Ir al contenido
_
_
_
_
Análisis
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Locura con método: el plan de la pseudo quiebra de EE UU y la desdolarización

Según los investigadores alemanes, Washington oculta planes de ‘default’, mientras el declive del billete verde avanza

Ilustración de una figura de Donald Trump junto a un billete de dólar.

Quiebra, pseudoquiebra, al borde de la quiebra… EE UU es un país financieramente desbordado, según investigadores centroeuropeos. Se le acaba el dinero y baraja una eventual reestructuración de su deuda. La prensa e investigadores económicos suizos y alemanes denuncian los planes del Gobierno estadounidense de actuar como si el Estado hubiera quebrado financieramente. El economista Hans-Werner Sinn, expresidente del prestigioso instituto muniqués Ifo, advierte que EE UU se ha beneficiado durante mucho tiempo de la entrada de inversión internacional por la excepcionalidad del dólar. Un privilegio que ha contribuido a su liderazgo bursátil, tecnológico y económico. Según Sinn, tras el chantaje arancelario de Trump se esconde su bancarrota. Los grandes inversores de capital están alarmados por la mala solvencia del país americano, advierte Sinn. “Los asesores de Trump barajan medidas (documento Mar-a-lago Accord) que las agencias de calificación crediticia evaluarían como insolvencia en caso de proceder de deudores privados”. Sin embargo, lo que trasciende al mundo es el caos arancelario.

El economista jefe de la entidad bancaria LBBW, Moritz Kraemer, interpreta el documento Mar-a-lago Accord así: “Los acreedores extranjeros estarían obligados a cambiar sus valores del Tesoro estadounidense por otros a cien años, nada o poco remunerados”. De este modo, no habría que refinanciar tanta deuda, los acreedores dejarían de reinvertir, y el dólar se debilitaría. El propósito, apunta Kraemer, es que las empresas extranjeras produzcan y creen empleo en EE UU. Pero el desempleo es del 4%. De dónde sacarían los trabajadores necesarios para producir bienes por 1,2 billones de dólares, cifra equivalente al déficit comercial estadounidense en 2024. Kraemer: Trump amenaza al mundo con aranceles o desprotección militar para implementar sus objetivos.

No obstante, según el vicepresidente del Instituto de Economía global de Kiel, Rolf Langhammer, “el dólar es todavía tan fuerte que no hay riesgo por ahora de quiebra de EE UU”. Pero su deuda es inmensa y necesita más dinero. Hasta ahora no era un gran problema porque el mundo confiaba en su moneda. “Pueden endeudarse tanto porque los inversores compran su deuda. A su vez, EE UU puede financiar su deuda con el dinero que imprime porque el dólar es la moneda de reserva global (con un 60%)”. La inseguridad generada por Trump trastoca ahora las finanzas globales. A ello se suma el proceso de desdolarización. Los bancos centrales se están diversificando, apostando también por el euro, el franco, el yen japonés o el yuan. Pero es un proceso lento. De perder su excepcionalidad, EE UU tendría dificultades para refinanciar su deuda. “Nosotros ahorramos por ellos. Les prestamos dinero y ellos se lo gastan. Si no estamos dispuestos a hacerlo, tendrían que ahorrar más, pero la economía estadounidense es una economía de consumo”. ¿Querría Trump reestructurar su deuda soberana? “Su plan contempla también no devolver la deuda; lo que supondría una catástrofe global”.

Sinn interpreta que Trump y su Gobierno se hacen los locos para ocultar sus planes reales. Y el diario Süddeutsche Zeitung informa de que, bajo la estrategia del Mar-a-Lago Accord, Washington amenaza al mundo con elevados aranceles y con la retirada de su protección militar en caso de no aceptar una reestructuración de la deuda. “Los acreedores extranjeros en posesión de bonos del Tesoro deberán cambiarlos por nuevos títulos sin ningún tipo de interés periódico y a un plazo de cien años”. El objetivo está claro, pagar menos por su deuda. El dólar perdería valor, las exportaciones resultarían más baratas y las importaciones más caras, el déficit comercial se reduciría.

Según Andrea Binder, catedrática de FU, detrás está el consejero del Gobierno estadounidense, Stephen Miran, quien en 2024 propuso devaluar el dólar y subir los aranceles con un paper que pretende una reforma de la economía global “perdiendo de vista que las empresas estadounidenses pueden operar sin riesgos monetarios y que su economía puede consumir más de lo que produce porque lo financia el extranjero”. En el mismo sentido se expresa Claus Hulverscheidt, de Süddeutsche Zeitung: “Trump no tiene ningún escrúpulo y lo haría”. No obstante, el riesgo sería descomunal: una crisis financiera global.

Para Sinn, la situación de EE UU es dramática. “Se les acaba el dinero; el dinero que toman prestado. Por eso, optan por medidas que parecen erráticas, aunque siguen un plan”. El endeudamiento estadounidense preocupa desde hace tiempo. Mientras EE UU se gasta entre el 11% y el 13% de su presupuesto estatal en intereses por sus bonds, en Alemania esa cuota es poco más del 2%”. Es el precio por su elevado déficit fiscal y por los inminentes vencimientos de deuda para este mismo 2025. EE UU vive por encima de sus posibilidades. Su ingente deuda neta respecto al extranjero asciende a 26 billones de dólares, a los que se suman cada año un billón. Según el canal suizo SRF, la deuda pública estadounidense asciende a 36 billones. En 2025 pagará 900.000 millones de euros por intereses. “Stephen Miran baraja una reestructuración que permita sustituir los treasury bills de corto plazo por otros a largo plazo, sobre todo entre los inversores institucionales”. Una maniobra que equivaldría a un default.

Según Sinn, la Administración estadounidense no puede arriesgarse a un impago de sus deudas, por las consecuencias para los mercados de capital. “Pero la estrategia de los aranceles le permite atenazar a las industrias de los países competidores. De esta manera, amenaza a los fuertes lobbys de las industrias afectadas (por ejemplo, la del automóvil en Alemania), que responden a su vez defendiendo sus propios intereses ante los Gobiernos de sus propios países, a fin de que estos hagan lo posible para evitar los aranceles”. Un chantaje perfecto.

Mientras EE UU pierde su credibilidad, Trump vende el mensaje de que el mundo es el malo. Miente repitiendo, a modo de chivo expiatorio, que el mundo estafa a su país, como evidenciaría su déficit comercial histórico. No dice que su excepcionalidad es un lujo que le ha permitido endeudarse en una moneda que podía imprimir por sí mismo y financiarse por poco dinero. Y no dice que los inversores internacionales (sobre todo Japón y China) tienen casi el tercio de su deuda. Caos es parte de su estilo de gestión. Lo aprendió de Roy Cohn, su abogado de Nueva York, cuyo lema es “Confunde al adversario desbordándole con muchos cambios”. Steve Bannon, su estratega ultra, lo expresa así: “Flood the zone with shit” (inundar la zona con mierda).

Lidia Conde Batalla es periodista y analista de la economía alemana.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

_
_