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La polícia vigila las juntas de accionistas en Japón

Un ejército de 6.000 policías vigiló ayer en todo Japón las juntas de accionistas de 1.900 empresas que se celebraban el mismo día como forma de protección contra los extorsionadores profesionales, que suelen irrumpir en ellas para obtener dinero, informaron las autoridades.

Sólo en Tokio unos 2.200 oficiales controlaron las reuniones de 860 empresas para evitar que profesionales del chantaje o miembros del hampa que compraron acciones que les daban acceso a las juntas hostigaran a los directivos aireando los trapos sucios sobre el funcionamiento de la empresa o sobre escándalos personales.

Muchas compañías se vieron afectadas el pasado año fiscal por revuelos relacionados con prácticas ilícitas, por lo que algunas iniciaron sus reuniones con expresiones de arrepentimiento, lágrimas incluidas.

Entre las sociedades que celebraron ayer sus juntas figuran la de productos lácteos Snow Brand Milk, acusada de falsear el origen de las carnes importadas por una de sus filiales, o la de ingeniería JGC y la constructora Nippon Koei, relacionadas ambas con Muneo Suzuki, político actualmente detenido bajo sospechas de cohecho.

Según la Agencia Nacional de Policía, el número de extorsionadores profesionales sokaiya ha subido ligeramente con respecto al año pasado, hasta 430 individuos.

Este año un 76,5% de las empresas japonesas ha celebrado sus juntas de accionistas el mismo día, frente al 96,2% de 1995, cuando la actividad de los sokaiya se encontraba en pleno apogeo. En 1998, algunos miembros sokaiya fueron detenidos tras extorsionar a la compañía aérea JAL. Por aquellas fechas se descubrió que Nissan y Toyota pagaron para evitar el boicot.

La táctica de pedir dinero bajo amenazas de interrumpir las juntas de accionistas con largas intervenciones para describir detalles 'desagradables' de la empresa ha cambiado a reclamos de compensación por pérdidas en las caídas de precios de las acciones bursátiles, según la policía.

Las juntas de accionistas japonesas se conocen tradicionalmente como actos simbólicos de muy corta duración, alrededor de media hora, sin que ningún participante indague sobre temas sustanciales. Pero con la actual crisis, algunas firmas han empezado a desvelar información hasta ahora considerada confidencial, como los salarios o pagas extraordinarias de los directivos.

Otra de las variantes recientes es la posibilidad de los accionistas de emitir su voto a través de Internet, introducida en empresas como el gigante de la electrónica Sony, el de computadores NEC y la telefónica móvil NTT Docomo.

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