Trump y los inmigrantes: ¿bravuconada o grave peligro?
La verdadera tensión se producirá cuando las empresas empiecen a pedir un trato especial
Donald Trump ha prometido iniciar la mayor campaña de deportaciones de la historia de EE UU en su primer día en el cargo. El daño económico potencial de deportar a una gran parte de los 11 millones de inmigrantes que se estima que residen ilegalmente en el país es enorme. Unos 48 millones de estadounidenses nacieron en el extranjero, más del 14% de la población, según el Instituto de Política Migratoria. Está cerca del pico del 15% alcanzado a finales del siglo XIX, y casi tres veces más que en 1970. Además, suponen casi un quinto de los trabajadores. Aunque la mayoría están legalmente, más del 20% no, estima el Pew Research Center. No está claro cómo cambiará Trump la política hacia estos grupos. Pero podría plantearse suprimir las directrices que limitan la aplicación de las leyes de inmigración a los no delincuentes o incluso movilizar a la guardia nacional en la frontera.
Los inmigrantes sin papeles son el 23% de la mano de obra de la construcción, estimó el Center for American Progress en 2021. Se eleva al 44% en la agricultura, según el Gobierno. Expulsarlos tensaría el mercado laboral, avivando la inflación, y succionaría demanda de la economía. Deportar a 1,3 millones podría reducir el PIB en un 1,2% y elevar los precios en un 1,5% para 2028, según el Instituto Peterson de Economía Internacional. Deportar a 8,3 millones reduciría el PIB en un 7,4% y elevaría el IPC en un 9,1%. Los efectos serían desiguales, lo cual agravaría los daños. Los trabajadores sin papeles son una parte desproporcionadamente grande de la mano de obra en estados fronterizos como Texas, sede del área metropolitana de Dallas Fort Worth, la de mayor crecimiento del país.
Hay razones para creer que podría no ocurrir. En 2016, Trump prometió expulsar hasta 3 millones de personas. Aunque el país rechazó a más migrantes, negándoles el derecho a pedir asilo en la pandemia, las deportaciones se mantuvieron muy por debajo de los niveles de los noventa. La verdadera tensión se producirá cuando las empresas empiecen a pedir un trato especial, ya se trate de agricultores que busquen una excepción o de magnates de la tecnología que defiendan los visados de trabajo. A menos que se conforme con bravatas severas, Trump tendría que pasarles por encima para remodelar la nación.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías