Alemania pide una firma de calificación europea alternativa a S&P y Moody's
El Gobierno de Gerhard Schröder ha comenzado a hacer campaña a favor de una agencia de calificación de riesgo europea que pueda competir con las estadounidenses Standard & Poor's y Moody's. El desplome de los mercados ha afectado con especial virulencia a las empresas alemanas, algo que ha provocado importantes rebajas en sus calificaciones crediticias. Thyssenkrupp, la principal siderometalúrgica germana, ha sido una de las últimas en recibir una fuerte rebaja. Los cuatro principales bancos ya fueron víctimas el pasado ejercicio.
Standard & Poor's bajó el rating de Thyssenkrupp dos escalones hasta situarla en el nivel de bonos basura a finales de febrero. La medida ha suscitado mucha polémica en Alemania al tratarse de una empresa emblemática y de gran tradición dentro del tejido industrial germano.
El Gobierno alemán, presionado ante el estancamiento de la economía y el aumento de empleo, no ha tardado en reaccionar. Prevé introducir este año o a principios de 2004 una legislación para 'asegurar la fiabilidad' de las calificaciones, según señaló el ministro de Finanzas en un comunicado en el que no daba más detalles.
Concentración de poder
Desde el Ministerio de Finanzas abogan por un mayor control que reduzca la influencia que ejercen las grandes agencias de calificación en Europa, en especial la que mantienen Moody's y Standard & Poor's. 'Hay demasiado poder concentrado en pocas manos', señala Dietrich Jahn, funcionario de ese organismo, en declaraciones recogidas por Bloomberg. Alemania no hace referencia a la tercera agencia de calificación crediticia del mundo, Fitch. Esta firma es propiedad de la compañía francesa Fimalac.
El recorte de las calificaciones de crédito encarece la financiación por parte de las empresas, ya que los inversores piden una prima de riesgo más alta, lo que puede disuadir a los ejecutivos a la hora de efectuar planes para expandir la compañía y contratar más personal.
'El poder de las agencias en este país es un problema', manifestó en una entrevista Joachim Poss, portavoz de Finanzas del Partido Socialdemócrata de Schröder en el Parlamento. 'No entienden la cultura económica de Alemania'. Una opinión con la que coinciden algunos analistas alemanes, que consideran que el choque cultural provoca que a menudo no se tengan en cuenta ciertos detalles.
El efecto de las agencias de calificación en Bolsa es significativo. Thyssenkrupp cayó al nivel más bajo de su historia después de la decisión de Standard & Poor's, que, según la agencia, refleja el temor por las obligaciones de pensiones de la compañía. La semana pasada la empresa solicitó un estudio independiente para solicitar si la decisión estaba justificada.
Desde las firmas de calificación se señala que lo relevante es la independencia de los análisis. 'No se puede cuestionar la independencia de Standard & Poor's', señaló a Bloomberg el responsable de la agencia para Alemania.
El regulador de EE UU reconoce a Dominion
Las voces que abogaban por una nueva agencia de calificación de riesgo han recibido respuesta a estas plegarias al otro lado del Atlántico. La semana pasada, los reguladores de Estados Unidos reconocieron a la agencia canadiense Dominion Bond Rating Services y le dieron los permisos pertinentes para competir con Moody's, Standard & Poor's y Fitch. La Comisión de Valores de EE UU (SEC en inglés) rompió lo que algunos han llegado a calificar como el oligopolio de las tres grandes al abrir el mercado a la agencia canadiense, algo que no había ocurrido desde 1991. Dominion, con sede en Toronto, evalúa más de 400 compañías y está especializada en la industria de materias primas. La agencia canadiense llevaba tres años buscando la aprobación de la SEC y reconoció que le ayudará en su expansión por Estados Unidos, donde acaba de abrir una oficina en Nueva York. Dominion expresó su intención de continuar creciendo para llegar a instalarse en Europa con el tiempo. Los inversores aplauden la entrada de una nueva agencia de calificación por la información que pueda aportar, aunque muchos reconocen que el impacto será limitado. Consideran que las agencias, de momento, no variarán su manera de actuar.