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Fujitsu se suma a la crisis y eleva a 345.000 los despidos en tecnología

La destrucción de empleo en el sector de la tecnología y la informática aumenta de magnitud cada día que pasa y supera ya los 344.950 puestos de trabajo. Ayer les tocó el turno a Agilent y al gigante nipón Fujitsu que, presionado por la caída mundial de la demanda, ha bautizado su ejercicio fiscal de 2001 como el año de la completa reforma estructural. El objetivo de esta drástica remodelación es centrarse en la producción de software y en los servicios, y para llegar a la meta es necesaria la reducción de 16.400 empleos.

Fujitsu ha sido una de las últimas tecnológicas en sumarse a la tendencia mundial de reestructuración y recorte de empleo, pero una vez tomada la decisión lo ha hecho por todo lo grande. El gigante japonés de la informática anunció ayer un completo plan de choque, con remodelación mundial de la estructura de la compañía y despidos incluido.

Los motivos de la medida son los mismos que los esgrimidos por las competidoras que han anunciado la reorganización antes que ella: caída mundial de la demanda en tecnologías de la información, tanto por parte de las empresas como de los particulares; parón en las principales economías del mundo, drástico recorte en los precios de los semiconductores... "La situación actual es muy seria", asegura Fujitsu en un comunicado. "La recuperación del mercado no llegará hasta 2002 o más tarde", añade.

Y el remedio para afrontar la crisis pasa por suprimir 16.400 empleos, un 9% de su plantilla de 180.000 trabajadores, que se unirán a los 9.000 retiros voluntarios anunciados hace un mes. Para afrontar los despidos, Fujitsu ha provisionado 450.000 millones de pesetas (2.705 millones de euros).

Con 25.400 puestos de trabajo en entredicho, el plan de Fujitsu se sitúa entre los cinco de mayor envergadura anunciados desde principios de año. El primero de la clasificación sigue siendo Lucent, con 49.500 empleos por recortar, seguido por Motorola, con 31.200. En total, la suma de empleos destruidos en el sector de la tecnología (incluyendo informática, telecomunicaciones y fabricantes de equipos), a los que se añaden los 4.000 anunciados a última hora de ayer por Agilent, supera ya los 344.950 en el mundo.

Aunque Fujitsu ha asegurado que no cerrará ninguna fábrica, sí "eliminará líneas de producción y plantilla en todas las divisiones". 4.800 trabajadores serán despedidos del negocio de ordenadores y periféricos; 2.900 procederán del área de equipos de comunicaciones; 900 saldrán de la línea de software y servicios, mientras que los otros 2.800 vendrán de la producción de microchips.

Para acompañar al recorte de empleo, Fujitsu ha diseñado una nueva estrategia para "entrar en la era de la banda ancha en Internet". Así, el negocio de semiconductores y de hardware perderá peso en favor del software y los servicios.

La compañía nipona espera recortar 150.000 millones de pesetas en costes anuales y así lucir unos beneficios operativos de 600.000 millones de pesetas para 2003 (frente a las pérdidas históricas de 330.000 millones que espera para este año por los costes de la remodelación). El 69% de sus números negros procederán del negocio de software para ese año, a pesar de que Fujitsu es, hoy por hoy, el tercer fabricante mundial de chips de memoria flash y el segundo mayor productor de Japón de ordenadores personales.

Crisis del sector

Fujitsu y sus compañeras de viaje se enfrentan a un mercado en franco retroceso, donde las ventas de ordenadores personales han caído el 1,9% en el segundo trimestre y los pedidos de teléfonos móviles pueden bajar este ejercicio por primera vez en la historia de una industria con 20 años de existencia.

Todo el sector está dando pasos para acomodar su estructura al nuevo escenario y en este contexto se enmarca la alianza, anunciada también ayer, entre otros dos gigantes japoneses, Matsushita y NEC. Ambas empresas desarrollarán en colaboración aplicaciones de vídeo para los teléfonos móviles de tercera generación, en un intento de ahorrar costes.

El acuerdo se extiende también a la fabricación de teléfonos móviles, que serán comercializados con las marcas de cada empresa.

Al igual que los recortes de empleo están a la orden del día, también lo están las alianzas entre los líderes de la industria. Toshiba y Siemens ya lo han hecho y fueron inmediatamente imitadas por Sony y Ericsson. Ahora se unen NEC y Matsushita. Los objetivos son los mismos en todos los casos, repartir los costes y riesgos que llevan aparejadas las inversiones en la tercera generación de móviles, una tecnología que todavía no existe, pero a la que estas compañías no pueden renunciar si no quieren verse excluidas de la competición cuando el mercado se recupere.

Y dentro de la reestructuración del sector, también está en pleno apogeo la venta de activos no estratégicos, que busca hacerse con efectivo para financiar inversiones (o enjugar deuda) y desprenderse de fuentes de pérdidas. La sueca Ericsson ha puesto en venta su división de microelectrónica, según confirmaron ayer varias fuentes, para lo que ha contratado al banco de negocios Merrill Lynch.

El primer fabricante mundial de redes de telefonía móvil y cuarto proveedor de terminales celulares prevé ingresar entre 182 y 364 millardos de pesetas con esta venta.

Quien está más cerca de deshacerse de su filial de fibra óptica es Lucent. El comprador, la empresa japonesa Furukawa Electric, venderá parte de sus acciones en JDS Uniphase para financiar la adquisición, valorada en más de medio billón de pesetas.

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