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20-J

Los sindicatos paralizan la industria, pero no logran el apoyo masivo de los trabajadores

El paro tuvo mayor seguimiento en Cataluña y Andalucía, donde hubo también manifestaciones masivas. Rato hizo una nueva oferta de diálogo y los sindicatos pidieron la retirada del decreto.

Los sindicatos paralizaron ayer la actividad productiva en la industria y la construcción, pero no lograron el respaldo general de la ciudadanía a la convocatoria de huelga general, como consecuencia fundamentalmente del seguimiento limitado del paro en los servicios de distribución, banca y hostelería. El respaldo, masivo en las manifestaciones de las grandes ciudades, tuvo también diferencias territoriales sensibles, con elevada participación en Andalucía, Extremadura y Cataluña, y más escasa en Madrid, Comunidad Valenciana, Canarias y las dos Castillas. Como interpretación de la jornada de paro, los sindicatos pidieron de inmediato al Ejecutivo que derogase la reforma del desempleo; y el ministro de Economía, que negó que hubiese habido huelga general y culpó del fracaso al PSOE, ofreció una vez más negociación.

El Gobierno, tal como había advertido el presidente Aznar en el Congreso hace una semana, dispuso fuerte presencia policial en los puntos calientes del transporte público, la distribución mayorista y minorista y los grandes almacenes, y los mínimos se respetaron prácticamente en su integridad, aunque mediaron en muchos casos enfrentamientos con los piquetes sindicales.

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El Ejecutivo cifró el seguimiento de la huelga en un 17% de los trabajadores, y los sindicatos la estimaron en un 84%; la patronal, por su parte, habló de 'menos de un 10%' en términos agregados, y 'nulo seguimiento en los servicios'. Pese a la guerra tradicional de cifras, todas las fuentes coinciden en adjudicar un seguimiento mayoritario en las empresas metalúrgicas, constructoras, agroalimentarias y de distribución logística, y muy escaso en comercio minorista, banca, hostelería, sanidad y educación.

Caída de demanda eléctrica

Desde primeras horas de la mañana la Administración admitió, una sensible caída en la demanda de energía eléctrica, como consecuencia del paro en la actividad industrial, así como en el consumo de gas natural, también muy extendido en los procesos productivos. En un comunicado emitido ayer, el Ministerio de Economía cifraba en un 20% el descenso de la energía eléctrica demandada, y en un 20,9% el descenso del gas natural consumido. Las cifras de demanda eléctrica descendieron un 41% en la huelga de diciembre de 1988 y un 34% en la del 27 de enero de 1994, según fuentes gubernamentales.

Estos descensos son coherentes con el grado de participación de la industria y la construcción en el paro, y suponen cifras sensiblemente superiores al consumo diario de energía de una jornada dominical, según fuentes del sector. Un día laborable habitual el consumo es de 30.000 megavatios, y de 20.000 un domingo; ayer, a media mañana, el consumo era de 23.000. Esto supone que sólo se demandó un 30% del consumo extraordinario de una jornada laborable.

Respeto a los mínimos

La fuerte presencia policial en los distribuidores de transportes de las grandes ciudades (cocheras de autobuses, estaciones ferroviarias de cercanías, cabeceras de líneas de metro, etc.) supuso el cumplimiento de los servicios mínimos, pese a mediar en muchos casos enfrentamientos entre las fuerzas policiales y miembros de los piquetes sindicales. En algunos casos, como en el transporte urbano de Madrid, salieron a la calle unos 300 autobuses más de los marcados por servicios mínimos, aunque en todos los casos con presencia policial. Transportes cifró el paro en Renfe en un 19,9%, en un 48% en Correos, en un 26,19% en FEVE, en un 19,3% en el transporte aéreo, y nulo en los servicios de autopistas. En todas estas actividades se respetaron los mínimos.

Sin embargo, la utilización del transporte público para acudir a los puestos de trabajo en los sectores de servicios fue escasa. Por contra, desde primeras horas de la mañana se registró gran afluencia de tráfico en las carreteras de acceso a las grandes ciudades (especialmente Madrid), con grados de saturación superiores a las de una jornada normal, según fuentes gubernamentales.

El seguimiento más escaso de la convocatoria en las grandes ciudades se produjo en el comercio minorista, la hostelería y restauración, y las grandes superficies. Sin embargo, en ciudades como Barcelona, Sevilla o Vigo incluso en estas actividades el paro fue elevado.

Por comunidades autónomas, el paro tuvo seguimiento importante en Andalucía, Cataluña, Asturias, Extremadura, y más limitado en Madrid, Canarias y Comunidad Valenciana, siempre según datos aportados por el Gobierno y las centrales sindicales.

Durante la jornada de movilización se produjeron manifestaciones en varias grandes ciudades. Los seguimientos más masivos se dieron en Sevilla, con fuerte presencia policial desplazada para proteger de disturbios la cumbre europea que comienza hoy; en Madrid, donde la Policía Municipal cifró la asistencia en cerca de 150.000 personas; en Vigo y en Barcelona. En la manifestación celebrada en la capital hispalense participaron los secretarios generales de la UGT y CC OO, acompañados por el secretario general de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), Emilio Gabaglio, que advirtió que esta organización prepara una 'gran movilización en el otoño en toda la UE si los líderes políticos de la Unión toman decisiones antisociales'.

71 detenidos

La fuerte presencia policial en los transportes, la distribución mayorista y los grandes almacenes, así como la de piquetes sindicales, provocaron varios enfrentamientos, y se registraron 71 detenciones. La patronal CEOE aseguró que había contabilizado en toda España hasta 'un millar de acciones violentas de los piquetes sindicales', y el Gobierno, varios actos de sabotaje al transporte ferroviario.

Un inspector de la Policía Nacional falleció como consecuencia de un infarto mientras protegía un supermercado en Leganés (Madrid).

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