Más recaudación sin más presión fiscal
Cuando finaliza la campaña de la renta y la Agencia Tributaria española ha fijado como uno de sus objetivos primordiales para este año 2002 la intensificación de la lucha contra el fraude, desde Estados Unidos nos llegan noticias sobre cómo las diversas Administraciones de aquel país están consiguiendo aumentar la recaudación, sin mayor presión fiscal, gracias a la aplicación de las tecnologías de la información en la mejora de la eficacia de la Administración tributaria.
Según un reciente artículo publicado en The Wall Street Journal, varias Administraciones estatales y la Administración federal han conseguido detectar importantes cantidades de dinero provenientes de bolsas de fraude o de declaraciones incorrectas usando una técnica denominada minería de datos. Así, en los últimos tres años el Estado de Texas ha conseguido recaudar 158 millones de dólares adicionales con la ayuda de esta tecnología. En el Estado de Iowa, comparando los datos fiscales con los datos de desempleados, se han detectado casos de fraude de hasta cinco millones de dólares.
¿Dónde está el secreto de esta mina de oro? Las Administraciones tributarias disponen de ingentes cantidades de datos sobre los movimientos económicos. Pero es muy complicado relacionarlos entre sí, e incluso compararlos con los provenientes de otras áreas de la Administración, de forma que se detecten posibles situaciones de fraude o inexactitud.
Por eso normalmente sólo se investigan casos o situaciones específicas, cuando hay indicios muy claros, como el reciente caso del incremento de ventas de coches de lujo en España.
Lo que están haciendo algunos organismos de la Administración estadounidense es utilizar la tecnología de procesamiento masivo de datos para rastrear sistemáticamente, con ayuda de técnica de detección de patrones, toda la información existente y escudriñar hasta el último indicio de irregularidad. Y no sólo con los datos tributarios, sino incluyendo además los provenientes de otras fuentes, como los bancos centrales, aduanas o la Seguridad Social.
Además de conseguir mayores ingresos tributarios, parece que las inversiones requeridas se autofinancian. En el caso del Estado de Texas, el acuerdo con NCR, como compañía suministradora, contempla el pago en función de los resultados obtenidos en la detección de bolsas de fraude.
Está claro que la eficacia en la lucha contra el fraude puede hacer más verdad el dicho de que Hacienda somos todos y mejorar las arcas del Estado sin presionar más a los contribuyentes que cumplen con sus obligaciones. Pero la posibilidad de que cualquier operación pueda ser fiscalizada y toda muestra información pueda relacionarse parece, cuanto menos, un posible atentado a nuestra intimidad.
No se trata de usar los datos para obtener información personal, sino para realizar las obligaciones legales de justo reparto de la carga tributaria. 'Los datos almacenados para ese fin son declarados como tales y tratados de acuerdo con las normas legales de protección de datos. Además, mediante el análisis detallado de los datos los inspectores pueden realizar su actividad con mayor rigor, actuando en los casos más claros y evitando procedimientos que sólo significan una intrusión para el contribuyente'.
La Agencia Tributaria española está inmersa en un proceso de modernización, y ha anunciado convenios con la Seguridad Social y el Banco de España para coordinar y agilizar el intercambio de datos en aras de una mayor eficacia en esta lucha contra el fraude. Es de suponer que entre las acciones a llevar a cabo figure la incorporación de modernas técnicas de análisis de datos, como las que tanto éxito han demostrado en Estados Unidos, a la vista de los resultados obtenidos.