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Recolectores

Centralsug extiende por España la recogida neumática de basura

La compañía sueca Centralsug, especializada en la instalación de sistemas recolectores de basura mediante su transporte neumático por canalización subterránea, ha puesto de ejemplo a su filial española ante las 10 restantes que tiene repartidas por el mundo. Centralsug Ibérica ha visto aumentar sus pedidos un 50% desde el año pasado, gracias a que ha conseguido llevar esta tecnología incluso a los cascos históricos de Barcelona, Sevilla y Palma de Mallorca. Asegura que su solución reduce a la mitad los costes del sistema tradicional de recogida.

Mover la basura hacia los camiones y no los camiones hacia la basura es la fórmula que Centralsug empezó a aplicar en Suecia en 1955. Esta compañía -participada al 50% por las sociedades de inversión 3i y Ratos- exportó a España su tecnología para la recogida neumática de la basura en 1988, concretamente al polígono de Santa Ana, en Cartagena (Murcia). En territorio murciano ha conseguido más proyectos desde entonces.

La construcción de la Villa Olímpica de Barcelona, con motivo de los Juegos de 1992, le deparó su primer gran contrato en España. Allí 6.000 hogares y establecimientos comerciales gozan de la comodidad de no tener que ver, tocar u oler los contenedores de basura convencionales. Tampoco soportan el ruido ni las molestias de los camiones recolectores de basura.

Centralsug ha desarrollado hasta hoy 33 proyectos en nueve comunidades autónomas, que dan servicio a 131.000 viviendas y establecimientos comerciales. De esta cifra, funcionan ya 16 instalaciones, en Sevilla, Barcelona, Sabadell (Barcelona) y en los municipios madrileños de Leganés, Majadahonda, Alcobendas y San Sebastián de los Reyes. En 2001, Centralsug Ibérica ganó un 50% más de contratos públicos para instalar el sistema, por importe de 77 millones de euros. La compañía, que ganó 2,16 millones antes de impuestos, sobre una facturación de 18,03 millones, prevé incrementar sus ventas este año un 39%, hasta 25,09 millones de euros.

El sistema sustituye los contenedores convencionales de basura por buzones, en los que se depositan las bolsas de desechos, que, a través de una red de tuberías subterráneas, se succionan -mediante una bomba neumática que, al accionarse, crea una corriente de aire- hasta una central de recogida, donde se prepara la basura para su posterior tratamiento o reciclado.

Puede haber tantos buzones como fracciones de basura desee el ayuntamiento separar, aunque Centralsug no recomienda el sistema para recoger vidrio. Carlos Bernad, director gerente de Centralsug Ibérica, afirma: 'Las bolsas de basura viajan por la red de tuberías a 170 kilómetros por hora, lo que impide que queden restos en los conductos que produzcan malos olores. Pero el vidrio se rompe y produce un polvo que, a esa velocidad, resulta abrasivo y dañaría a la larga las instalaciones. Para el vidrio es mejor el sistema de recogida del Punto Verde y depositarlo en los iglús verdes'.

Bernad insiste en que la instalación del sistema de recogida neumática de basura 'no es un lujo'. El coste medio por vivienda nueva construida 'oscila entre 1.500 y 2.100 euros', afirma, dependiendo de la densidad urbana y de la comodidad que se desee en el acceso a los buzones.

Barrio rico, barrio pobre

En su experiencia comercial, no conoce 'ni ayuntamientos ni barrios ricos o pobres'. Ilustra el caso con un municipio del sur de Madrid -Leganés-, cuyo ayuntamiento acaba de adjudicarle en enero un nuevo contrato. En Leganés cubre 16.000 viviendas, mientras que en Madrid capital sólo constan 523 viviendas de promoción privada con este sistema, que decidió instalar la inmobiliaria Vallehermoso.

Bernad asegura que, con su sistema, 'los ayuntamientos se ahorran un 30% sobre el coste de recogida tradicional'. El coste medio de recogida de cada tonelada de residuos sólidos urbanos se sitúa entre 60 y 72 euros.

La solución es muy recomendable para los cascos antiguos de las ciudades, pero resulta mucho más cara, por lo que, generalmente, se acude a la financiación con fondos europeos. En el barrio de Santa Cruz de Sevilla está a punto de arrancar una instalación que ha supuesto una inversión de tres millones de euros. En fase de ejecución están los proyectos de Palma de Mallorca (15 millones de euros) y León (cuatro millones).

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