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Los jueces ordenan a Napster que cese el canje de música gratuita

Un tribunal de apelaciones de San Francisco ordenó a Napster que suspenda el intercambio de música protegida por derechos de autor. La compañía podrá seguir operando hasta que un tribunal inferior clarifique el mandato, pero este dictamen deja su futuro colgando de un hilo.

Napster puede seguir funcionando, pero deberá impedir a sus usuarios el intercambio de obras musicales que estén protegidas por las leyes de derechos de autor, según el dictamen emitido ayer por el Tribunal de Apelaciones de San Francisco. Si no lo hace, puede ser considerada culpable de cooperar en actividades de violación de los derechos de autor.

Este dictamen supone un importante triunfo para las compañías discográficas, que demandaron a Napster en diciembre de 1999 y pidieron el cese inmediato de sus actividades, en espera de que se celebre el juicio.

La juez Marilyn Hall Patel les dio la razón en julio, pero Napster logró bloquear el mandato de suspensión del servicio con una apelación de última hora.

En su decisión de ayer, el tribunal de apelaciones pide a la juez Patel que vuelva a redactar el mandato para ceñirlo a las obras musicales que estén protegidas por derechos de autor. Una medida que en la práctica puede suponer la suspensión del popular servicio de Napster.

Los portavoces de Napster se mostraron "muy decepcionados" con la sentencia y avisaron que seguirán utilizando "todos los recursos ante los jueces y el Congreso para seguir funcionando".

Y sus abogados indicaron que la supervivencia del servicio "dependerá del alcance que tenga el nuevo mandato" de la juez Patel.

Anticipándose a la sentencia de ayer, decenas de miles de usuarios habían inundado las páginas de Napster durante el pasado fin de semana para "intercambiar" el mayor número de obras posible. El domingo, los servidores de la compañía mostraban más de 2,2 millones de canciones intercambiadas. Un volumen suficiente para escuchar música durante 17 años de forma ininterrumpida.

Napster empezó a ofrecer su servicio de intercambio de archivos musicales en 1999 y causó furor de inmediato entre los aficionados a la música (en estos momentos se calcula que tiene 50 millones de usuarios). Además provocó las iras de las discográficas, que en diciembre de aquel año la llevaron a tribunales, acusándola de violar las leyes de propiedad intelectual y provocarle pérdidas multimillonarias.

La demanda fue suscrita por las cinco mayores discográficas (Sony, Warner, BMG, EMI y Universal), y a ella se sumaron más tarde otros litigios presentados por algunos artistas.

Bertelsmann

En octubre pasado, Napster selló un acuerdo con el grupo alemán Bertelsmann (matriz de la discográfica BMG) para lanzar juntos un servicio de suscripción que pagará royalties a los artistas, y BMG se retiró de la demanda contra la compañía estadounidense.

El grupo alemán respondió a la sentencia de ayer diciendo que "el intercambio de archivos está aquí para quedarse" y que seguirán "trabajando con Napster en un sistema de suscripción que será apoyado por la industria discográfica".

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