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Editorial
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Trump obliga al resto del mundo a adoptar una postura enérgica

La dureza del anuncio requiere medidas urgentes, en línea de las anunciadas por el Gobierno español

Botellas de vino en una tienda de licores de Nueva York (Estados Unidos).
CINCO DÍAS

Donald Trump cumplió el miércoles sus amenazas e impuso una oleada de aranceles a todo el planeta, con especial énfasis en los países con los que Estados Unidos mantiene más relaciones comerciales, precisamente aquellos con los que más déficit de intercambio sufre. Los aranceles han sido siempre la obsesión del presidente de Estados Unidos, desde que en los ochenta se enfrentara a lo que consideraba una invasión de productos japoneses.

El objetivo del republicano es doble: potenciar la industria manufacturera del país y aumentar los ingresos del Estado a través de los aranceles. Son vasos comunicantes, porque cuanto más aumente la producción interna, menos importará EE UU del exterior, y menos se incrementará la partida de tasas; y viceversa, si las llegadas de bienes de otros países persisten, significará que la red económica interna no se fortalecerá en la medida que desea Trump.

El problema de la intensidad de las medidas aplicadas es que resultará muy complicado establecer una negociación. La UE y el resto de países y bloques pueden optar por endurecer sus propios aranceles, o bien incluso suavizarlos. Canadá y México, que tienen un régimen especial respecto a EE UU, ya han ofrecido eliminar todos los suyos a cambio de que Washing­ton haga lo propio, pero no parece probable que eso satisfaga a Trump. El problema de fondo es que este, dentro de su previsibilidad general, es muy volátil, lo que dificulta a las empresas preparar su estrategia y agrava por tanto el deterioro económico.

Los mercados estadounidenses reaccionaron con el comprensible estupor a las medidas, ya previstas pero más agresivas de lo esperado. Los europeos reaccionaron también con caídas, sobre todo en sectores exportadores o expuestos a los aranceles. En todo caso, no hay ganadores; los mercados de materias primas, divisas y deuda descuentan ya un severo enfriamiento económico, sobre todo en EE UU. Una perspectiva que está también en las quinielas de los analistas.

La dureza del anuncio requiere medidas urgentes, en línea de las anunciadas por el Gobierno español, con apoyo directo a los sectores más afectados. En paralelo, la UE debe actuar en conjunto de forma enérgica, y evitar la tentación de negociar de forma individual. La propia Giorgia Meloni, primera ministra italiana, y la política del bloque más cercana a Trump, calificó de equivocado el plan arancelario.


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