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Ford da marcha atrás en la Red

Las provisiones extraordinarias no van a permitir a Ford lucir en sus cuentas el impacto positivo de los recortes de costes por valor de 7.000 millones de dólares conseguidos en los últimos cuatro años. Los problemas judiciales y extrajudiciales por los accidentes del Explorer y los neumáticos Firestone, que han causado 203 muertes y cientos de heridos, la caída de su mercado y fallos en la producción en algún modelo como el Thunderbird son el rápido resumen de la actual debilidad de la marca.

El pasado día 17, la empresa copresidida por Jacques Nasser y William Clay Ford, anunció que reduciría 5.000 puestos de trabajo de su plantilla de personal administrativo. Ello obliga a más provisiones: 900 millones de dólares (163.800 millones de pesetas, 984,5 millones de euros), de los que 200 son por baja contable de inversiones. O lo que es lo mismo, el abandono de algunos de los negocios emprendidos en la Red. En la de Internet y en la de concesionarios, conectadas ambas por la marca del óvalo y que han mostrado sus debilidades en EE UU.

En el caso de los concesionarios, Ford se retira de un experimento que inició hace cuatro años y que consistía en vender directamente coches en sus tiendas prescindiendo de su red. Jacques Nasser ya ha anunciado la venta de siete tiendas en dos estados y anunció que colgaría el cartel de venta en otras antes de fin de año. Además de costosa, la experiencia no ha sido buena.

Consciente de que la distribución es una de las facetas del negocio de la automoción en la que más mejoras quedan por hacer, Ford tomó la decisión de abrir sus propias tiendas para tratar de mejorar la eficiencia y el servicio en el área de distribución y encontrar, además, las mejores sinergias una vez puesta en marcha toda una política de comercio electrónico destinada a facilitar más información a los consumidores.

Pero a los concesionarios no les gustaba competir con la propia marca que les provee y en parte la decisión de Ford de retirarse del negocio de vender coches se ha tomado para tranquilizar los ánimos de éstos . De acuerdo con Dan Poole, un analista de National City Corp consultado por Bloomberg, "los motivos de Ford, eran nobles al entrar en este negocio, pero no ha podido ser". David Healy, de Burham Securities es más crítico y considera que "ha sido un desastre, no lo han hecho muy bien". Por lo que concierne a la inversión en Internet, Poole se aumenta su grado de reproche ya que Ford no ha detallado de qué negocios se trata. "No se donde ha ido el dinero".

Interacción con el cliente

Y es que Internet se ha quedado muy por debajo de las expectativas que había generado en la venta de coches según coinciden ahora, tras las primeras experiencias, algunos analistas. Según Poole, en el caso de los coches nuevos "un bien de consumo duradero todavía requiere de mucha interacción por parte de los futuros compradores".

Ford mantiene sin embargo su apuesta por el comercio electrónico en Covisint, una plaza de compras y ventas en Internet para fabricantes y proveedores en todos los niveles. Con Ford están otros fabricantes de coches como su máxima competidora General Motors, DaimlerChrysler, Renault, Nissan y el grupo PSA además de un buen número de grandes proveedores de todos los niveles.

Esta red trazada por Covisint, aún en sus inicios, da más satisfacciones a las automovilísticas desde un punto de vista industrial aunque lo cierto es que la inversión no ha escapado de la depresión que ha envuelto a las empresas de tecnología. Ford, al igual que GM, recibió en diciembre pasado como parte del acuerdo de constitución de este portal 14,4 millones de acciones valoradas en 630 millones de dólares. A día de hoy esta participación ronda los 45 millones de dólares.

De todas maneras, Ford dijo la semana pasada que las provisiones no afectan a la inversión en Covisint.

Se empieza a hablar en EE UU del cambio de modelo de negocio para las automovilísticas por las dudas que algunos analistas y las propias empresas tienen de su capacidad de ganar dinero con el actual. Tras la experiencia de Ford en la venta, los analistas han emitido mayoritariamente un veredicto: ese no es un negocio de fabricantes de coches.

 

Covisint, un modelo en Internet con buen rumbo

"Será la mayor plaza de compra y venta del mundo". Eran palabras de hace un año, cuando se ponía en marcha un proyecto en Internet cuya mayor rareza consistía en haber unido a un buen número de automovilísticas, competidoras entre sí, para fundarlo. Se trata de Covisint, un mercado virtual en el que proveedores y fabricantes de coches podrían, desde diseñar conjuntamente sus modelos virtualmente, hasta solucionar la compra venta de piezas. El objetivo era sacar de la red el máximo para simplificar el negocio de la compraventa, reducir costes y agilizar el desarrollo de productos. La empresa cobra una tasa por cada operación. No se ha llegado tan lejos.

La crisis de las empresas tecnológicas ha golpeado la marcha de este portal cuya maduración está siendo más lenta de lo esperado por sus creadores. Sin embargo Covisint va tomando forma poco a poco. El pasado 10 de agosto se convirtió en un holding para tener mejor acceso a medios de financiación y expandir su negocio. De momento, en el primer semestre se han realizado 420 transacciones valoradas en 36.000 millones de dólares (6,5 billones de pesetas). Algunos analistas consideran que esta cifra es muy positiva y mantienen un prudente optimismo sobre el rumbo tomado por este negocio.

Pero no ha sido fácil llegar hasta aquí. Hasta el 1 de mayo no se pudo elegir al presidente y consejero delegado, Kevin English, y este verano se han producido las primeras fugas de ejecutivos y consultores. Los analistas consideran normal el ajuste en la cúpula que ha funcionado, hasta ahora, de forma provisional y esperan nombramientos de afines a English. El mayor reto de English será integrar en su empresa a proveedores de primer nivel como Delphi (que ya lo está), una tarea que queda por hacer y que aseguraría el viento favorable en las velas de este negocio.

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