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Expertos

Los analistas insisten en la cautela tras el demarraje de la Bolsa en 2003

El Ibex firmó ayer su segundo retroceso de las últimas nueve sesiones. Sin embargo, este fulgurante inicio del año, que ha llevado al índice a ganar el 8,78%, representa tan sólo una anécdota de la que se pueden sacar pocas conclusiones para los meses futuros. Los analistas insisten en que nada ha cambiado en el mercado para pensar que puede seguir subiendo en las próximas sesiones.

Antonio Castell, analista de Safei, explica que el comportamiento reciente del Ibex no ha variado la visión que tiene su firma respecto a la Bolsa. 'Nosotros venimos recomendando cautela desde hace tiempo. Dejando aparte el telón de fondo que supone la amenaza de guerra en Irak, no vemos que las cifras económicas, sobre todo las de EE UU, arrojen esperanzas claras de recuperación. Si a ello le unimos la escalada del crudo, que provoca menores tasas de crecimiento, nos hace ser muy escépticos respecto al comportamiento del mercado', señala Castell.

Para Miguel Pareja, director de análisis de Eurodeal, existen tres factores de riesgo a tener en cuenta. En primer lugar unos volúmenes más bien modestos que cuestionan la solidez de las últimas subidas. En segundo término, las posiciones muy a corto plazo que están tomando las firmas de inversión, que invitan a pensar que el dinero se retira tan pronto como entra en el mercado. Por último, explica Pareja, 'en las últimas sesiones han aumentado las posiciones cortas (o de venta) en los mercados de derivados de EE UU', un signo de que los inversores no confían en que continúe la tendencia alcista.

Sólo Jordi Falgueras, jefe del departamento de estudios de Gaesco, se muestra algo más optimista. Sin restar importancia a la influencia que tiene el escenario macroeconómico, Falgueras confía en que la recuperación de los resultados empresariales sea suficiente para mantener el pulso alcista de los mercados. 'Va a ser un año de recuperación de las Bolsas y no tanto de recuperación de la economía', apunta Falgueras. Este experto cree que el esfuerzo de reestructuración llevado a cabo en el último año y medio por muchas empresas estadounidense no tardará en dar sus frutos, en forma de mejores resultados de lo previsto.

La temporada de presentaciones de resultados en EE UU ha desviado gran parte de la atención de los inversores, hasta ahora centrada en el escenario geopolítico, hacia Wall Street. La mayoría de firmas de análisis espera pocas sorpresas negativas a lo largo de las próximas tres semanas.

En el tercer trimestre de 2002 los beneficios empresariales de las empresas del S&P 500 se incrementaron una media del 7% respecto al mismo periodo del año anterior. El consenso del mercado prevé que en el cuarto trimestre el crecimiento de estos beneficios alcance una media cercana al 15%.

Sin embargo, el mercado parece no contentarse sólo con que las cifras superen a las del mismo periodo de años anteriores. Los analistas insisten en que las Bolsas necesitan ver signos claros de recuperación en la inversión empresarial. El ejemplo más claro ha sido Intel, que pese a presentar el martes por la noche un beneficio superior al esperado, abría ayer a la baja tras anunciar que recortará sus gastos de capital en un 20% durante 2003.

El gigante estadounidense de los semiconductores sirve como termómetro para toda la industria, y si Intel no aumenta su gasto de capital, las esperanzas de una recuperación de la inversión empresarial se desvanecen. 'Hay que recordar que las esperanzas son de recuperación de la inversión, tomando el testigo del consumo como motor de crecimiento de la economía de EE UU', apuntaba ayer en una nota José Luis Martínez, economista de Citigroup.

El sector bancario acapara la atención del mercado

Los bancos están acaparando gran parte de la atención del mercado en este arranque de año. No sólo porque estén entre las primeras sociedades del continuo que presentan resultados. También porque la mejora de la situación en América Latina está ayudando a la cotización de los dos grandes, BBVA y Santander. La operación de BBVA, que vendió su filial brasileña, espoleó su cotización en la sesión en la que se anunció la operación. Pero sus efectos aún colean. Por ejemplo, el italiano Banca Nazionale del Lavoro se disparó en Bolsa el martes, un 6,88%, ante la especulación de que la entidad española pretendía incrementar su participación en la italiana. Ayer BNL cedió, no obstante, un 3,85%.En esta línea, JP Morgan comentaba ayer que el banco seguramente encontrará para los fondos captados al vender BBVA Brasil un destino mejor que la rentabilidad sobre el capital invertido del 2,7% que obtenía en Brasil. Comenta que el impacto sobre beneficios será limitado, y que la valoración está, hoy por hoy, ajustada. Tanto en BBVA como en Santander. Para esta última entidad, JP Morgan ha elevado las previsiones de beneficios obtenidos en Brasil en 180 millones de euros para 2003. Este cambio en las expectativas refleja principalmente la buena marcha del real. Supone un 8% del beneficio por acción. Por otro lado, los analistas de Credit Suisse comentaron ayer la convención de directivos del banco, en el que Botín cambió el tono del recorte de costes al aumento de ingresos. Santander quiere aumentar el 9,5% el crédito, un 6,5% los fondos de clientes y entre un 8% y un 10% las comisiones. Para Credit Suisse, los objetivos son agresivos. La entidad recalca, además, que para un banco con una cuota de mercado tan alta como BBVA ganar otro 0,5% ya es mucho.

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