El parón industrial y la caída del consumo en EE UU dificultan la salida de la crisis
La incertidumbre de la guerra contra Irak y las repercusiones que pueda tener en la economía estadounidense se han traducido en una posición de espera por parte de empresarios, inversores y consumidores. Esa espera ha llevado a una menor producción industrial según los datos del ISM. Según este instituto, cualquier lectura por encima de 50 en este índice significa aumento de la producción, por lo que aún se considera que la industria sigue en expansión.
En perspectiva, la caída registrada es fuerte respecto a los tres meses anteriores, cuando se había registrado una fuerte mejora del índice.
Además del factor bélico, los responsables de este índice hacen notar el aumento de los precios de la energía como factor a tener en cuenta y la irregularidad en los calendarios de las fábricas provocados por las intensas nevadas registradas en la mayor parte del país y que obligaron a cierres en muchos negocios durante varios días. A pesar de este factor estacional, algunos ejecutivos de empresas, reunidos hace apenas unos días en Boca Ratón (Florida), hablaban de un exceso de capacidad en algunos sectores.
El anuncio de la caída del índice ganó ayer profundidad al conocerse los datos del Departamento de Comercio que verificaban el progresivo debilitamiento del consumo (responsable de dos tercios del PIB), pese a la mejora del 0,3% de los ingresos. El gasto de los ciudadanos en enero se resintió un 0,1%. Es la primera caída en cuatro meses, pero también es el momento en el que se detecta el mayor retroceso (un 5,7%) en el consumo de bienes duraderos en 13 años. En diciembre este gasto en particular creció, sin embargo, un 6,8%.
Caen las ventas de coches
Buena parte de este peor componente se deriva de las menores ventas de coches por la retirada de algunas de las rebajas. Los coches conforman el 25% de las ventas totales al por menor. La inversión en servicios creció un 0,4% al verse beneficiada por las temperaturas y la subida del recibo de la luz y el gas. La compra de bienes no duraderos también mejoró un 1,4% por los efectos de las rebajas.
Lo que se mantiene con extraordinaria fortaleza es la inversión en las compras de casas, que mejoró para sorpresa de analistas un 1,7% en enero, al crecer a un ritmo anual de 877.900 millones de dólares. La subida marca una continuidad de cinco meses de evolución positiva. Es el sector residencial el que sigue creciendo, con las hipotecas fijas en los niveles más bajos desde 1963 al estar por debajo del 6%, y todo ello a pesar de que se ha detectado una subida de los precios de las viviendas en el último trimestre de 2002 del 6,89%.
En el lado negativo, la construcción no residencial, que cayó un 0,3% después de que en todo el año 2002 lo hiciera un 14,9%. Las vacantes en oficinas estaban en el último trimestre en su peor momento en nueve años, según Richard Ellis. Las autoridades y el mismo presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, han dicho que no hay burbuja inmobiliaria.
Este panorama debilitó al dólar en beneficio del euro. La divisa europea cotizaba ayer a 1,0885 dólares, lo que supone una subida del 0,72% respecto al cierre del viernes de 1,080 dólares por euro.