La sonda Voyager 1 de la NASA deja atrás sus problemas y vuelve al trabajo
Este ingenio lleva nada menos que 47 años ayudando a la investigación espacial
Buenas noticias, los ingenieros de la NASA han logrado restaurar completamente la funcionalidad de la sonda espacial Voyager 1 después de superar más de siete meses de dificultades técnicas. Hay que recordar que en noviembre de 2023, la sonda -que se encuentra a más de 15 mil millones de millas de la Tierra- comenzó a enviar datos extraños e ilegibles, lo que llevó al equipo a trabajar intensamente para identificar la causa del problema.
Por suerte, en abril, el equipo identificó que el problema residía en una memoria corrupta del sistema de datos de vuelo (FDS) de la sonda. Posteriormente, lograron restablecer el funcionamiento de dos de sus instrumentos científicos. Ahora, según la NASA, los cuatro instrumentos de Voyager 1 han vuelto a enviar datos legibles. Esta sonda, lanzada en 1977, sigue operando de manera asombrosa, permitiendo la reanudación de sus estudios directos del espacio interestelar.
La Voyager 1 de la NASA sigue siendo de gran ayuda
La sonda Voyager 1 de la NASA ha reanudado sus operaciones científicas por primera vez tras el problema técnico surgido en noviembre de 2023. Después de que el 19 de mayo, el equipo de control ejecutó la segunda fase del proceso de reparación, enviando un comando a la sonda para que empezara a transmitir datos científicos y dos de los cuatro instrumentos científicos volvieron a sus modos operativos normales de inmediato, ahora el resto -otros dos- ya están devolviendo datos científicos útiles por lo que se revisan ondas de plasma, campos magnéticos y partículas.
Aunque Voyager 1 ha retomado sus actividades científicas, aún se requiere realizar trabajo adicional para corregir completamente los efectos del problema. Entre otras tareas, los ingenieros deben sincronizar de nuevo el software de cronometraje en los tres ordenadores a bordo de la sonda para que puedan ejecutar comandos en el momento adecuado. Además, se realizará mantenimiento en la grabadora de cinta digital, que registra algunos datos del instrumento de ondas de plasma y los envía a la Tierra dos veces al año.
Una misión que tiene futuro
Hay que recordar que la Voyager 1 y su gemela, Voyager 2, son las únicas sondas que han podido tomar muestras directas del espacio interestelar, una región que se encuentra fuera de la heliosfera, la burbuja protectora de campos magnéticos y viento solar creada por el Sol.
La Voyager 1 se encuentra a más de 15 mil millones de millas (24 mil millones de kilómetros) de la Tierra, mientras que la Voyager 2 está a más de 12 mil millones de millas (20 mil millones de kilómetros) del planeta. Ambas sondas cumplirán 47 años de operaciones este año, siendo las misiones más longevas y distantes de la NASA. Las dos sondas sobrevolaron Júpiter y Saturno, mientras que Voyager 2 también pasó cerca de Urano y Neptuno.
El legado de las Voyager
Las sondas Voyager han dejado una marca indeleble en la exploración espacial. Desde su lanzamiento en 1977, estas naves han proporcionado una cantidad invaluable de datos científicos que han ampliado significativamente nuestro conocimiento del sistema solar y del espacio interestelar. Su capacidad para operar durante tanto tiempo en condiciones extremas es un testimonio de la ingeniería robusta y la dedicación del equipo de la NASA.
Voyager 1, que ahora ha vuelto a estar completamente operativa, continuará su misión de explorar los límites del espacio interestelar, enviando datos valiosos que ayudarán a los científicos a entender mejor los fenómenos que ocurren más allá de la influencia directa del Sol. A medida que avanzan en su viaje, estas sondas siguen representando uno de los mayores logros de la exploración espacial, desafiando las expectativas y superando los límites de lo posible.
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