El zepelín 'resucita' como antena para móviles
La firma británica ATG lanzará en el año 2003 una réplica del legendario zepelín para llevar las redes de móviles avanzadas y las conexiones de Internet de alta velocidad a zonas remotas
El 6 de mayo de 1937 el gigantesco dirigible zepelín, orgullo tecnológico del Tercer Reich, se convirtió en una inmensa bola de fuego en el aire minutos antes de iniciar el aterrizaje en la base naval de Lakehurst, en Nueva Jersey (EE UU). Las razones del terrible accidente, en el que murieron 35 personas, nunca se aclararon, aunque la teoría más extendida fue la alta inflamabilidad del hidrógeno que se usaba para llenarlo.
Hoy, casi 65 años después de aquella tragedia, varias compañías están intentando poner de nuevo en los cielos la aeronave y superar la maldición del Hindenburg. Una de estas firmas es la británica Advanced Technologies Group (ATG), en pleno proceso de desarrollo de dirigibles y cuya misión será llevar las redes de telefonía móvil avanzadas y las conexiones de Internet de alta velocidad a zonas que, por ser geográficamente remotas o carecer de infraestructura, no tienen acceso a estos servicios.
El programa StartSat de ATG aplica los últimos avances tecnológicos a los viejos principios aeronáuticos para ofrecer lo que la compañía ha definido como una alternativa barata y flexible para llevar las comunicaciones avanzadas donde sea necesario. 'Se trata de dar a los dirigibles nuevas funciones, como la grabación de algunas imágenes en estadios deportivos o para publicidad y convertirlos en parte de las comunicaciones del siglo XXI, muy marcadas por los móviles multimedia e Internet', señala Mike Durham, consultor técnico de la empresa.
ATG está situada en la localidad de Cardington, una zona históricamente asociada a la producción de dirigibles en el Reino Unido. Y dispone de grandes hangares para alojar las nuevas aeronaves, cuyos primeros prototipos estarán listos en 2003.
Los dirigibles están diseñados para elevarse hacia la estratosfera a unos 12 kilómetros, fuera del rango de altura al que vuelan los aviones de pasajeros. A bordo llevarán lo último en tecnología, como transponedores para teléfonos móviles, televisión y radio digital, Internet y servicios de vigilancia.
Los dirigibles de ATG estarán alimentados por energía solar. Contarán, asimismo, con el respaldo de un motor de gasolina. Y permanecerán en su posición durante cinco años de forma autónoma.
Estos enormes globos se mantendrán en una única posición geoestacionaria, pero si hay algún problema enviarán datos a la estación de control terrestre. En los nuevos dirigibles, tanto en los de ATG como en los de otras compañías, ya no se utiliza el hidrógeno para llenarlos. Ahora usan helio, que es mucho más seguro, dice Durham. El programa de dirigibles de ATG pretende suministrar una alternativa barata a los satélites convencionales de comunicaciones, concluye.