El genio de las baterías que expande su negocio a España
La compañía ha solicitado cotizar en la Bolsa de Hong Kong para crecer internacionalmente, bajo la amenaza arancelaria de Trump


Zeng Yuqun (China, 57 años), conocido en Occidente como Robin Zeng, sabe fabricar baterías. Lo deja claro en cuanto puede. Hasta parece que su forma de insultar, lo peor que el fundador y presidente de CATL puede decir de alguien, es que no sabe hacer baterías. “Elon Musk promete demasiado y no sabe cómo fabricar una batería”, declaró el año pasado tras reunirse con el dueño de Tesla. Y no necesitó decir más.
CATL acapara alrededor del 37% del mercado de baterías para vehículos eléctricos. Suministra a fabricantes como Tesla, BMW, Mercedes-Benz, Volkswagen y Ford. El mes pasado, la empresa solicitó cotizar en la Bolsa de Hong Kong, en lo que se perfila como una de las mayores ofertas públicas del parqué asiático en años. Según Reuters, CATL planea recaudar al menos 5.000 millones de dólares. Sería su segunda cotización en Bolsa, después de recaudar 6.700 millones en su oferta pública de venta en el mercado de valores chino en 2018.
La compañía –cuya sede está en Ningde y cuyo valor ronda los 142.000 millones de dólares– explicó que los nuevos fondos se destinarán principalmente a su expansión internacional. Cuenta con 13fábricas: 11 en China, una en Alemania y otra en Hungría (esta última entrará en funcionamiento en la segunda mitad de 2025). Además, tiene proyectos en Indonesia y un acuerdo con Stellantis (propietaria de Fiat y Chrysler) para construir en Figueruelas (Zaragoza) la mayor fábrica de baterías de España. Esta planta, dedicada a producir pilas de fosfato de hierro y litio (LFP), tiene previsto iniciar su producción a finales de 2026, y generar unos 1.500 empleos.
Según Forbes, Zeng ocupa el puesto 42 entre las personas más ricas del mundo, con una fortuna cercana a los 38.200 millones de dólares. La única amenaza visible para su imperio son las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China. Recientemente, Donald Trump anunció un arancel del 20% a todas las importaciones chinas. Además el Departamento de Defensa estadounidense incluyó a CATL en su lista negra, calificándola como una “compañía militar china”. Por su parte, Zeng ha señalado que, si las circunstancias políticas lo permiten, estaría dispuesto a abrir una fábrica en suelo estadounidense.
Zeng nació en una zona rural de Fujian y creció en una numerosa familia campesina. Destacó en la educación secundaria y se graduó en Ingeniería Naval en la Universidad Jiaotong de Shanghái, una de las más prestigiosas de China. Después de una breve experiencia en una empresa estatal, se incorporó a SAE Magnetics (subsidiaria de TDK Corporation), donde se convirtió en el director de ingeniería más joven de la historia de la compañía y aprendió los principios fundamentales de la producción de baterías.
Poco después, fundó junto a dos excolegas de SAE su primera empresa, Amperex Technology Limited (ATL). Los inicios fueron difíciles –las baterías que fabricaban se hinchaban e incluso explotaban–, pero a base insistir lograron crear un producto de calidad y se convirtieron en los suministradores para el iPod de Apple en 2003. ATL acabó convirtiéndose en el mayor proveedor mundial de baterías de polímero de litio, con clientes como Samsung y OPPO. Durante ese tiempo, Zeng también cursó un máster en Ingeniería y un doctorado en Física, que obtuvo en 2006.
La dura competencia desembocó en la venta de ATL a TDK en 2005. Zeng permaneció en la compañía hasta que, en 2011, ante el impulso estatal para descarbonizar y electrificar el transporte –y consciente de que TDK, como firma japonesa, no podía beneficiarse de subsidios en China– decidió fundar Contemporary Amperex Technology Co. Limited (CATL). Fue una gran apuesta en su carrera que reforzó su fama de empresario atrevida. No es casualidad que en su oficina cuelgue una placa con la frase “mantén fuerte tu espíritu de juego”, que al parecer pertenecía a uno de sus mentores.
En apenas doce años, CATL consiguió más de un tercio del mercado de baterías eléctricas. Su éxito se basa en varios pilares: una sólida apuesta por el crecimiento del sector de vehículos eléctricos, que se materializó en acuerdos con fabricantes como Tesla, BMW y Volkswagen; el respaldo del Gobierno chino, con subsidios y regulaciones favorables; una constante innovación tecnológica, que les permitió ofrecer baterías de alto rendimiento a menor coste; y su integración vertical —desde la extracción de materias primas hasta la producción—, gracias a la cual reduce su dependencia de proveedores externos y refuerza su ventaja competitiva.
Uno de los principales retos tecnológicos a los que se enfrenta CATL en los próximos años es el desarrollo y la producción de baterías de estado sólido. Esta tecnología promete una mayor densidad energética, más seguridad y una vida útil más prolongada en comparación con las baterías de iones de litio actuales. El fabricante japonés Toyota ha anunciado avances y se ha comprometido a suministrar baterías de estado sólido a partir de 2027. Sin embargo, Zeng, el rey de las baterías, ha puesto en duda que su rival nipón esté realmente cerca de la comercialización a corto plazo.
Está claro que, si hay algo que no tolera el empresario chino, es que alguien ponga en duda sus conocimientos sobre su campo. Ahí radica la diferencia entre un magnate al estilo Musk, empeñado en que su vida represente la culminación del sueño americano y del individualismo emprendedor, y Zeng, respaldado por el Partido Comunista, quien solo necesita que el mundo sepa una cosa: nadie hace baterías como él.
Un lujoso club rural
Orígenes. A pesar de haber establecido la sede de CATL en Zhejiang –una de las regiones más desarrolladas del país– debido a la falta de apoyo en su provincia natal, Fujian, Zeng nunca olvidó sus raíces y decidió invertir en su ciudad de origen. Allí construyó el Centro Internacional de Conferencias Rui Ting, un exclusivo club privado en la cima de una montaña.
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