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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La voracidad antiobesidad de Pfizer puede ser saludable

La compra de la biotecnológica Metsera para competir con Ozempic o Wegovy podría ser rentable

El lunes, Pfizer anunció que gastará hasta 7.000 millones de dólares en la biotecnológica Metsera. El acuerdo la catapultará a un mercado de la obesidad ya saturado. Pero hay muchas posibilidades de que este gran bocado no sea solo calorías vacías.

Gracias a la demanda de la vacuna contra la covid, Pfizer generó unos 30.000 millones de efectivo adicional en la pandemia. Pero desde entonces ha gastado más del doble en compras, incluidos 43.000 millones en Seagen, especializada en cáncer, y 5.000 millones en una firma cuyo fármaco estrella fue retirado del mercado. Esto provocó la ira del hedge fund Starboard Value y el escepticismo de los inversores. Pfizer cotiza a menos de 8 veces las ganancias anuales. Otras empresas similares, como MSD, Sanofi y AbbVie, lo hacen a entre 9 y 16 veces.

Un intento anterior de Pfizer de entrar en el mercado de la obesidad fracasó, y canceló el desarrollo de su propia píldora en abril. El sector en su conjunto está sufriendo de indigestión. Las acciones de Eli Lilly (Mounjaro) y Novo Nordisk (Ozempic y Wegovy) han bajado este año, con una caída de casi un tercio de la firma danesa. Metsera es una seguidora tardía: su primer tratamiento no estará disponible hasta 2028 como muy pronto.

Pero el tamaño del mercado de la obesidad es potencialmente enorme, tal vez de 100.000 millones al año, según Pfizer. Además, esta ya obtuvo una vez grandes beneficios con un fármaco imitador. En 2000 compró Warner-Lambert por un tratamiento contra el colesterol llamado Lipitor, que llegó tarde al mercado y se convirtió en el fármaco más vendido hasta la fecha. Lo que importa es la eficacia, el coste y la seguridad. Metsera es prometedora: dos terapias en fase de desarrollo prometen una pérdida de peso competitiva y pueden requerir solo dosis mensuales, en vez de semanales. Si funcionan, tienen un potencial inusualmente grande: muchas afecciones empeoran con la obesidad.

Por supuesto, Pfizer pagará por ello. El precio inicial de unos 5.000 millones puede crecer hasta los 7.000 si los fármacos cumplen ciertos umbrales. Pero podría funcionar. Supongamos que los ingresos por los tratamientos alcanzan la ambiciosa pero posible cifra de 2.000 millones en 2030. Si lo valoramos a siete veces, y suponemos una tasa de descuento del 10%, su valor es de casi 9.000 millones. El regreso de Pfizer al bufé de las fusiones podría aún ser beneficioso.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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