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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

BlackRock consigue una ganga en la tormenta comercial de Panamá

La compra de los puertos del canal apuntala la estrategia de infraestructuras del gigante dirigido por Larry Fink

Barcos atracados en el puerto de Balboa, en el canal de Panamá.

La guerra comercial ya está enviando tropas de fusiones a la primera línea. Black­Rock anunció el martes que ha acordado comprar a CK Hutchison los puertos a lo largo del canal de Panamá y más allá por 22.800 millones de dólares. Ayuda al jefe, Larry Fink, a apuntalar su estrategia de infraestructuras y proporciona al conglomerado con sede en Hong Kong una útil vía de escape de la mira política.

Terminada bajo los auspicios de Estados Unidos en 1914, la vital ruta marítima que atraviesa América Central se ha convertido en uno de los objetivos de Donald Trump. Ha alegado, sin pruebas, que China “está operando” la ruta y que Estados Unidos “la está recuperando”.

CK Hutchison, que obtuvo los derechos para operar los puertos panameños de Balboa y Cristóbal en los 90, también afronta un escrutinio en Europa. La presión combinada crea dolores de cabeza no deseados para el imperio de Li Ka-Shing y probablemente se suma a su caída de valoración. Aunque los puertos que está vendiendo representan menos del 10% de sus ingresos, se embolsará una cantidad casi equivalente a todo su valor de mercado.

El acuerdo parece un respiro bienvenido también por otras razones. Las autoridades panameñas planean auditar el contrato de CK, mientras el fiscal general del país consideró la concesión “inconstitucional”. Frank Sixt, codirector general de CK, dijo que la transacción “no tiene ninguna relación con las recientes noticias políticas”, pero la declaración es tan sorprendente como la valoración.

BlackRock, su unidad GIP y Terminal Investment Limited acordaron en principio adquirir la participación del 80% de Hutchison Ports Holding (HPH) en 43 puertos de 23 países. También se incluye la participación del 90% de HPH en dos puertos de Panamá. CK Hutchison conservará sus operaciones en China.

Se espera que las empresas que participan en la operación generen 1.700 millones de dólares de ebitda en 2025, según Visible Alpha, lo que implica un múltiplo de unas 13 veces. Según CLSA, la media de las transacciones en el sector es de 10. Brookfield, otro gestor de fondos, busca 20 veces el ebitda de PD Ports, con sede en Reino Unido, según la publicación especializada Infrastructure Investor. Operaciones similares en Polonia y California han alcanzado más de 16.

El aparente descuento podría deberse al coste de las fusiones bajo presión geopolítica. Aun así, si el acuerdo se concreta, CK Hutchison obtendrá 19.000 millones en efectivo, al tiempo que negocia la distensión. Sus certificados de depósito estadounidenses subieron un 17% tras la noticia.

También mantiene a Fink en su tambaleante estrategia. La lógica detrás de la absorción de GIP el año pasado fue que el estatus de BlackRock como el mayor gestor de activos del mundo, con amplias relaciones gubernamentales y de inversión en todo el mundo, llevaría a acuerdos de infraestructura que otros no podrían manejar. Los puertos de CK deberían, en teoría, de aprovechar esa audaz promesa aprovechando parte de la experiencia en transporte marítimo de GIP, que adquirió a un precio mucho más alto. En el nuevo orden mundial, algunos obtendrán ventajas tácticas. Otros serán daños colaterales.

Cambio radical

La clave será ver cómo el hijo de Li Ka-Shing y presidente de CK, Victor Li, utilizará los 19.000 millones. El joven Li puede atribuirse el mérito de haber sabido navegar en una situación turbulenta. La acción ha subido un 33% desde que se conoció la operación.

En 2018, este hombre de 60 años sustituyó en la presidencia a su padre, cuya destreza para hacer negocios transformó CK Hutchison en un conglomerado multinacional que abarca desde el comercio minorista y las telecomunicaciones hasta los activos energéticos. Pero, pese a su expansión geográfica, el grupo insignia ha sufrido un profundo descuento en China. Incluso tras la última subida, cotiza a solo el 31% de su valor contable, según LSEG.

Para corregir el persistente descuento, CK ha estado desapalancándose y devolviendo más efectivo a los accionistas. En junio, la ratio deuda neta/ebitda del grupo había caído a 1,63, frente a 2,32 en 2021, según Visible Alpha. En el mismo periodo, CK ha elevasdo los dividendos del 31% al 40% de las ganancias.

Sin embargo, una compra audaz podría consolidar el legado del joven Li como un astuto negociador como su padre. La unidad de infraestructuras de CK ya ha hecho una oferta de 9.000 millones de dólares por Thames Water, informó el Financial Times el mes pasado, citando fuentes cercanas. Esa misma unidad también está estudiando una oferta por una firma británica de gestión de residuos que podría valer 7.000 millones de libras, cuenta Bloomberg. Tras llevar a cabo la mayor desinversión del grupo hasta la fecha, es el momento de aprovechar el momento y actuar con decisión.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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