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La Bolsa de Londres busca la fusión con el mercado Liffe

Tras el paréntesis veraniego, las Bolsas recobran lentamente la actividad y también los temas pendientes. Por ejemplo, el de la integración de los mercados en un contexto cada vez más competitivo y con márgenes más reducidos debido tanto al mal momento que viven las acciones como a la caída de las comisiones.

Los accionistas de la Bolsa de Londres quieren ir más lejos en sus planteamientos y proponen la fusión de la Bolsa de contado con la de futuros. London Stock Exchange (LSE) debería fusionarse con London International Financial Futures and Options Exchange (Liffe) para ofrecer un servicio similar al de sus competidores europeos, como Euronext y Deutsche Boerse.

Tres de las cuatro Bolsas cotizadas en Europa cuentan con una división de derivados, que ofrece la negociación de contratos basados en un activo o índice subyacente y que se utiliza para limitar el riesgo. La primera ejecutiva de LSE y ex vicepresidenta de Liffe, Clara Furse, quiere ampliar las actividades de la Bolsa al negocio de derivados. "Tiene lógica que la Bolsa de Londres y Liffe se unan, pero el precio tiene que ser adecuado", dijo Gavin Oldham, responsable ejecutivo de Share Plc., accionista de LSE. "Convertiría la Bolsa en un organismo con todos los servicios y reforzaría el mercado de Londres"'.

Una fusión con un mercado como Liffe podría ayudar a la Bolsa de Londres a reducir su dependencia de los ingresos de negociación que, junto con las cuotas anuales de los miembros, aportaron una tercera parte de los 24,1 millones de euros (4.000 millones de pesetas) que la Bolsa ganó en 2001. Con la caída del mercado, la negociación de derivados está en auge.

De hecho, Deutsche Boerse dijo hace tres semanas que los ingresos netos correspondientes al segundo trimestre habían aumentado 48% hasta 52,2 millones de euros (8.685,34 millones de pesetas) por un incremento de las ventas del 65% en Eurex, el mercado de futuros más activo del mundo, del que posee el 50% y obtiene un 80% de los ingresos. Eurex declaró que los ingresos aumentaron gracias a los productos derivados.

Euronext, que agrupa los mercados de París, Bruselas y Amsterdam, el año pasado generó aproximadamente el 12% de los ingresos del negocio de los derivados.

"Cuando la negociación en mercados al contado es volátil, el uso de derivados aumenta", según Brian Mairs, portavoz de una asociación de pequeños accionistas de la Bolsa de Londres. "Lo que Deutsche Boerse perdió por un sitio lo ganó por otro. Es un buen modelo de negocio".

"Si quieres aumentar los volúmenes en la Bolsa de Londres, la manera más obvia de hacerlo es mediante un acuerdo con Liffe", dijo Manus Costello, analista de Merrill Lynch. "Está claro que quieren un negocio de derivados. Creo que están interesados en Liffe".

Existen problemas, no obstante, para que todo este proceso se desarrolle con la celeridad que a algunos accionistas de la Bolsa de Londres les gustaría. La informática, como se apunta en columnas aparte, es el gran escollo. Los mercados del Reino Unido siempre han ido a la zaga en este tema.

 

La informática, asignatura pendiente

Cuentan los expertos que el papel lo aguanta todo, pero que la realidad es tozuda. La informática es la gran asignatura pendiente de los mercados del Reino Unido, pese a que en los últimos años los avances en este sentido han sido considerables.

Mientras que Eurex y Deutsche Boerse utilizan un sistema informático compatible, Liffe y la Bolsa de Londres tienen sistemas de negociación separados. En la actualidad no es posible negociar acciones con Connect (plataforma utilizada por Liffe) y el SET de la Bolsa de Londres no puede negociar derivados.

"No querríamos invertir más dinero en la modernización de nuestro sistema o comprar uno nuevo", dijo Terence Brewster, socio de Harris Allday Stockbrokers, accionista de la Bolsa. Desde hace varios años la Bolsa de Londres ha tratado de modernizar su sistema y hacerlo tan eficiente como el Xetra alemán. Pero aún sufre un déficit tecnológico.

De hecho, cuando el grupo sueco OM trató de comprar la Bolsa de Londres, una de sus grandes bazas era el sistema informático, pues OM, además de propietario de la Bolsa de Estocolmo, es una empresa especializada en sistemas de este tipo.

Los accionistas de la Bolsa de Londres también se muestran preocupados por el coste de adquisición de Liffe.

"Si la Bolsa paga demasiado por Liffe, entonces no tiene sentido hacerlo", dijo Richard Grossman, director de Redmayne Bentley, accionista de la Bolsa, para quien una unión de las dos plataformas tendría sentido si se "hiciese al precio adecuado". "El peligro que corre la Bolsa es que será el único mercado en Europa que no llegará a un acuerdo", dijo Dan Wiener, director de State Street, accionista de la Bolsa.

 

EE UU deroga la prohibición de vendera crédito que data de 1929

La Comisión de Valores de Estados Unidos podría permitir las ventas de acciones a crédito (llamadas también ventas cortas) cuando los precios estén a la baja. Deroga así una veda que fue dispuesta en 1929 que intentaba impedir una repetición del colapso bursátil.

El mecanismo de la venta corta es sencillo. Se trata de vender acciones prestadas con el propósito de restituirlas luego a un precio más bajo. El reglamento actual prohíbe estas operaciones cuando el último movimiento de una acción es bajista. Se redactó así para evitar que los vendedores en corto aceleren la caída de una acción.

Los reguladores estudian una propuesta para eximir temporalmente a las acciones más activas de esta regla, para comprobar si se puede o no derogar definitivamente la prohibición de vender en corto.

En la Bolsa de Opciones de Chicago, algunas casas de corretaje han pedido a la SEC que modifique la regla de 63 años sobre las ventas cortas. Dicen que la norma obstaculiza las operaciones de cobertura -vender corto para proteger el valor de las carteras durante las caídas del mercado-, así como de arbitraje.

La Bolsa de Nueva York, por contra, desea que se conserve la regla porque ésta evita la manipulación y la estafa. El mercado de valores Nasdaq, donde no rigen las reglas de la SEC, adoptó su propia norma sobre ventas cortas en 1994 y desea mantenerla.

Mary Bender, jefa de la división de reglamento de la Bolsa de Opciones de Chicago, dijo que espera hacer una prueba con 100 o 150 acciones: "Si usted empieza con las acciones más negociadas, que son menos susceptibles a la manipulación, puede comprobar quién tiene razón".

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