Al ahorro conservador se le complica la tarea de buscar cobijo
El atractivo de las letras del Tesoro se ha esfumado, y son pocos los depósitos que ofrecen un retorno a un año por encima


El ahorro conservador es predecible y no le gustan los sobresaltos. No aspira a grandes rentabilidades a cambio de dormir bien por las noches. Una tranquilidad que solo se altera en momentos como el actual, en el que los tipos de interés tienden a la baja, reduciendo en su camino la rentabilidad ofrecida por depósitos bancarios, letras del Tesoro y bonos públicos o corporativos, mientras la inflación está cercana ya al objetivo del 2%. La situación actual acaba derivando sin nada que lo remedia en la pérdida de poder adquisitivo de los ahorradores con una menor tolerancia al riesgo.
Con el IPC español en el 2,2% interanual, de acuerdo al último dato de abril, el atractivo de las letras del Tesoro se ha esfumado, y las que tienen vencimiento a un año ya ofrecen una rentabilidad inferior. Son pocos ya también los depósitos que ofrecen un retorno a un año por encima. Las mejores ofertas quedan para plazos sustancialmente más cortos, de un mes incluso, y van acompañados por una mochila de vinculaciones en forma de nóminas, tarjetas, fondos de inversión...
Más interesante resulta la oferta de fondos de inversión de renta fija: desde los más conservadores, como pueden ser los fondos de rentabilidad objetivo que las entidades se resisten a retirar de su escaparate tras los buenos resultados cosechados en los últimos tres años, hasta aquellos con vencimientos a medio plazo. Pese a las turbulencias desatadas en los mercados en los últimos meses por las idas y venidas geopolíticas y comerciales, los expertos siguen apostando para este año por aquellos vehículos que priman la deuda corporativa de calidad, con plazos de entre tres y cinco años.
El horizonte es distinto para aquellos inversores más aguerridos, a los que la corrección de la renta variable de principios de abril ha permitido entrar en activos con valoraciones más atractivas. Las negociaciones comerciales entre EE UU y dos de sus principales socios, Reino Unido y China, se han zanjado en un acuerdo y una tregua que han calmado al mercado. La recuperación de las Bolsas del susto de los aranceles ha sido tan rápida como la corrección, y los analistas han recurrido a la estadística para apuntar que no es algo usual: la última vez que el S&P 500 se recuperó de una caída del 15% en menos de seis semanas fue en 1982, según Bespoke. Una recuperación que ha permitido al Ibex 35, que no tiene en cuenta los dividendos pagados por sus miembros, seguir su senda alcista y tocar los 14.000 puntos la friolera de 17 años después.