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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La tregua del mercado con Trump se tambalea cada vez más

El impacto total de los aranceles apenas está comenzando a surgir

Si hay que creer a los mercados, Donald Trump ha dado un golpe maestro. Ha subido los aranceles sin provocar una caída de la economía ni de los activos. Pero puede ser engañoso.

Las acciones han recorrido un largo camino desde el 2 de abril, cuando el S&P 500 cayó un 10% en una semana. Las acciones se recuperaron deprisa y luego batieron récords, impulsadas por la idea de que Trump siempre se echa atrás. Esa teoría se está desmoronando. El ataque del jueves elevó el arancel medio de EE UU sobre las importaciones al 20%, no muy lejos del 22% del 2 de abril, según Société Générale. Pero el S&P caía solo ligeramente el viernes, y seguía un 25% por encima de su mínimo de abril.

Hay buenas razones para esta indiferencia. Algunos aranceles, como el 25% de India, podrían bajar. El nuevo paquete podría ser solo una estratagema de última hora para maximizar la presión. Y el escenario más perjudicial, una guerra comercial mundial, parece poco probable, dado que socios clave como Europa y Japón han llegado a acuerdos sin represalias. Por último, incluso si los aranceles son ahora una realidad, la mayor flexibilidad presupuestaria de EE UU y Alemania contribuirá al crecimiento a corto plazo.

Pero el impacto total de los aranceles apenas está comenzando a surgir, y su aplicación definitiva está prevista para la próxima semana. La inflación subyacente de los productos básicos de EE UU se situó en un tranquilizador 2,4% en julio, pero puede que los importadores hayan mantenido los precios más bajos al traer más productos antes de la entrada en vigor de los aranceles. En Pictet estiman que el impacto será más evidente en agosto y septiembre, y que, según las encuestas, entre el 60% y el 80% de las empresas de EE UU prevén subir los precios en los próximos tres meses. Esto podría reducir la confianza de los consumidores y perjudicar el crecimiento.

El alza de la inflación en EE UU también podría dificultar los recortes de la Fed. Eso alimentaría las tensiones con Trump, que quiere tipos más bajos para financiar el déficit. Cuanto más ataque a Jerome Powell, más se inquietarán los mercados de bonos, lo que encarecerá el coste de la financiación a largo plazo y afectará a los precios de los activos. El resto del mundo tampoco puede estar tranquilo. A medida que otros países se enfrenten a más obstáculos para vender los productos que envían a EE UU, tendrán que encontrar mercados alternativos, lo que hará bajar los precios en otros lugares y perjudicará a los exportadores rivales. Reino Unido o Francia no pueden permitirse compensar el golpe, dada su situación presupuestaria. Lo peor podría estar aún por llegar.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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