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Bolsa

Los inversores apuestan por Asia y Europa del Este

Las dudas sobre la fortaleza de la recuperación en Estados Unidos, avivadas por la fuerte caída del dólar, los escándalos financieros y sumadas a la debilidad de las Bolsas internacionales este año presionan aún más a los mercados emergentes. Latinoamérica, afectada además por las crisis de confianza que azotan a Brasil y Argentina, pierde interés mientras comienzan a ganar atractivo los mercados del sureste asiático y de Europa del Este.

'Se ha producido una aumento de la aversión al riesgo y Latinoamérica ha sido la más golpeada', señala Lucas Vicier de AFI. 'Las economías del sureste asiático han tenido datos de crecimiento muy buenos, y eso les ha beneficiado por la posibilidad de que recuperen más rápido'.

El potencial que ofrecen ciertas Bolsas asiáticas es resaltado también por Andrés Vázquez, de Safei, aunque en su opinión sería más una consecuencia de la mejora económica en Estados Unidos. Este experto señala el potencial que ofrece China o los países europeos con posibilidades de entrar en la zona euro como pueden ser Checoslovaquia o Polonia en el corto plazo.

Cigdem Guclu, de Société Générale, coincide en que señalar el atractivo de estos mercados europeos aunque resalta que se trataría de una apuesta a más largo plazo. 'Polonia aún no tiene las infraestructuras necesarias para absorber una importante entrada de dinero' señala.

Vázquez señala además el interés de Corea. 'China y Corea son dos economías complementarias que se aprovecharían de una recuperación en EE UU y una posible mejora en Japón'.

La incertidumbre que planea sobre Latinoamérica lleva a los expertos a mantenerse cautos con la región. Desde BSN-Banif, por ejemplo, recomiendan evitar Brasil y la región hasta que no se resuelvan las incertidumbres políticas. La firma de análisis, sin embargo, al igual que muchos otros expertos consultados, considera que el riesgo político descenderá conforme se acerquen las elecciones.

Entre tanto, la debilidad del real, que ha perdido ya el 23% desde marzo, y la caída del Bovespa pueden afectar al crecimiento del país.

Brasil, por ello, trata de frenar la crisis financiera a toda costa. El candidato de la izquierda a las elecciones de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, cambió su discurso político radicalmente para tratar de calmar a los inversores. El candidato se ha comprometido a mantener el equilibrio presupuestario y a luchar contra la inflación. 'Preservaremos el superávit fiscal' declaró. Estas noticias y un mayor soporte a su rival Serra en los últimos sondeos permitieron cierto respiro entre los inversores, aunque el temor a que se aleje de la ortodoxia económica practicada en los últimos años no remitirá hasta octubre, cuando se conozca el programa económico del ganador.

'Brasil continúa sin ofrecer indicios claros de recuperación y la inflación es elevada. æpermil;sta es una situación difícil de soportar, especialmente si consideramos que los tipos de interés están al 18,5%', señala José Luis Martínez, de Citigroup.

El FMI se ha mostrado dispuesto a ayudar a Brasil y le ha extendido una línea de crédito de 10.000 millones de dólares, además de flexibilizar las condiciones sobre el mínimo de reservas que debe mantener el país.

Los últimos datos económicos en Brasil, sin embargo, traen sorpresas. El déficit público en mayo aumentó hasta 253.942 millones de euros aunque el Gobierno confía en cerrar el semestre con un superávit del 4,75%, una meta compatible con las exigencias del FMI.

Las dudas sobre el país son evidentes. El Banco Mundial entró en terreno político por primera vez a finales de junio para pedir un programa económico claro de los candidatos a la presidencia en Brasil. Brasil es un país muy dependiente de la inversión extranjera y las crisis de confianza pasan factura.

La crisis argentina, lejos de remitir, es otro foco de incertidumbre

 

 

La situación de los mercados latinoamericanos se agrava. A la crisis argentina, lejos de remitir, se añaden la fuerte inestabilidad que azota a Brasil, las crecientes dudas sobre México por el impacto que pueda tener Estados Unidos -el 80% de las exportaciones mexicanas están destinadas allí- y las incertidumbres políticas y económicas que atraviesa Venezuela.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El Gobierno argentino del presidente Duhalde no acaba de llegar a un consenso con el FMI que le garantice el tan ansiado paquete de ayudas económicas y algunos expertos hablan ya de que no habrá acuerdo firme. Los últimos acontecimientos en el país andino ponen de relieve las disputas internas dentro del propio país para llegar a un consenso sobre las medias a aprobar para acabar con la crisis financiera. La dimisión de Blejer como presidente del Banco Central del país a finales de junio y el nombramiento de Aldo Pignanelli, quien se considera una persona de confianza de Duhalde, acentuó la inestabilidad y, entre tanto, el Gobierno sigue intentando sacar tiempo para aplazar el vencimiento de la deuda.

 

 

 

 

 

 

 

La incertidumbre que azota a la zona, agravada por la crisis bursátil mundial, resta atractivo a la región y pone en peligro la inversión extranjera.

 

 

 

 

 

 

 

Según señalan desde Citigroup, el último informe elaborado por la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) no se muestra muy optimista sobre la evolución de esta partida en los próximos años ante las inestabilidades políticas y económicas de muchos países de la zona y la ausencia de nuevas reformas que puedan incentivar al inversor internacional. La institución señala además otros factores como la aparición de nuevos focos de atracción de la inversión como China o Europa del Este.

 

 

 

 

 

 

 

Según datos de esta institución, Argentina ha sufrido una caída de la inversión extranjera del 70% desde 1995 a 2001 y Brasil le ha seguido con un retroceso del 30%.

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