En clave de crecimiento económico
Los últimos siete días han estado plagados de datos y estadísticas, también de mensajes y de propaganda, relativos al estado de salud de las economías de Estados Unidos y de la eurozona. Los mercados han apostado por la mejora continuada de los indicadores, es decir, por la salida de la recesión de la economía estadounidense y por una debilidad relativa de la zona euro.
La realidad, sin embargo, suele ser terca en sus manifestaciones y lo que hoy son datos económicos adelantados y con posibilidades de reafirmarse en el futuro se convierten mañana en una cortina de humo para desesperación de inversores, gestores y analistas.
Que las Bolsas evolucionan en clave de crecimiento económico es algo que nadie discute ya. Es más, el consenso de los profesionales del mercado es que sólo a través de mejoras continuadas en las grandes cifras de actividad económica se recuperará la confianza de los inversores en la Bolsa y se procurará el esperado trasvase de fondos desde la renta fija, o desde la liquidez, hacia la renta variable para beneficio de ésta y de aquellos inversores que han colocado su ahorro en acciones.
Por ello, los analistas recomiendan desde hace varios meses no echar las campanas al vuelo por que el índice sintético de Estados Unidos haya mejorado por tercer mes consecutivo, lo mismo que ha sucedido con el IFO alemán, relativo a la confianza de los empresarios en el futuro de la economía.
Destacan los expertos que estos indicadores desafinan en términos comparativos con otras variables, como son el aumento del desempleo o la fuerte caída de los beneficios de las empresas cotizadas.
A corto plazo, con todo, los principales mercados del mundo prefieren cotizar el cambio a mejor de las expectativas de crecimiento económico y no pensar en los tipos.