El Ibex pierde un 4,49% en la semana más volátil del año
El clima de desconfianza que viven los mercados internacionales se asentó ayer definitivamente en el Ibex. Presionada por una oleada de advertencias de beneficios que afectaba a ambos lados del Atlántico, la Bolsa española vivió su semana más volátil del año, en la que perdió un 4,49%, el segundo peor registro de 2001.
Vuelta atrás. El consuelo de que la Bolsa española es la única de Europa que todavía registra ganancias está a punto de convertirse en un argumento caduco. Con el cierre de ayer, 9.290 puntos, las subidas del Ibex en lo que va de año se quedan en casi nada (un 1,98%), lo que demuestra que el clima de desconfianza que reina en las plazas bursátiles también se ha asentado en España.
Un ejemplo del mal sentimiento bursátil en España es que sólo tres valores del Ibex (Iberdrola, Acesa y Banco Popular) han logrado cerrar la semana con subidas. Asimismo, las turbulencias a las que ha estado sometido el Nasdaq y las advertencias de menores beneficios de algunas grandes compañías tecnológicas europeas (como Ericsson) han provocado que los mayores retrocesos en este periodo en la Bolsa española recayeran sobre los valores con un componente tecnológico. En este sentido, Zeltia (-10,95%), Amadeus (-10,38%) y Bankinter (-10,05%) han sido los tres valores que más han caído del Ibex.
Pero lo más destacado en las últimas cinco sesiones ha sido la volatilidad. Los momentos de coincidencia operativa con Wall Street han sido claves. Así, el lunes, el Ibex perdía en la media hora final casi 100 puntos, para cerrar con el retroceso más acusado de la semana (-2,38%). Mientras que el miércoles, un descenso menos acusado de las Bolsa estadounidenses salvava del crash al Ibex, que logró cerrar con una caída del 1,24%.
Entre los perdedores de la semana también hay que destacar al BSCH (-9,49%). La entidad financiera española no ha podido soportar la presión vendedora que se desató en Alemania después de que Goldman Sachs publicara un informe negativo sobre el sector bancario. A la caída del BSCH también ha contribuido la crisis bancaria japonesa, el último de los focos de desconfianza que atenaza a los mercados internacionales.
Como en ocasiones anteriores, los bolsistas tienen la sensación de que sólo un recorte de tipos por parte de la Reserva Federal puede frenar las caídas. La autoridad monetaria estadounidense se reúne el martes, y aunque una bajada de tipos se da por hecha, el debate más candente está en la cuantía.
La larga espera hasta el día de la decisión del Banco Central de EE UU ha dejado ver que la recesión es ya un hecho en las empresas. Las continuas rebajas sobre estimaciones de beneficios así lo reflejan, y los analistas se temen que este proceso se prolongue durante todo el segundo trimestre. Por ello, el mercado se limita a soñar con el fin de la espiral bajista y a olvidarse del rebote.
Las Bolsas europeas viven su 'triple hora bruja'
Ayer se produjo el vencimiento de los contratos de futuros sobre el Ibex 35 y futuros y opciones sobre acciones del índice, que en el argot bursátil se conoce como la triple hora bruja. Las fluctuaciones al final de la sesión, en la que los operadores cierran sus operaciones abiertas a lo largo del mes, no fueron tan acusadas como en otras ocasiones, aunque sí se produjo un sensible aumento del volumen.
El resto de plazas europeas también se enfrentaban a la misma situación. Pero allí los movimientos sí que fueron significativos. Así, la Bolsa de Francfort registró el mayor volumen de negocio de su historia.
No obstante, la situación más curiosa ocurría en el parqué londinense. El FT 100 registró el jueves una espectacular subida en los cinco minutos finales de la sesión. Pero ayer, la Bolsa de Londres perdió en cuestión de dos horas más de 200 puntos. Inmediatamente se desataron las especulaciones de manipulación de precios sobre valores puntuales, teniendo en cuenta que ayer era el día de vencimiento de los contratos de derivados. El regulador desmentía más tarde esta posibilidad y explicaba que las operaciones se produjeron en un gran número de valores. "Fueron las fuerzas del mercado", señaló el regulador.