Berlusconi busca aliados para pedir un retraso en el objetivo de déficit cero
Los líderes conservadores de Italia, España, Francia, Portugal, Luxemburgo y Holanda apoyan públicamente sin fisuras el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Sin embargo, Berlusconi declaró el lunes por la noche que cuenta con el apoyo de algunos de sus colegas populares para pedir un aplazamiento en la fecha límite fijada para conseguir el déficit cero.
El primer ministro italiano reconoce, sin embargo, que el debate ha sido pospuesto hasta después de que se celebren las elecciones alemanas. Y el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, precisó ayer que no existe unanimidad al respecto dentro del bloque de líderes populares.
De los cuatro países de la zona euro con mayores dificultades para cumplir el objetivo de déficit, tres (Francia, Portugal y la propia Italia) tienen Gobiernos conservadores. El cuarto es Alemania, un país en el que mantienen un durísimo pulso el actual canciller socialdemócrata Gerhard Schröder (ardiente defensor del Pacto de Estabilidad) y el conservador Edmund Stoiber (partidario de aplicar los compromisos fiscales con un criterio más flexible).
Un retraso en las fechas establecidas por el Pacto de Estabilidad podría ser apoyado también por Bélgica, según indicó ayer Marc Marechal, asesor del Ministerio de Finanzas de este país. 'Somos pragmáticos y si las economías se están desacelerando, entonces es mejor no presionar demasiado a favor del calendario de equilibrio presupuestario', señaló. 'Si el ciclo económico no mejora', añadió Marechal, 'entonces un retraso en el equilibrio de los Presupuestos es inevitable'.
Prodi pide más esfuerzos
Sin embargo, el Ejecutivo europeo insiste en defender el calendario previsto. El presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, declaró ayer en Lisboa que Alemania, Francia, Italia y Portugal tendrán que hacer esfuerzos adicionales para cumplir el Pacto de Estabilidad. En su opinión, en un contexto de crisis financiera, 'es incorrecto enviar un mensaje de indisciplina'.
Prodi destacó, no obstante, los avances conseguidos en materia fiscal dentro de la zona euro. Pese al aumento registrado en los déficit presupuestarios durante los últimos meses, el saldo fiscal negativo de la zona euro ha pasado del 5,5% del PIB en 1993 a menos de un 2%.
Las políticas de supresión del déficit se han visto entorpecidas por una fuerte desaceleración del ritmo de crecimiento económico que, además, dificulta las bajadas de impuestos prometidas por Berlusconi y por el francés Jean-Pierre Raffarin durante sus campañas electorales.
Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea avisaron el pasado fin de semana en Copenhague de que las previsiones de crecimiento del PIB de la zona euro han sido rebajadas al 1% en 2002, en lugar del 1,4% augurado en abril.
En Italia, el instituto Istat comunicó ayer que el PIB creció un modesto 0,2% interanual en el segundo trimestre del año. Además, el Banco de Italia anunció que el déficit de las Administraciones públicas alcanzó un récord de 138.660 millones de euros en junio. Y los ingresos tributarios cayeron un 1,67% en los siete primeros meses de año.
Una batería de indicadores que ponen en evidencia las dificultades que afronta el Gobierno de Berlusconi en materia fiscal y que reavivó las duras críticas de la oposición.