El Gobierno de EE UU prevé nuevos apagones en California y Nueva York
La "necesidad" nuclear
Con esta visión pesimista, el senador, al igual que el resto de los defensores del Plan Bush, presentó la energía nuclear como una solución al problema. "La energía nuclear ya no es una opción; es una parte vital de la política energética y de medio ambiente", dijo. Según el Departamento de Energía, si la demanda de electricidad en EE. UU crece a un ritmo del 2,5%, algo más que la media del 2,2% de los noventa, las necesidades nuevas de energía alcanzarán los 560.000 megavatios. Según el Plan Bush, la expansión de la energía nuclear aportará 60.000 megavatios, para lo que apuesta por la construcción de más plantas, la promoción de las existentes, y la eliminación de impuestos en las transacciones de activos nucleares.
Johnston se remitió a la comisaria europea de Medio Ambiente, Loyola de Palacio, para alabar la vertiente verde de la energía nuclear, recordando su intervención en Davos donde dijo que "eliminar la energía nuclear haría imposible combatir el cambio climático". "La Administración Bush comparte su punto de vista", dijo, y añadió que el Gobierno de EE UU desea revisar el Tratado de Kioto, rechazado en un principio por el presidente.
Desde Europa, sin embargo, se criticó la visión catastrofista de Johnston, y el ponente Jean Marie Chevalier, director del Centro de Geopolítica de la Energía de la Universidad París Dauphine, rechazó que el mundo esté sufriendo una crisis energética global. Chevalier, que quiso poner de manifiesto el profundo desacuerdo en Europa con la política energética de Bush, mantuvo que "hay suficientes recursos" y que las crisis energéticas "son locales (Brasil, California...)". Chevalier criticó que el plan de Bush se base en la oferta, y puso en duda las ventajas de las centrales nucleares.