace unas semanas, en relación a los productos de gestión alternativa, normalmente las estrategias que utilizan son no direccionales, es decir, les da igual que suban o bajen los mercados en los que invierten, porque lo que buscan son ineficiencias en los precios de distintos activos para arbitrar esas oportunidades de inversión y sacar una rentabilidad positiva.
Estos fondos de tesorería dinámica han empezado a conocerse por el inversor español hace muy poco, dada la escasez de este tipo de productos en nuestro mercado. Sin embargo, en otros países, y sobre todo en Francia, son fondos que tienen varios años de historia y miles de millones de euros bajo gestión. Es de esperar, en cualquier caso, y dado el bajo nivel de los tipos de interés, que estos productos empiecen a tener una mayor presencia en el mercado español durante los próximos meses.
Uno de los pocos productos de estas características registrados en España para la venta a particulares es el CA AM Monetario Dinámico FIMS de Crédit Agricole. Este fondo realiza una gestión activa de arbitraje en divisas, bonos internacionales y bonos convertibles, con una parte reducida de sus inversiones, para intentar arañar un poco de rentabilidad al euribor.
Como resumen, o recomendación para los inversores que quieran tener parte de sus inversiones en activos monetarios, les aconsejamos que, antes de tomar la decisión, pregunten en su entidad sobre los gastos de los productos en los que vayan a invertir, la política de gestión, qué posiciones de riesgo se están asumiendo, qué limitaciones tiene en cuanto a esos riesgos y la posibilidad de obtener resultados negativos en esa inversión, aunque sea durante periodos cortos de tiempo.
Probablemente los tres tipos de productos que acabamos de comentar tengan cabida en muchas de las carteras de los inversores, pero en términos de activos monetarios, o liquidez, hay que tener también presente que pasar de una inversión sin riesgo a otra con algún porcentaje del mismo (aunque sea limitado), supone un cambio muy importante -podríamos decir que incluso infinito- en el nivel de riesgo asumido.