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Puig y las cajas acuden al mercado en apoyo de Adolfo Domínguez

El consejo de administración de Adolfo Domínguez comunicó ayer a la CNMV que la OPA de Cortefiel es una oferta no solicitada sobre la que no existía conocimiento previo y consideró que el precio ofertado de nueve euros no responde al valor real de la empresa. El diseñador y presidente de la compañía dijo que no acudirá a la OPA, mientras el resto de accionistas de referencia (las cajas de ahorro y el grupo Puig) ha aumentado su participación con la compra de títulos. Los franquiciados de Adolfo Domínguez también han rechazado la operación y han acudido al mercado bursátil.

El núcleo estable de Adolfo Domínguez se mostró ayer en contra de la oferta pública de adquisición (OPA) que Cortefiel ha lanzado sobre la empresa gallega. El diseñador y presidente de la sociedad, que cuenta con el 30,4% del capital, informó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) "de su intención de no aceptar la OPA".

El consejo de administración de la empresa gallega señaló que "en una primera valoración ha considerado que el precio ofertado de nueve euros por acción no responde al valor real de la compañía". No obstante, también puntualiza que "deberá analizar las implicaciones estratégicas que la oferta no solicitada de Cortefiel tiene para Adolfo Domínguez".

Asimismo, el consejo acordó el nombramiento de un asesor financiero y otro jurídico para que le asesore en relación con la OPA.

Además, los accionistas de referencia al margen del diseñador, es decir, el grupo perfumero Puig y cuatro cajas de ahorro, han aumentado sus participaciones en el capital de la compañía para impedir que Cortefiel se haga con el 51%.

Según fuentes cercanas a la operación, Puig, que contaba antes de la OPA con el 9,54% del capital, ronda ya el 10%. El grupo perfumero no quiso pronunciarse en este sentido al igual que Caixanova, que también ha aumentado su participación. Según las citadas fuentes, la caja gallega tenía el 3,9% de las acciones y ahora se ha acercado al 5%.

Por su parte, un portavoz de la Caja de Ahorros de Ávila (0,5% del capital) señaló que "en las condiciones propuestas, no se va a asumir la OPA". La Caja Municipal de Burgos (tiene otro 0,5%) explicó que el motivo de su oposición a la oferta es el precio, que considera insuficiente. La Caja de Ahorros del Mediterráneo, que tiene el 2,92% de las acciones, no quiso hacer ningún comentario.

En todo caso, el núcleo estable de Adolfo Domínguez, que actúa de forma independiente, ya cuenta con más del 50% de la compañía, lo que impide que Cortefiel logre su objetivo de tomar un mínimo del 51% del capital, condición que había puesto para formalizar la oferta de compra. Antes de la OPA tenían en conjunto el 47,76%.

La impresión general entre los accionistas es que la marca Adolfo Domínguez vale mucho más que los 15.000 millones de pesetas, aproximadamente, en que el mercado bursátil ha situado el precio de la compañía gallega.

Apoyos

A esta oposición del núcleo estable de la compañía se añade el "rechazo total" de los franquiciados y "su apoyo incondicional a Adolfo Domínguez, a la vez que expresan su disconformidad con las declaraciones realizadas por el presidente de Cortefiel a distintos medios de comunicación, en el sentido de que los franquiciados estaban a favor de la OPA y exigían un cambio de rumbo en la empresa".

Los franquiciados de Adolfo Domínguez, que se reunieron ayer en Madrid para analizar las consecuencias de la OPA, remitieron un comunicado al término de la misma en el que señalaban que "han acordado poner a disposición del presidente, Adolfo Domínguez Fernandes, las acciones que poseen en la actualidad o que en el futuro puedan adquirir para que se sumen a las del resto de los accionistas que se oponen o puedan oponerse más adelante a la OPA".

Fuentes cercanas a la operación afirmaron que los franquiciados también han adquirido acciones de la compañía en los últimos días y que, en conjunto, poseen en torno al 1% del capital de Adolfo Domínguez.

A esta oposición se suma la de la Asociación Textil de Galicia, que ayer emitió también una nota en la que expresaba su "total apoyo" al proyecto empresarial que dirige Adolfo Domínguez.

La patronal textil gallega recuerda el "empeño personal" del empresario orensano en la apuesta por afianzar un proyecto empresarial "sólido", renunciando a la obtención del beneficio que le supondría la venta del paquete de acciones que posee y que podría proporcionarle más de 4.000 millones de pesetas. La asociación califica la posición de la empresa gallega como de "totalmente sólida".

La cotización de la empresa gallega subió ayer un 1,35% y cerró a nueve euros, justo el precio de la oferta lanzada por Cortefiel. En algún momento de la jornada se vendieron títulos por encima de este valor.

 

El grupo Puig ya tiene un pie en la moda

Aunque la presencia del grupo Puig en el capital de Adolfo Domínguez es accidental (le llegó ligado a la compra de Myrurgia en julio del año pasado), la compañía catalana hace tiempo que tiene puesto un pie en el mundo de la moda. De hecho, en más de una ocasión ha mostrado su interés por el negocio textil que sirve de complemento a su tradicional actividad perfumera.

Su primera y más sonada incursión en el mundo de la moda fue la adquisición en la primavera de 1997 de la marca Vitorio & Lucchino, propiedad de los diseñadores sevillanos José Víctor Rodríguez y José Luis Medina. Puig adquirió entonces todos los derechos de producción y explotación de esta marca, y para ello constituyó una nueva sociedad denominada Creaciones Vitorio Lucchino. Los diseñadores continuaban desarrollando sus colecciones y participaban con un porcentaje en las ventas. Sin embargo, dos años más tarde surgieron problemas entre los diseñadores andaluces y el grupo catalán y el acuerdo acabó disolviéndose.

La segunda incursión de Puig en el ámbito de la moda fue a finales de 1997, cuando adquirió la marca francesa Nina Ricci que estaba en manos del fabricante farmacéutico y de cosméticos Sanofi. Puig conocía bien los entresijos de esta firma, ya que desde 1948 tenía una estrecha relación como distribuidor de sus perfumes en España.

Además, la compañía catalana ya contaba con participación en empresas como Paco Rabanne (con sede en Francia) o Carolina Herrera (en Estados Unidos).

El interés de Puig en Adolfo Domínguez encaja, por tanto, en la estrategia del grupo catalán de afianzar su posición en el sector textil que cada vez muestra mayores conexiones con la perfumería. De hecho, cada vez hay más diseñadores de moda que han entrado en perfumería con el fin de crear una marca sólida y afianzada.

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