Entre China y Corea del Norte
Entre la bonanza económica de China y las tensiones geopolíticas en Corea del Norte, la región asiática está librando una batalla para sobresalir del resto del mundo, y de momento la está ganando. Desde comienzos de año, un buen puñado de fondos que invierten en Asia han acumulado revalorizaciones medias en torno al 6%, que en algunos casos rondan el 10%. Mucho más, sin duda, de lo que han obtenido otros fondos de renta variable europea o estadounidense. El empuje parece provenir de China, futura superpotencia llamada a jugar un papel económico muy relevante en los próximos años. El lastre, de momento, se encuentra en Corea del Sur, cuyo mercado se está viendo atenazado por la tensión geopolítica con Corea del Norte, tras la decisión de este país de reanudar su carrera nuclear.
'Esperamos un recuperación moderada en Asia este año, con un crecimiento hasta el 6,7% frente al 6,4% de 2002, dirigido por China, India y Singapur', sostienen los analistas de Credit Suisse First Boston. 'A medida que la economía global entre en una suave recuperación, las exportaciones asiáticas probablemente se acelerarán de nuevo, después, eso sí, de una breve moderación en la primera mitad de 2003'.
Con el paso de los años, las economías asiáticas han reducido su correlación con el resto del mundo gracias a un proceso de reformas iniciado tras la crisis de 1997. Un proceso basado en la reducción de la dependencia externa, mediante la ausencia de nuevas emisiones de deuda soberana, suaves controles de capitales para evitar la volatilidad de las divisas y la búsqueda del superávit por cuenta corriente.
'Los activos asiáticos tienen correlación baja con las acciones de países desarrollados, en mercados que gozan de entradas netas de capital y cuentan con liquidez en economías con balanzas por cuenta corriente sólidas y consumo doméstico en crecimiento', confirman los gestores de Pictet Funds.
Al tiempo, las exportaciones se han convertido en el caballo de batalla de muchas economías de la región, encabezadas por China, verdadero motor del crecimiento asiático. 'China ha sido capaz de convertir sus bajos costes laborales en una importante ventaja competitiva, gracias básicamente a su apertura a la inversión extranjera y a la estabilidad política', afirma en un informe Mark Mobius, gestor del China Fund de Franklin Templeton. 'Los productos chinos han ganado cuota de mercado globalmente desde la crisis monetaria asiática de 1997 y 1998 y el vuelco económico que comenzó en 2000'. Los gestores barajan perspectivas optimistas para el futuro, más aún cuando China acaba de entrar en la Organización Mundial del Comercio (OMC), para lo que ha tenido que llevar a cabo un buen número de reformas liberalizadoras que han atraído más inversión extranjera.
El potencial de crecimiento de China ha llevado a algunos a predecir incluso que pueda desbancar a Japón como la primera economía de la zona. Quizás aún es pronto para que eso suceda. 'En términos de tamaño absoluto, la economía japonesa es todavía mayor que la china', apunta Mark Mobius. 'Su demanda doméstica sobre el PIB es también mucho mayor que la de China, y la demanda de consumo es aún mucho mayor en Japón que en el resto de Asia', añade. Pero además la fase exportadora de ambas economías es muy diferente en cuanto al tipo de productos comercializados, con lo cual no se está dando una competencia directa.
Incluso, China está colaborando al desarrollo japonés a través de las importaciones y de la inversión directa que recibe de éste. 'China ha sido una de las pocas fuentes de crecimiento para Japón en los últimos trimestres', señalan los analistas de Salomon Smith Barney en un informe en el que cifran en el 1,5% del PIB las exportaciones de Japón a China.
Tanto en este último país como en el resto de la región se impone la búsqueda exhaustiva de valores. Los gestores especializados en la región priman, al menos de momento, aquellos cuyo valor en Bolsa no refleje el verdadero valor de la compañía.
El potencial de China es innegable y su creciente actividad está beneficiando a sus vecinos. A corto plazo, sin embargo, la tensión generada entre Estados Unidos y Corea del Norte está afectando a algunos mercados de la zona, especialmente a Corea del Sur, directamente implicada en el conflicto. 'Creemos que las tensiones en la península coreana irán aumentando, pero no esperamos que termine con una acción militar', sostienen en Credit Suisse First Boston. 'Es posible que persista un dibujo incierto durante bastante tiempo, lo que elevaría la prima de riesgo de la región y en especial de Corea del Sur', añaden.
Los expertos de esta firma estiman que la economía surcoreana debería ser lo suficientemente robusta para soportar el nivel de tensión actual, y dudan de que se produzca contagio a otras regiones. Pero advierten: 'Si el riesgo de guerra aumentara, se secaría el flujo de capital extranjero y se desplomaría la demanda interna. Y aún más, el conflicto podría acercar la posibilidad de una reunificación de las dos Coreas, lo que sería negativo para el potencial de Corea del Sur a largo plazo.'