El visto bueno de la CNMC será secundario para BBVA
Torres debe subir el precio de la oferta para tener posibilidades de convencer a los accionistas de Sabadell

Para la mayoría de las megatransacciones, obtener la aprobación de las autoridades antimonopolio es un hito gigantesco que aumenta radicalmente las probabilidades de éxito. Para Carlos Torres, presidente de BBVA, es probable que sea secundario.
Las medidas para garantizar la competencia impuestas por la CNMC, la mayoría de las cuales tienen una vigencia de tres años, no son motivo de preocupación para los accionistas de BBVA. El comprador solo tenía previsto cerrar el 10% de las sucursales combinadas, lo que significa que el ahorro anual estimado de 850 millones de euros gracias a la operación sigue intacto.
El verdadero problema para Torres es que el Gobierno parece decidido a frustrar sus planes. La vicepresidenta Yolanda Díaz declaró tras el visto bueno de la CNMC que el Ejecutivo debería paralizar la operación. En cierto sentido, eso no es posible: el Estado no puede impedir que BBVA lance su oferta. Pero, en otro sentido, el Gobierno tiene el poder de complicarle la vida a Torres.
Primero, puede endurecer las condiciones antimonopolio en las próximas semanas, imponiendo plazos más largos o restricciones más estrictas al cierre de sucursales o a la reducción de plantilla. Cuanto más duras sean las medidas, más probable será que el ahorro de costes de BBVA y el retorno estimado del 20% sobre el capital invertido en la operación caigan a niveles intolerables, lo que podría destruir la lógica financiera y llevar al postor a retirarse. Segundo, el Gobierno puede bloquear la fusión legal, incluso si BBVA sigue adelante y obtiene el apoyo de los accionistas de Sabadell. Esa integración formal es distinta de la oferta real. Si se bloqueara en esa fase final, Torres se quedaría con una participación mayoritaria en un rival que sigue cotizando y que no puede absorber del todo.
Torres ha dejado claro que puede vivir con eso: 450 millones del ahorro previsto provienen de gastos generales y tecnológicos. Podrían combinar sus sistemas informáticos, por ejemplo, incluso sin una fusión legal. Torres también se muestra optimista sobre sus posibilidades de atraer a los accionistas de Sabadell con la oferta actual.
Ese optimismo parece fuera de lugar. CaixaBank, Unicaja y Bankinter han subido un 36% de media desde que BBVA lanzó su oferta. Si aplicamos la misma alza a Sabadell, el valor razonable actual está muy cerca del valor real de la oferta de BBVA, lo que implica que no hay ninguna prima. La acción del objetivo está un 7% por encima de la oferta. Torres no puede hacer mucho respecto al Gobierno, pero poner más dinero al menos le daría una oportunidad con los inversores de Sabadell.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías