El rebrote de la inflación en la UE aplaza la bajada de tipos de interés
Los precios aumentaron dos décimas en febrero en la zona euro, hasta alcanzar el 2,6%, por encima del límite impuesto por el Banco Central Europeo (BCE) para garantizar la estabilidad monetaria. El aumento de la inflación en el área aleja la posibilidad de que la autoridad monetaria rebaje los tipos de interés en breve.
Las tensiones inflacionistas se mantienen en la Unión Europea (UE), alejando la posibilidad de una inminente rebaja de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE).
La oficina estadística comunitaria, Eurostat, hizo ayer público los datos del mes de febrero para el conjunto de la zona. El índice de precios de consumo (IPC) armonizado de la UE subió una décima, hasta el 2,3% interanual, en comparación con enero. Por su parte, la inflación en los 12 países que integran el euro aumentó dos décimas, hasta el 2,6%, por encima del límite (2%) impuesto por el BCE como objetivo monetario. La explicación a este repunte de los precios pasa por el aumento de la cotización internacional de petróleo experimentada el mes pasado y el efecto del mal de las vacas locas sobre los precios de los alimentos, especialmente en las carnes que se utilizan como consumo alternativo al vacuno. Con respecto a enero, la inflación aumentó en cinco Estados miembros, bajó en cuatro y se mantuvo estable en otros cuatro.
A falta de conocerse el dato de Irlanda y Reino Unido, los países en donde la inflación es ahora más elevada son Portugal y Holanda, con una tasa interanual del 4,9%. España ocupa el tercer puesto (4%). Por debajo de la media de la Unión Europea se encuentran Francia (1,4%), Austria (1,8%) y Suecia (1,5%).
España mantuvo en febrero el diferencial de precios con la zona euro, ya que el IPC armonizado español aumentó dos décimas, hasta el 4%, y el IPC del área aumentó en igual cuantía, hasta el 2,6%. De esta forma, el margen continúa en 1,4 puntos.
En cambio, con el conjunto de la UE el diferencial de precios se amplió de 1,6, a 1,7 puntos, al contrario de lo que estimó el miércoles el vicepresidente económico, Rodrigo Rato, cuando se hizo público el dato de España. Rato confió ese día en que incluso el diferencial se redujese, debido al fuerte repunte de precios de países centrales como Francia y Alemania. El rebrote de las tensiones inflacionistas en febrero da la razón al Consejo de Gobierno del BCE, que el jueves decidió mantener en el 4,75% el precio oficial del dinero en la zona euro. La autoridad monetaria prefiere esperar varias semanas más para bajar los tipos, a pesar del riesgo de que la desaceleración en Estados Unidos se pueda extender a Europa en breve.
La Comisión se niega a revisar sus previsiones
Bruselas ha decidido no mover ficha. La Comisión Europea considera que el aumento de la inflación en la zona euro en febrero está en línea con los pronósticos para el primer semestre de 2001 y no planea revisar sus previsiones. Así lo refirió ayer un portavoz del comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Pedro Solbes.
"Creo que el movimiento del tipo de inflación nominal no es muy diferente ni muy incoherente con las previsiones que teníamos para este año", subrayó.
El portavoz agregó que la Comisión confía en que la inflación en la zona euro se mantenga de media en el 2,2% en 2000. "Pensábamos que habrá una inflación más elevada en el primer semestre y que ésta bajará por debajo del 2% en el segundo", añadió.
Para ello es básico que el precio del petróleo se mantenga por debajo de los 30 dólares el barril, tal y como se encuentra ahora, algo que está en peligro si la OPEP continúa recortando su producción en los mercados mundiales.
La divisa europea cae hasta 0,89 dólares, la cotización más baja registrada en el año
El ministro de Finanzas Eichel se conforma con que Alemania crezca sólo el 2%
El aumento de la inflación de la zona euro experimentado en febrero y conocido ayer, no sentó nada bien a la divisa europea que volvió a hundirse en los mercados.
El compás de espera que ha decido adoptar el BCE para rebajar los tipos de interés como fórmula para incentivar la economía europea también contribuyó al debilitamiento de la moneda. Lo cierto es que ayer el euro alcanzó en los mercados de divisas el valor más bajo del año frente al "billete verde". En Francfort se intercambió a 0,8918 dólares. En Londres, se cotizó a 0,892 dólares, frente a los 0,897 dólares del inicio de la sesión. El Banco Central Europeo fijó el cambio oficial en 0,8947 dólares. Un valor tan bajo no se conocía desde diciembre de 2000.
Los inversores prefieren, de momento, retirar el capital en euros hasta conocer datos más alentadores de la economía de la UE. Desde la Comisión Europea se insistió ayer en que la depreciación del euro se debe a "razones técnicas", por la publicación en EE UU de datos sobre la producción industrial en el país.
Por su parte, el ministro de Finanzas alemán, Hans Eichel, resaltó ayer que el crecimiento económico de la zona euro es más fuerte que el de EE UU y que este hecho debe ser la base "para un euro fuerte y estable".
En su intervención en un foro financiero celebrado en Francfort, Eichel se mostró optimista y afirmó que el crecimiento económico de Europa y la zona euro "continuará durante varios años". Eichel demandó también una mayor coordinación de la política económica del área y una armonización de la política fiscal "para seguir mejorando la coyuntura del continente".
En cuanto a la situación en Alemania, el ministro reconoció que el crecimiento económico "será, quizá, menor de lo previsto este año". Aunque rechazó revisar las estimaciones iniciales, que pasan por el aumento del PIB alemán entre el 2,6% y el 2,9%, Eichel se conformó con alcanzar una tasa ligeramente inferior.
"Incluso si sólo llegásemos al 2%, este crecimiento sería mejor que el registrado de media en los años 90", comentó.