Charles Goodhart: “Si el euro sigue debilitándose complicará al BCE los recortes de tipos”
El ex del Banco de Inglaterra cree que si la guerra comercial se recrudece y China queda excluida del mercado estadounidense habrá una “avalancha” de coches eléctricos de bajo coste hacia Europa
Economista del Banco de Inglaterra entre 1968 y 1985, profesor emérito de la London School of Economics, y autor de varios libros en los que ha tocado temas como la política monetaria, los efectos del envejecimiento sobre la economía o la inflación, el británico Charles Goodhart es, a sus 88 años, un gran conocedor de los entresijos de los bancos centrales. En conversación por videollamada desde su casa en Londres, demuestra que el tiempo no le ha hecho perder la curiosidad por el mundo en que vive. En su análisis de lo que está por venir, augura dificultades para el BCE para seguir bajando tipos si se confirman los peores temores de guerra comercial con Trump y la inflación vuelve a aparecer, y advierte de un redireccionamiento de los productos chinos de bajo coste hacia Europa si EE UU les cierra las puertas con aranceles. Tampoco le han robado los años el sentido del humor: “Estaría bien parecer más joven en una foto antigua”, responde cuando se le pide una imagen actual.
Pregunta. ¿Está la inflación bajo control en Europa y EE UU?
Respuesta. Por el momento, sí. Las cifras muestran que la inflación se ha reducido bastante, hasta quedar más o menos en el objetivo. Sin embargo, hay presiones en Estados Unidos que sugieren que puede volver a aumentar, y la UE y el BCE tienen sus propios problemas. En parte debido a la cuestión sobre cómo reaccionar ante lo que el presidente Trump pueda hacer. Pero no solo eso: también están los problemas políticos, tanto en Francia como en Alemania, particularmente en Francia. Y la tasa de crecimiento en Europa es muy débil, especialmente en Alemania. Así que existe la cuestión de hasta qué punto y con qué rapidez el BCE podría querer recortar los tipos de interés. Si el dólar estadounidense se aprecia, como bien podría suceder cuando el presidente Trump asuma el cargo, eso ejercerá una presión a la baja sobre el tipo de cambio del euro y tendrá un impacto al alza en las tasas de inflación. Y eso ocurriría en un momento en que el euro puede estar cayendo, además, por razones políticas internas. Será difícil para el BCE recortar los tipos en un momento en que el tipo de cambio del euro puede estar débil, potencialmente muy débil.
P. El BCE suele repetir que es independiente respecto a lo que haga la Reserva Federal.
R. No se trata tanto de la Reserva Federal, sino de lo que haga el Gobierno de Estados Unidos. De qué sucede con los aranceles, qué sucede con la posición fiscal de Estados Unidos y qué sucede con el dólar estadounidense. La Reserva Federal está en forma reactiva, reaccionando a acontecimientos que le son ajenos.
P. ¿Cree que el Banco Central Europeo va al ritmo adecuado con los recortes de los tipos de interés?
R. Creo que la respuesta a esa pregunta es, en líneas generales, sí. Una vez más, no sabemos realmente cuáles serán las indicaciones macroeconómicas de las políticas que Trump pueda introducir. Y esas políticas, junto con las preocupaciones políticas internas, pueden debilitar el tipo de cambio del euro.
P. Y para los exportadores europeos, ¿no puede ser una buena noticia un euro más débil?
R. Hasta cierto punto, la respuesta a esa pregunta es sí. La reducción del tipo de cambio del euro ayudará a los exportadores. Es muy probable que se produzca un fuerte aumento de las exportaciones o que los chinos intenten provocar un alza de las importaciones europeas. Pero recuerde que el principal destinatario de los cambios arancelarios de Trump no es Europa ni el Reino Unido, sino China. Y si China queda excluida del mercado estadounidense, es probable que redirija sus exportaciones a Europa. Así que es posible que en los próximos meses nos encontremos con una avalancha de vehículos eléctricos y otros productos chinos bastante baratos. Probablemente ya esté ocurriendo.
P. ¿Cuáles son los mayores desafíos para el BCE en 2025?
R. Los desafíos son políticos. No sabemos qué va a pasar en Francia, no sabemos qué va a pasar en Alemania, ni sabemos qué va a pasar con la política fiscal en Estados Unidos, por ejemplo. Los problemas son que la incertidumbre política y las incertidumbres macroeconómicas y fiscales sobre el futuro son realmente muy considerables. Por eso, los bancos centrales tienden a estar en modo reactivo. No pueden, ni usted ni nadie puede, planificar el futuro de manera óptima porque no se sabe qué va a deparar. Así que hay que esperar y ver cómo se desarrollan realmente los acontecimientos políticos. Es de esperar que Trump tenga éxito en alguna de sus políticas para poner fin, al menos temporalmente, a la guerra entre Ucrania y Rusia. Eso podría llevar a una caída, una mayor caída, de los precios de la energía a medida que los rusos intentan recuperar algunos de sus mercados perdidos. Eso realmente sería un efecto beneficioso neto que abarataría los precios. Pero, de nuevo, tendremos que ver si eso realmente ocurre.
P. La Unión Europea acaba de firmar un acuerdo con Mercosur. Aunque todavía faltan ratificaciones para que se haga realidad. ¿Esta apertura de Europa a áreas como América Latina puede compensar una eventual guerra comercial con Estados Unidos?
R. Creo que es relevante. No queremos que el mundo avance hacia una reversión del libre comercio. El libre comercio es un beneficio neto para todo el mundo. Y el hecho de que Trump esté avanzando en la dirección de aranceles más altos no significa que el resto del mundo deba seguir ese ejemplo.