El próximo CEO de Nissan tiene poco margen de maniobra
Iván Espinosa lleva más de dos décadas en la empresa, y no está claro que tenga estrategias nuevas para mejorar las ventas y la rentabilidad, al tiempo que invierte en híbridos y vehículos eléctricos y sortea las amenazas arancelarias

El próximo CEO de Nissan empezará en una situación difícil. El director de planificación, Iván Espinosa, sustituirá a Makoto Uchida. El cambio en la cúpula es bienvenido. Pero cualquier intento de reavivar un acuerdo con su gran rival Honda o de llevar a cabo un cambio de rumbo más audaz podría toparse con viejos obstáculos.
El liderazgo de Uchida parecía débil incluso antes de que fracasaran las conversaciones con Honda. Las ventas de Nissan, especialmente en el mayor mercado de automóviles del mundo, China, han ido cayendo en los últimos años, lo que llevó a Uchida a anunciar en noviembre una revisión de emergencia para reducir costes.
La firma prevé una pérdida neta anual de 1.500 millones de dólares en el año hasta finales de marzo, según las estimaciones de los analistas recogidas por Visible Alpha. Desde que Uchida tomó el timón hace cinco ejercicios, la acción ha generado una rentabilidad total para los accionistas del -29%, muy por debajo del índice Topix en el mismo periodo, según LSEG.
Espinosa asume el cargo en un momento delicado. La empresa se embarca en un plan de reestructuración que implica recortar unos 400.000 millones de yenes (2.700 millones de dólares) en costes anuales, en un intento por volver a la rentabilidad. Algunos detalles clave, como el alcance total de las ventas de activos, aún no se han concretado. La compañía también está explorando otras posibles asociaciones, dijo ayer Uchida.
Pero un cambio radical de dirección parece poco probable. Una de las razones es que el nuevo CEO tendrá que responder ante su viejo socio Renault, que posee un 35,7 % en el grupo japonés y el 15% de los votos de los accionistas. Dos de sus ejecutivos, incluido el presidente, Jean-Dominique Senard, son consejeros de Nissan, lo que permite a la firma francesa defender “con vigor” sus intereses. Senard, por ejemplo, ha dicho que la oferta inicial de Honda no “encajaba” con la empresa francesa. Eso hará que reanudar las negociaciones sea complicado para Espinosa.
Además, como incondicional de Nissan que se unió a la empresa en 2003, no está claro que el próximo jefe tenga estrategias nuevas para mejorar las ventas y la rentabilidad, al tiempo que invierte en híbridos y vehículos eléctricos y sortea las amenazas arancelarias de Donald Trump. Tiene poco margen de maniobra.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías