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Prodi quiere agilizar y descentralizar la maquinaria legislativa comunitaria

Los jefes de Gobierno de la Unión Europea se encontrarán la próxima semana en Estocolmo ante una "radical" propuesta del presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, para agilizar, descentralizar y simplificar todo el entramado comunitario. Si los Quince respaldan a Prodi, a finales de año se plasmará en un texto legal el nuevo modo de gobernar Europa.

Leyes y reglamentos marco, acuerdos sectoriales, autorregulación empresarial, códigos de conducta... æpermil;stas son algunas de las recetas del Ejecutivo de Prodi para acelerar una maquinaria legislativa que en estos momentos tarda una media de cuatro años en convertir un borrador en una ley aplicable en todo el territorio comunitario.

Pero la propuesta de la Comisión Europea aspira a mucho más que a acelerar ese proceso legislativo. "Se trata de ideas bastante radicales", advierten fuentes cercanas al presidente del Ejecutivo. "Debemos descentralizar todo el entramado institucional sin perder las normas comunes ni provocar distorsiones o malinterpretaciones". El plan de Prodi obedece a un mandato del Consejo Europeo de Lisboa de marzo de 2000 para que presentase en el Consejo de Estocolmo (23 y 24 de este mes) un plan de simplificación del marco regulador. Pero en el entorno de Prodi no se oculta que el plan se enmarca, sobre todo, en el horizonte de 2004, cuando la Unión Europea se dispone a definir con claridad las competencias de los diferentes niveles administrativos: comunitario, nacional y regional.

Descentralización

"El principio general será que Bruselas se ocupe sólo del ámbito realmente comunitario y dejar a Madrid o a Barcelona que se encarguen de los asuntos que les afectan directamente", defiende alguien muy familiarizado con la filosofía del presidente. El plan incluye la descentralización del sistema judicial comunitario, creando tribunales de primera instancia nacionales dependientes del Tribunal de Justicia de la UE.

Se trata en definitiva de que Bruselas "se ocupe sólo de los grandes desafíos de la Unión", concluyen fuentes comunitarias. Y para esos grandes retos se plantea también un nuevo procedimiento de trabajo. Las directivas de nuevo enfoque, como las califica Bruselas, armonizarán sólo los requisitos mínimos precisos para que funcione el mercado único de bienes y servicios.

Las propuestas de directiva ya no sufrirán durante años el vapuleo institucional del Parlamento Europeo y el Consejo. "Un mecanismo de guillotina" -dice el informe que Prodi presentará al Consejo de Estocolmo- eliminará "las propuestas que puedan quedar obsoletas". Además, la CE propone acelerar el plazo de transposición de directivas a la legislación de los Estados miembros (en la actualidad de 24 meses).

En todo caso, esas leyes serán el último recurso. La Comisión Europea estima que casi la mitad de los proyectos de directiva actuales obedecen simplemente a presiones institucionales o privadas y a la actualización de antiguas normas.

En el futuro, siempre que sea posible, se utilizarán instrumentos más flexibles; como los acuerdos sectoriales, los códigos de conducta entre empresas y consumidores y la autorregulación empresarial.

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