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El IPC baja al 3%, pero el subyacente se dispara al 3,7%

Los precios se desinflaron en octubre por la menor actividad económica y el abaratamiento de los carburantes. El IPC interanual cayó cuatro décimas, situándose en el 3%. En cambio, la inflación subyacente, que mide el componente estructural del IPC, se disparó hasta el 3,7%, una tasa desconocida desde 1996, ensombreciendo el buen dato de octubre del índice general. El Gobierno confía en acabar el año con un IPC por debajo del 3%, pero insiste a empresarios, sindicatos y Administraciones públicas que deben mantener moderadas la evolución de las rentas y las tarifas que aplican. El Banco de España, por su parte, redujo ayer por debajo del 2,5% el crecimiento previsto para 2002

El índice de precios de consumo (IPC) tuvo en octubre un marcado comportamiento dual. Mientras el índice general experimentó una caída en el mes del 0,1%, rebajando la tasa interanual en cuatro décimas hasta el 3%, la inflación subyacente, la que descuenta los elementos más volátiles -energía y alimentos frescos-, se disparó hasta el 3,7%, a un nivel desconocido desde mayo de 1996.

La explicación se encuentra en la diferente evolución de los precios según si el análisis se realiza a corto o a medio plazo.

A corto plazo, la desaceleración económica actual, que se traslada a un menor vigor de la demanda, y el descenso del precio de los carburantes, están ayudando a que el IPC siga cediendo, hasta acumular una caída de un punto en los últimos tres meses, lejos del máximo del 4,2% alcanzado en mayo y junio.

En octubre ayudaron a ello los precios de los alimentos frescos, el ocio y la cultura y el transporte (por efecto del abaratamiento de las gasolinas). Los servicios descendieron un 0,2%, rompiendo la tendencia ascendente de meses anteriores. Dentro de este grupo, los hoteles, cafés y restaurantes, otrora responsables de gran parte de las tensiones inflacionistas, también registraron descensos significativos.

Sin embargo, la situación no es tan positiva si se realiza un análisis a medio plazo. Así lo atestigua el comportamiento del IPC subyacente, que mide la inflación de carácter estructural, permanente. Su aumento en octubre en dos décimas, hasta el 3,7%, supone un eslabón más de la tendencia alcista iniciada hace casi un año y ensombrece la rebaja de precios del índice general, sobre todo porque prueba que la inflación ha calado en gran parte de los sectores estratégicos de la economía. El secretario de Estado de Economía, José Folgado, reconoció ayer la preocupación del Gobierno por la evolución de la inflación subyacente, sobre todo por lo difícil que supone un cambio de tendencia en este indicador.

No obstante aseguró que la tasa subyacente caerá también en los próximos meses. Aparte de este dato, Folgado se mostró eufórico por el comportamiento del IPC en octubre. El 3% al que se ha reducido el crecimiento de los precios no se registraba desde el año 2000, en el que comenzó a repuntar por la crisis energética y el recalentamiento de la economía. "Creemos que este año el IPC acabará por debajo del 3%", dijo. El optimismo de Folgado es justificado. El IPC de octubre ayuda a que la inflación de noviembre -que se utiliza para revisar las pensiones- probablemente no sea tan mala como se preveía. Y es que la Seguridad Social está obligada a hacer efectiva a los pensionistas una paga extra por el desvío entre la inflación prevista (2%) y la real en el año.

Por su parte, el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, se mostró también satisfecho por la evolución descendente de los precios.

 

La tasa armonizada con la UE desciende al 3,2%

La inflación armonizada española -tasa que se utiliza para comparar con el resto de países de la UE- también descendió en octubre, concretamente un 0,1%, hasta el 3,2%, seis décimas por debajo de la que había a comienzos de año. El Gobierno confía en que este dato permita reducir el diferencial de inflación con la Unión Europea, una vez que se conozca el IPC armonizado del conjunto del área. De momento, la oficina comunitaria de estadísticas Eurostat ha publicado un avance preliminar, que situaría la inflación en la zona euro en el 2,4%, con lo que el diferencial entre España y los Doce se habría reducido en octubre una décima, hasta 0,8 puntos.

Si se comparan los precios en el interior del país, se puede encontrar diferencias regionales significativas. En estos momentos, País Vasco y La Rioja son las dos comunidades autónomas con mayores tensiones inflacionistas, con una tasa interanual del 3,6%. En Euskadi, por ejemplo, hay algunos grupos, como los alimentos y bebidas alcohólicas, con una inflación acumulada del 6% en un año. Por encima de la media nacional se encuentran también las islas Baleares (3,5%), Extremadura (3,3%), Galicia, Navarra y Murcia (3,1%). Por contra, se encuentran a la cola de esta lista, con una inflación más controlada, Castilla-La Mancha y Aragón (2,6%) y Cantabria (2,8%). Cataluña se encuentra en la media nacional, y Madrid, una décima por debajo (2,9%).

 

Pollo y cerdo bajan, vacuno y ovino suben

La paulatina recuperación del consumo de vacuno, superada la alarma social generada por el mal de las vacas locas, está teniendo su efecto también en los precios. La carne de pollo y de cerdo, sustitutivos de la ternera, se ha abaratado un 8,8% y un 4,1%, respectivamente, sólo en un mes. Por contra, el ovino y el vacuno repuntan al alza.

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