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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La fiebre británica por las VPN supone más problemas para las ‘big tech’

Los usuarios de Reino Unido recurren a las redes privadas virtuales para esquivar el nuevo control de edad

Ha llegado el internet adecuado para cada edad, y los ingresos publicitarios de las grandes tecnológicas podrían ser algunas de las víctimas. La nueva legislación británica ha provocado que los jóvenes usuarios de redes sociales y otros internautas tímidos se apresuren a evitar los controles de identidad. Las redes privadas virtuales (VPN, por sus siglas en inglés, Virtual Private Networks), que ayudan a los clientes a ocultar su ubicación geográfica, se encuentran entre las aplicaciones más descargadas en Reino Unido esta semana. Si bien estas herramientas permiten a los usuarios más jóvenes seguir conectándose a las redes sociales, también dificultan a las empresas tecnológicas su seguimiento en la web.

Uno de los objetivos de la Ley de Seguridad Online, que entró en vigor en Gran Bretaña el 25 de julio, es impedir que los niños accedan a contenidos inapropiados. Cualquier servicio etiquetado como “servicio de usuario a usuario”, incluidas las redes sociales, las aplicaciones de citas y los portales pornográficos, debe comprobar la edad de los usuarios si ofrece contenidos peligrosos. En la práctica, eso suele significar que deben proporcionar un documento de identidad oficial o subir una selfi que puede ser analizada por una herramienta de inteligencia artificial.

Esto ha llevado a los usuarios menores de edad y a los preocupados por la privacidad a buscar formas de eludir los controles. El organismo regulador Ofcom tiene la facultad de multar a las empresas que incumplan la normativa con hasta 18 millones de libras esterlinas (21 millones de euros) o el 10% de sus ingresos mundiales, o bloquear sus sitios web por completo.

Las VPN, que pueden hacer que parezca que los navegadores se conectan desde otro país, están ganando popularidad. El jueves, cuatro de las cinco aplicaciones gratuitas más descargadas en la tienda de Apple en el Reino Unido eran VPN. El especialista suizo en software de privacidad Proton afirma que las altas diarias en Gran Bretaña aumentaron un 1.800% tras la entrada en vigor de la Ley de Seguridad Online.

Para las grandes empresas tecnológicas, mantener conectados a los usuarios jóvenes es una prioridad. Casi el 70% de los usuarios de redes sociales de entre 8 y 17 años encuestados por Ofcom afirmaban hace un año que las aplicaciones les ayudaban a sentirse más cerca de sus amigos. Y aunque las redes sociales son de natural evasivo a la hora de hablar de su dependencia de los clientes más jóvenes, es seguro asumir que el amor es mutuo. Un estudio realizado en 2023 por investigadores de Harvard estimó que los menores de 18 años generan al menos el 35% de los ingresos publicitarios de TikTok y Snapchat en Estados Unidos, y el 16% en el caso de Instagram, propiedad de Meta.

Gran Bretaña no es el único país que quiere controlar la edad de los usuarios de internet. Cinco países de la UE, entre ellos Francia y España, se encuentran en las primeras fases de prueba de una aplicación de verificación de la edad para proteger a los niños. Mientras, los estados estadounidenses de Carolina del Norte, California y Utah están trabajando en sus propios controles de edad.

Las VPN pueden permitir a los usuarios jóvenes eludir los controles de identidad, pero también ocultan gran parte de la información personal que los convierte en objetivos lucrativos para los anunciantes. Meta ya ha restringido la publicidad basada en el comportamiento –que consiste en recopilar datos sobre las actuaciones de los usuarios en la web– para los menores de 18 años en Europa. Aun así, el uso generalizado de las VPN dificultará la segmentación de los usuarios en función de su ubicación. En resumen, un internet adecuado para la edad puede significar menos niños en las redes sociales, mientras que los que permanezcan serán más difíciles de alcanzar para los anunciantes. Los grupos de presión que se oponen a estas restricciones tienen mucho trabajo por delante.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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