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Aviación

AENA convoca concursos para controlar todas las maletas transportadas en avión

AENA ha convocado dos concursos, por 6 y 51 millones de euros, para conseguir que en el plazo de dos años el 100% de las maletas que se embarcan en su red de aeropuertos se revisen para prevenir acciones terroristas. Las aerolíneas españolas aseguran que cumplen las nuevas recomendaciones sobre protección a bordo de los aviones. Nadie da detalles, 'por razones de seguridad', pero en el sector se calcula que la inversión comprometida por este concepto desde el 11 de septiembre supera los 240 millones de euros.

Cuatro empresas, Siemens-Tecosa, Perkig E., Proselect y Cotelsa, presentarán ofertas antes del 30 de mayo a un concurso convocado por AENA, el ente público propietario de la red de aeropuertos españoles. Esta licitación, otra del mismo tipo convocada con anterioridad y otros concursos que convocará en fechas cercanas, tienen como objetivo conseguir que, en dos años, el 100% de las maletas que se embarquen en aviones dentro del territorio español sean inspeccionadas por un sistema automático de detección para prevenir posibles atentados terroristas.

Antes del 11 de septiembre las autoridades aéreas consideraban que cualquier maleta que embarcara en el mismo avión que su propietario no podía ser sospechosa, ya que no se concebían los atentados suicidas. A partir de esa fecha las autoridades de aviación civil españolas han forzado la máquina y obligan a que al menos un 10% de las maletas, de modo aleatorio, pase controles rutinarios. El objetivo, no obstante, es controlar el 100% de los equipajes.

Fuentes de AENA han declinado realizar precisiones sobre estas convocatorias, alegando, precisamente, 'motivos de seguridad'. La inversión destinada a los dos primeros concursos es de 6 y 51 millones de euros, pero no se descarta que para conseguir el objetivo del 100% de vigilancia sobre las maletas sea necesario convocar nuevas licitaciones.

Fuentes de las empresas que concurrirán a la licitación señalan que los nuevos sistemas automáticos de detección estarán basados en tecnología de rayos X, y se integrarán en los modernos dispositivos de tratamiento de equipajes, SATE, que se instalan en los principales aeropuertos del país.

La extrema discreción que se mantiene en asuntos de seguridad impide cuantificar la inversión realizada en seguridad aeroportuaria y aérea desde el 11-S. Fuentes solventes del sector estiman que AENA, las aerolíneas y los cuerpos de seguridad del Estado han gastado o presupuestado inversiones por más de 240 millones.

Las principales partidas de gasto, junto a los sistemas de control de equipajes de mano y de maletas, se dedican al incremento de los sistemas y efectivos de controles de policía, aduanas, y el refuerzo de los sistemas de vigilancia en los aparcamientos de los aeropuertos.

Otra partida de inversión muy relevante es la que se deriva de las transformaciones que se realizan en las cabinas de los aviones para bloquear el acceso a los habitáculos de los pilotos. Fuentes de las principales compañías aéreas españolas, manteniendo la discreción que es habitual en estos casos, han señalado que 'estamos cumpliendo a rajatabla las recomendaciones que en este sentido ha dictado la Organización Internacional de Aviación Civil (OACI)'. Este organismo , integrado por gobiernos, ha dado un plazo de un año para modificar las puertas que dan acceso a las cabinas de los pilotos 'para dotarlas de mayor seguridad'.

Fuentes de Boeing han asegurado que en fechas próximas se incorporarán a todas las plantas de producción de este constructor de aviones estadounidense unas puertas de nuevo diseño. Aunque tampoco ellos quieren ofrecer detalles, señalan que 'no sólo hay que pensar en el bloqueo de la entrada a la cabina en caso de atentado, sino también asegurar la evacuación de las tripulaciones en caso de emergencia'.

Aunque nadie quiere cuantificar cuál es el coste de la adaptación a las nuevas normativas de las actuales flotas de aviones, fuentes del sector estiman que pueden superar en España los 60 millones de euros.

Nuevo control de tráfico

La obsesión por la seguridad ha trastocado las prioridades que el sector tenía hace solamente 12 meses. Boeing se ha embarcado en una gran ofensiva comercial y diplomática entre los gobiernos de distintos países para abrir paso a un nuevo concepto de control del tráfico aéreo.

Según Dennis Muilenburg, vicepresidente del constructor de aviones estadounidense, este nuevo concepto está basado en el creciente poderío de los ordenadores embarcados en los modernos aviones y en su conexión con los satélites de telecomunicaciones. Las aeronaves al final de esta década podrán encaminarse directamente entre origen y destino sin verse obligadas a circular por las actuales carreteras aéreas'.

Este nuevo concepto se convertirá en la clave de la seguridad. Dejará atrás las conexiones por voz entre piloto y controlador. Los aviones estarán siempre controlados desde tierra y no sólo variarán las rutas prefijadas de acuerdo con una red inteligente. A largo plazo, se abre la perspectiva de los vuelos completamente automatizados.

Evitar que la persona 'inadecuada' llegue a entrar en el avión

 

 

 

 

 

 

 

 

Han pasado ocho meses desde que cuatro aviones fueron utilizados como armas mortíferas en los atentados que conmovieron el mundo. En los días que siguieron a aquel siniestro 11 de septiembre de 2001 expertos en asuntos aeronáuticos y de seguridad propusieron modificaciones en el interior de las aeronaves como mejor solución para prevenir que grupos terroristas pudieran convertirlas en misiles. Dos medidas encontraron un mayor eco en una opinión pública asustada; la introducción de policías armados, junto al pasaje, en todos los aparatos y, por otro, el blindaje de la cabina de los pilotos para impedir las visitas indeseadas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Con el tiempo, los administradores aeroportuarios, las aerolíneas, los constructores de aviones y los pilotos han alimentado un debate discreto que, tras desechar la soluciones milagrosas o heroicas -'no podemos ganar la guerra de la seguridad apostándolo todo a la última batalla en el avión', afirma Phil Condit, presidente de Boeing-, aboga por una profunda modificación y modernización en los más variados sistemas y costumbres tradicionales de las operaciones de vuelo, con un objetivo preventivo: 'Evitar que la persona inadecuada llegue a entrar en el avión'.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El incremento de los controles aeroportuarios previos a cada vuelo ha terminado por incomodar a aquellos viajeros, ejecutivos de empresas en su mayoría, que tienen una mayor dependencia de los viajes en avión.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las principales compañías aéreas están propiciando la creación de determinadas credenciales de identificación para simplificar el acceso a los aviones de estos pasajeros.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La mayoría de estas credenciales están basadas en sistemas biométricos, pero las aerolíneas insisten en que los ejecutivos 'tendrán que aceptar cedernos algunos datos que pertenecen a su intimidad para que podamos protegerles sin molestarles'.

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