Posiciones largas y cortas
La estrategia 'long-short' se puede aplicar en los derivados comprando futuros sobre un índice con perspectivas de subida y vendiendo futuros sobre otro con perspectivas de bajada. Ganaremos siempre que se cumpla esta premisa
Posiblemente haya oído hablar sobre los fondos de inversión cuyas estrategias consisten en comprar los valores que se estima que están infravalorados y vender los que se estima que están sobrevalorados por el mercado. Estos fondos están experimentando un gran auge en la actualidad. Las dos categorías de títulos pueden analizarse por separado o pueden analizarse conjuntamente. En el caso de analizarse por separado, se estima la sobrevaloración o infravaloración en términos absolutos para cada título o categoría de títulos. Si se analizan de forma conjunta, se estima en términos relativos. El análisis puede basarse en los parámetros fundamentales de una empresa o en el análisis técnico, en modelos estadísticos o tal vez sólo en expectativas. El objetivo es ganar dinero con las posiciones largas y con las posiciones cortas (o vendidas). A la vez se consigue eliminar exposición a la evolución total del mercado, ya que suba o baje el mercado las posiciones ganarán dinero si han sido las correctas.
Nosotros vamos a estudiar hoy un ejemplo de implementación de esta estrategia con los futuros sobre los índices sectoriales del S&P 350. En MEFF se negocian tres futuros sobre los índices sectoriales del S&P Europe 350: el S&P Financiero, el S&P Tecnología y el S&P Telecomunicaciones. Estos futuros se pueden comprar o vender, creando así posiciones cortas o largas. El S&P Financiero lleva una caída de 6% en el año, frente a una corrección del 43% del S&P Tecnología. Usando la valoración por ratios, empiezan a resultar más baratas las empresas del sector tecnológico después de estas caídas que el índice S&P (de media). Tras estudiar las empresas que componen los índices, supongamos que llegamos a la conclusión de que va a haber una convergencia entre las empresas de estos sectores y que esperamos que el índice tecnológico se comporte mejor que el financiero.
De forma que vamos a considerar una estrategia en la que compramos futuros sobre el S&P Tecnología y vendemos futuros sobre el S&P Financiero. Elegimos los futuros con vencimiento en septiembre. El valor en euros de cada futuro es su precio en puntos multiplicado por 20. De modo que, si el futuro de S&P Tecnología está en 1.073 puntos, su valor es de 21.420 euros. Las garantías que hay que depositar dependen de la cartera de opciones y futuros que tenga el inversor y se suministran antes del inicio de la sesión del día hábil siguiente a la fecha de cálculo.
El mejor escenario
Compramos dos futuros sobre el S&P Tecnología, lo que equivale a 42.920 euros, aunque sólo desembolsaremos las garantías, y vendemos dos futuros sobre el S&P Financiero, que está a 1.209 puntos, lo que equivale a 48.360 euros, e igualmente sólo depositaremos las garantías. Pasado un cierto tiempo pueden suceder varias cosas. El mejor escenario para nuestra estrategia es aquel en el que los futuros comprados ganan valor y los futuros vendidos bajan. Por ejemplo, si el S&P sube un 20% y el S&P Financiero baja un 5% -se reduce la diferencia entre ambos índices -, nosotros ganamos en los dos casos: 8.584 euros por la subida del índice tecnológico y 2.418 euros por la bajada del índice financiero.
Si el índice tecnológico sube un 20% y el financiero también sube, digamos un 5%, ganamos, aunque menos que en el caso anterior: +8.584 euros del tecnológico y -2.418 euros del financiero, en neto, 6.166 euros. Mientras el índice financiero suba menos (en euros) que el índice tecnológico, ganamos dinero con la estrategia. También ganaríamos si ambos índices caen, pero el índice tecnológico cae menos que el financiero, ya que en este caso las pérdidas del índice tecnológico quedan compensadas con las ganancias del índice financiero. Perdemos dinero en los demás casos: que el índice financiero suba más que el tecnológico, que el índice tecnológico caiga más que el financiero, que el índice tecnológico caiga y el financiero suba; justo lo contrario de lo que nosotros esperábamos.
La 'put' de TPI se revaloriza un 261,11%
Las abultadas caídas que ha sufrido el mercado de contado en las últimas jornadas, motivadas por el contexto de incertidumbre mundial, la caída del dólar y la inestabilidad de las economías latinoamericanas -donde muchas compañías españolas tienen inversiones- se han trasladado a los derivados. No en vano, en algunos de estos productos las revalorizaciones han superado el 200%.
Las opciones de venta han sido, esta semana, las estrellas de los derivados. El mal comportamiento que han registrado los activos subyacentes ha favorecido a aquellos inversores que confiaron en la caída de las acciones en el contado a través de las opciones de venta. Significativas han sido las ganancias que han logrado los inversores que apostaron por la caída de TPI a través de las opciones de venta. El precio de la put se ha disparado de los 0,18 euros a los 0,65 euros, con lo que la opción de venta se ha revalorizado un 261,11%. Todo mientras el subyacente se ha dejado un 13%.
En la misma línea han estado los beneficios que han materializado los inversores que confiaron en la caída de la matriz de TPI a través de las puts. El descenso que ha sufrido Telefónica, del 13,06% en la semana, ha permitido que la opción de venta se revalorizara un 223,08%. Todo gracias a que la prima de la put ha pasado de los 0,52 euros a los 1,68 euros.
La caída que ha experimentado el Ibex 35, la mayor desde los atentados del 11 de septiembre, ha provocado que la put sobre el índice se haya revalorizado un 222,37% en la semana. Ganancias superiores al 100% han logrado los que confiaron en las caídas de Bankinter, el Popular, SCH y Repsol a través de las opciones de venta.