La peste porcina genera pérdidas de 27 millones a los exportadores
La República de Eslovenia, Estonia, Japón, Brasil, Marruecos y Suráfrica tienen completamente cerradas sus fronteras a la carne de porcino y sus productos de España debido a los brotes de peste porcina clásica aparecidos en junio de 2001.
A estos seis países se suman otros 16 que tienen limitaciones a la exportación a diferentes regiones españolas, pese a que la Unión Europea sólo mantiene restricciones en la comarca barcelonesa de Osona y que desde el mes de diciembre sólo se han registrado nuevos casos en Cataluña, el último el pasado 6 de mayo.
En concreto, la República Checa, Letonia, Ucrania, Rumania y Rusia mantienen restricciones para los productos procedentes de Lleida, Barcelona, Girona, Tarragona, Castellón, Huesca, Valencia, Cuenca y Teruel.
En el caso de Bulgaria y Croacia, la prohibición se extiende a toda Cataluña, mientras que Chile, Suiza y Perú lo hacen para las últimas provincias afectadas por la peste, Girona y Barcelona.
Estas restricciones a la entrada de porcino español han provocado en los últimos 12 meses unas pérdidas a los operadores españoles de productos derivados del porcino de más de 27 millones de euros por el volumen que se ha dejado de comercializar, además de las consecuentes pérdidas de mercado.
Los empresarios de la industria cárnica explican que estas dificultades en la comercialización 'responden sobre todo a una dejadez política de la Administración para potenciar las exportaciones cárnicas'. Denuncian, a este respecto, que no sólo no se fomenta la promoción en los mercados exteriores, sino que los delegados responsables de firmar los certificados de exportación para el movimiento por carretera son deficitarios en toda la geografía española. 'En Castilla y León sólo hay tres, y uno para toda Galicia'.