Endesa vende el 3,01% de Repsol YPF para reducir la deuda financiera
Endesa ha dado un paso más en el cumplimiento de los objetivos de desinversión de su plan estratégico y se ha deshecho de su participación de 36,8 millones de títulos de Repsol YPF, equivalentes al 3,01% del capital. La operación de venta, que ha sido materializada por BBVA Bolsa y Morgan Stanley, se ha cerrado por un importe de 506 millones de euros, a 13,75 euros por título, cifra similar al valor en libros de Endesa de esa participación. Las acciones han sido adquiridas por inversores institucionales, extranjeros y españoles
La eléctrica, pese a que no ha obtenido plusvalías por la operación, ha realizado la desinversión en un momento de repunte de las acciones de Repsol YPF, que han subido un 13% en lo que va de año, aupadas por la reducción de su deuda y la subida de la cotización del crudo. Además, los informes de los analistas no hacen prever que, dadas las incertidumbres del mercado, las petroleras vayan a revalorizarse de forma significativa en Bolsa a medio plazo. De esa forma, éste parece ser un momento adecuado dentro de la crisis, ya que la empresa que preside Alfonso Cortina había caído fuertemente en Bolsa en el año precedente, más de un 23%, castigada por el impacto en el grupo de la debacle de la economía argentina.
Y Endesa, primera eléctrica del mercado español, que ha incluido la reducción de la deuda financiera entre sus objetivos prioritarios, no quiere ralentizar el calendario de desinversiones. La compañía, a 31 de diciembre pasado, ya había realizado o comprometido 3.220 millones de euros dentro de ese programa, que asciende a un total de 7.000 millones tras la revisión del plan estratégico, aprobada el pasado octubre.
Tras esta operación y la obtención de todos los ingresos que le corresponden por la venta de los activos de transporte de alta tensión a Red Eléctrica de España (REE), el grupo que preside Manuel Pizarro tiene otras transacciones en su punto de mira. Por un lado, la reducción al 3% de su presencia en el capital de REE, mientras que considera más 'estratégica' su presencia en Aguas de Barcelona.
Y, más a medio plazo, previsiblemente para el próximo año, la gran baza de desinversión de Endesa es la reducción de su participación en Auna, la segunda operadora de telecomunicaciones del mercado español.
Otra posible vía, pero que es descartada por los directivos de la empresa, es la venta de activos eléctricos. Y es que consideran que no necesitan desprenderse de las participaciones unidas directamente a sus negocios centrales: electricidad y gas. Esta compañía dio por cerrado ese capítulo con la venta de Viesgo a Enel, que le sirvió para hacerse con Elettrogen, filial que controla el 7% del mercado italiano.
La eléctrica cerró el pasado ejercicio con una deuda financiera de 22.700 millones de euros, con un recorte del 6,4% respecto al ejercicio anterior. El endeudamiento, aunque casi 8.000 millones sean de Enersis y no cuenten con aval del grupo, es considerado muy elevado por analistas y agencias de rating.
La venta del 3% de Repsol YPF se ha traducido en una caída del 4,23% de su cotización en Bolsa. En la jornada de ayer el valor cerró en 13,60 euros por título.
Y Endesa concluyó ayer la emisión de participaciones preferentes por 1.500 millones. Con esa transacción y otras ha conseguido cubrir los vecimientos de su deuda para 2003 y 2004.
El fin del intento de aliar las dos empresas
A principios de 1999, Endesa anunció la compra del 3,64% de Repsol, que entonces todavía no había integrado YPF, en una operación que los implicados y los analistas consideraban que rebasaba el carácter meramente financiero. Tampoco fue valorada como hostil. Por el contrario, con su vocación 'industrial y de desarrollo' intentaba fortalecer el acuerdo anteriormente suscrito por Endesa con Gas Natural. La alianza del gas, petróleo y electricidad se iba a ampliar además a los intereses de esas compañías en América Latina. Meses después, Iberdrola, que sí veía con preocupación esos movimientos, optó por igualar a Endesa en el capital de Repsol.El fracaso de esa alianza, en parte por los cambios introducidos por Competencia al acuerdo Endesa-Gas Natural, cambió las estrategias de las compañías. Después vendrían fracasadas fusiones y fallidas opas.Y ahora, cuando Gas Natural ha vuelto a mover pieza sin el apoyo Repsol YPF, con la salida de Endesa del capital de la petrolera se rompe una de las ramificaciones del complejo entramado de participaciones e intereses cruzados entre las empresas energéticas y de éstas, a su vez, con algunas entidades financieras.