Toshiba, NEC y Fujitsu suman pérdidas por valor de 9.176 millones
Las compañías de electrónica japonesas se han puesto las pilas para reponerse de los estragos de la crisis que han sufrido durante el último ejercicio fiscal, que ha supuesto un descalabro histórico para Toshiba, NEC y Fujitsu. En conjunto, sumaron pérdidas netas por valor de 9.176 millones de euros, aunque intentaron evitar el castigo en Bolsa anunciando que este año retornarán a beneficios. Además, Sony, el gigante de la electrónica de consumo, afirmó que multiplicará por 10 sus ganancias.
Tres de los cinco principales fabricantes japoneses de electrónica y semiconductores -Toshiba, NEC y Fujitsu- confirmaron ayer los temores de los inversores sobre sus resultados para el ejercicio fiscal finalizado el 31 de marzo pasado.
El año ha estado marcado por los números rojos y los intentos desesperados de reducir costes cerrando fábricas. Las primeras previsiones apuntan a que el sector electrónico japonés redujo 80.000 empleos en el último ejercicio en todo el mundo.
Sin embargo, Toshiba y NEC inciden en la recuperación que esperan para este año. De hecho, el primer fabricante de semiconductores japonés, Toshiba, ha sorprendido a los analistas financieros al anunciar que para este año fiscal prevé conseguir un beneficio neto consolidado de 23.000 millones de yenes (unos 200 millones de euros). Aunque las ventas de la compañía retrocedieron un 31% en el último ejercicio y sus pérdidas netas ascendieron a 254.020 millones de yenes (alrededor de 2.134 millones de euros), las acciones de Toshiba se apuntaron ayer la mayor subida en la Bolsa de Tokio desde hace siete meses, un 4,87%.
En España, la filial de Toshiba se ha reestructurado para absorber el negocio en Portugal, abandonar la venta de ordenadores de sobremesa y concentrarse en los portátiles, los dispositivos audiovisuales y la tecnología inalámbrica.
En cambio, las expectativas de recuperación de NEC no consiguieron cambiar el ánimo de los inversores, en parte porque la compañía los publicó al cierre del mercado bursátil y porque cunde la convicción de que al mercado de telecomunicaciones aún le espera otro año de recesión.
El fabricante líder japonés de telefonía móvil, NEC, anunció que espera unas ganancias netas de 10.000 millones de yenes (unos 87 millones de euros) para el año fiscal estrenado el 1 de abril. El caso es que en el ejercicio 2001-2002 ha perdido 312.020 millones de yenes (más de 2.714 millones de euros), lo que ha atribuido al descenso de las ventas en un 5,7%.
Los resultados de NEC fueron especialmente deficitarios en las áreas de productos electrónicos (con pérdidas de 1.288 millones de euros), semiconductores (207 millones de euros) y operaciones con derivados financieros (2.714 millones de euros).
En comparación, Fujitsu comunicó los peores resultados, con pérdidas netas de 382.540 millones de yenes (3.328 millones de euros), que la compañía atribuye fundamentalmente al descenso del 19% en las ventas de equipos de telecomunicaciones. Sin embargo, las acciones consiguieron revalorizarse modestamente (1,44%).
A la espera de los resultados de Hitachi y de Mitsubishi Electric, que se conocerán hoy, los inversores japoneses concentraron su atención en las noticias positivas que llegan de las compañías de electrónica de consumo, de la mano de Sony, Sharp y Sanyo.
Los denodados esfuerzos de Sony por mantener la rentabilidad se han traducido en un beneficio neto de 15.310 millones de yenes (unos 152 millones de euros) en el último ejercicio fiscal, un 9% por debajo del resultado del año precedente, a pesar de las excelentes ventas de sus videoconsolas Playstation.
La caída de las ventas en un 10,4% y los costes de reestructuración (dedicados, sobre todo, a su filial Aiwa y a un plan de reducción de empleo que afecta a 14.000 trabajadores) han mermado las ganancias de Sony. Pero las expectativas de beneficios de la compañía para este año ascienden nada menos que a 150.000 millones de yenes (1.305 millones de euros), para alegría de los inversores.
Las ventas de Sharp cedieron un 10,4%, pero dejaron unos beneficios netos de 89 millones de euros. En Sanyo, los beneficios cayeron un 95,5%, aunque fueron positivos en 15 millones de euros.