La OPEP acuerda reducir la oferta y el precio del petróleo sube más del 2%
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El acuerdo adoptado por la OPEP, a instancias de Arabia Saudí, supone una aparente disparidad. Los 10 países de la organización acordaron subir la cuota de producción de los actuales 21,7 millones de barriles al día a 23 millones a partir del próximo 1 de enero.
Eso implica, contra lo que cabría suponer, que los socios tendrán que reducir su producción 1,4 millones de barriles, dado que superaban hasta ahora su propia cuota en 2,7 millones de barriles diarios.
Con este movimiento, la OPEP trata de recuperar la credibilidad del sistema de cuotas, perdida a lo largo del año, y endurecer el control que ejerce sobre los precios del petróleo. El objetivo es que el precio del barril se sitúe por encima de los 25 dólares, es decir, en la parte alta de la banda 22-28 dólares que la organización utiliza como referencia.
'Cuanto más crea el mercado que las cuotas reflejan la producción, mayor efecto tendrán éstas', aseguraba ayer Raad Alkadiri, analista de Petroleum Finance.
El precio del barril de brent, el de referencia en Europa, subió ayer algo más de 62 céntimos, hasta alcanzar los 26,87 dólares, un 2,3% más que el día anterior.
Dado el actual nivel de precios, el acuerdo añade incertidumbre a un mercado con numerosos frentes abiertos. La huelga general de Venezuela es uno de los factores que más están pesando sobre la cotización del crudo.
Crisis venezolana
La petrolera estatal, PDVSA, tiene sus actividades paralizadas después de que la mayor parte de su dirección y de su flota de distribución se haya sumado a la huelga.
Los trabajadores anunciaron ayer que seguirán el 'paro cívico', que ya alcanza los 11 días, en contra del presidente Hugo Chávez, hasta que el mandatario dimita y sean convocadas elecciones anticipadas.
La crítica situación de PDVSA pone en una difícil tesitura tanto al Gobierno Chávez, que recibe casi el 50% de sus ingresos de la empresa, y al mercado del petróleo, del que Venezuela es el quinto exportador mundial.
De hecho, EE UU, que compra el 13,9% de sus importaciones de petróleo de Venezuela, anunció ayer que está dispuesto a recurrir a las reservas estratégicas para prestar crudo a algunas compañías cuyas refinerías se ven afectadas por la interrupción de los envíos de Venezuela.
El Departamento de Energía matizó, no obstante, que las solicitudes serán estudiadas caso por caso y que las concesiones serán selectivas y no generalizadas.
La colaboración del departamento alcanzará a las empresas que preveían entregar crudo a las reservas estratégicas con petróleo venezolano, con las que la Administración está dispuesta a renegociar los contratos.
A estos dos frentes (el nuevo acuerdo de la OPEP y Venezuela), se suma la tensión que genera la amenaza de un conflicto bélico contra Irak, que desde hace meses ha impuesto una prima de riesgo sobre el mercado de petróleo.
En todo caso, la situación en la región del golfo Pérsico es fuente de inestabilidad para el sector a nivel mundial. El régimen de Bagdad propició ayer un duro revés a sus relaciones con Rusia al cancelar un contrato que mantenía con la empresa Lukoil por importe de 3.700 millones de dólares. Irak alega un 'incumplimiento de contrato', que fue firmado en 1997, extremo que la empresa rechaza.
Riesgo para las Bolsas
Las tensiones geopolíticas derivadas de la amenaza de guerra entre EE UU e Irak es uno de los principales factores de incertidumbre que amenaza la recuperación de la economía mundial y a los mercados financieros globales.
En su último informe sobre la Estabilidad Financiera Global, el FMI reconoce que 'el sentimiento de los inversores se ha deteriorado aún más en el tercer trimestre' y que 'la incertidumbre y los riesgos sobre la fuerza y la duración de la recuperación económica y los beneficios empresariales' han aumentado significativamente.
El organismo considera que nuevas caídas de las Bolsas en los principales mercados tendrán un efecto negativo sobre el gasto de los consumidores estadounidenses y la salud de las instituciones financieras europeas. Asimismo, la creciente aversión al riesgo ha puesto en serias dificultades a los países emergentes, por la imposibilidad de lograr la financiación necesaria. El organismo advierte que 'el desarrollo de la situación en Brasil es particularmente importante, dada la alta exposición de destacados inversores a sus títulos.
El euro sube a niveles máximos desde enero de 2000
Las malas perspectivas del petróleo se vieron compensadas, al menos a este lado del Atlántico, por la recuperación del euro. La divisa europea alcanzó ayer la cotización más alta frente al dólar desde el 17 de enero de 2000, con una subida de casi el 1% hasta 1,0182 dólares por euro. El origen de esta recuperación, como siempre, está en la divisa estadounidense. Y es que los datos que ayer ofreció la primera economía mundial arrojan nuevas dudas sobre el sentido de su recuperación, informa Ana B. Nieto desde Nueva York. Por el lado positivo, el consumo no deja de dar sorpresas al crecer en noviembre las ventas al por menor un 0,5% excluyendo el sector del automóvil que se ha empezado a sumir en una espiral de caída a pesar de las facilidades de compra. Al mismo tiempo, vuelven a subir las peticiones semanales de ayudas de desempleo hasta 441.000. Y mientras el deterioro de las cuentas públicas aumenta, según cifras revisadas del déficit por cuenta corriente, esta caja acumula 127.000 millones en números rojos en el tercer trimestre (de los 127.600 del anterior), y no es suficiente para alejar el peligro que este agujero implica para la economía. EE UU necesita 1.400 millones de dólares al día en capital extranjero para financiarse. El economista de Morgan Stanley, Stephen Roach, dijo ayer a Bloomberg que con las cifras de déficit no se tiene una receta para el desarrollo sostenido y equilibrado de la economía. 'En el próximo año más o menos el dólar va a situarse en una carrera de descenso', dijo.