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Reunión

Brasil pedirá a la banca extranjera que mantenga el crédito a las empresas

El encuentro tendrá lugar en Nueva York entre responsables económicos del Gobierno de Brasil y responsables de los principales bancos estadounidenses y extranjeros con intereses en el país, como Citigroup y ABN Amro. El presidente del SCH, Emilio Botín, no asistirá al encuentro, aseguraron ayer desde el banco. Según informaba The Washington Post, la reunión ha sido impulsada por oficiales del Gobierno estadounidense, lo que confirmaría la clara diferenciación de la Administración de George Bush hacia Brasil respecto a Argentina.

El acuerdo firmado entre el Gobierno brasileño y el Fondo Monetario Internacional (FMI), por el que el país recibirá hasta finales de 2003 ayudas por un monto de 30.000 millones de dólares (30.750 millones de euros) no ha logrado calmar a los mercados financieros. El real cerró el viernes a 3,17 unidades por dólar, frente a las 2,3 unidades de enero, y el riesgo-país ha pasado, desde principios de año, de poco más de 700 puntos básicos a superar la barrera de los 2.100 puntos.

El encuentro con los banqueros persigue que la banca mantenga el crédito a las empresas y les refinancie los vencimientos de deuda, en lugar de exigirles el pago inmediato de las mismas. A la vez, el Gobierno ha venido anunciando nuevas líneas de crédito para los exportadores que, según explicó ayer el banco central, totalizarán unos 5.000 millones de dólares (5.125 millones de euros), procedentes tanto de fondos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Banco Mundial y recursos propios de la entidad.

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Esas medidas evitarían una suspensión de pagos por parte de las empresas y mantendrían la cadena de pagos del sistema financiero, punto fundamental para evitar un agravamiento de la crisis que atraviesa el país, golpeada por lo que uno de los banqueros convocados a la reunión no dudó en calificar como 'efecto contagio' de la crisis argentina.

Esta iniciativa es similar a la que, con éxito, se llevó a cabo en la crisis asiática de 1997. Entonces, el subdirector del FMI, Stanley Fischer, convenció a EE UU y los principales grupos bancarios de que mantuvieran el crédito a empresas y bancos de varios países de la región, entre ellos Corea del Sur, lo que limitó el impacto de la crisis y facilitó la recuperación de las economías.

Apoyo de los candidatos

En el frente doméstico, el interés se centraba en las sucesivas reuniones que el presidente, Fernando Henrique Cardoso, se disponía a mantener con los cuatro principales candidatos electorales. Salvo el oficialista, José Serra, el favorito de los mercados, ninguno de ellos iba dispuesto a ratificar ante Cardoso el compromiso de mantener el plan del FMI para el país.

Tras el encuentro, el líder opositor del Partido Socialista de Brasil, Ciro Gomes, con un apoyo electoral próximo al 29%, se comprometió a respetar todos los contratos firmados por el actual Gobierno y a mantener la política de austeridad fiscal. Gomes, no obstante, pidió tiempo para estudiar el acuerdo con el FMI y prometió un posterior pronunciamiento al respecto.

Por su parte, el candidato del Partido de los Trabajadores, Luiz Inácio Lula da Silva, exigió a Cardoso la adopción de medidas 'inmediatas' para frenar las turbulencias financieras que, a su juicio, no pueden esperar al próximo presidente, que asumirá el cargo en enero de 2003.

Lula, además, entregó al actual presidente una carta en la que confirmó su disposición a 'honrar los compromisos y contener la inflación', en referencia al acuerdo con el FMI, y apostó por mantener un amplio diálogo con todos los sectores para hacer frente a la 'grave situación que atraviesa el país'.

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